Trump amenaza a Rusia con sanciones si no negocia la paz en Ucrania

Carlos Peralta
C. Peralta REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

Evelyn Hockstein | REUTERS

Posteriormente dijo que se siente más cómodo en sus diálogos con el Kremlin

07 mar 2025 . Actualizado a las 21:55 h.

Donald Trump es impredecible y lo volvió a demostrar este viernes. A través de su red social, Trust Social, amenazó a Rusia con imponerle más sanciones y aranceles. «A tenor del hecho de que Rusia está machacando por completo a Ucrania en el campo de batalla, estoy considerando a fondo la imposición de sanciones bancarias, sanciones y aranceles contra Rusia hasta que sea declarado un alto el fuego y un acuerdo definitivo de paz», publicó, destacando con mayúsculas tanto el cese de las hostilidades como un eventual pacto. La publicación rompía con la política de acercamiento de la Casa Blanca al Kremlin. Hay que remontarse a finales enero, en los primeros pasos de su segundo mandato, para dar con una amenaza similar a Rusia. «Si no llegamos a un acuerdo pronto, no tendré otra opción que imponer altos niveles de impuestos, aranceles y sanciones a cualquier producto que Rusia venda a Estados Unidos», dijo entonces. Este viernes, la promesa —en plena reavivación de la ofensiva rusa a Ucrania— era muy similar. Las contradicciones de Trump tienen, además, otra vertiente: Reuters publicó el 3 de marzo, basándose en funcionarios de la Casa Blanca, que la Administración ya buscaba un plan para aliviar las sanciones a Rusia.

Horas después, ya en el despacho oval, el ánimo de la publicación en Trust Social mutó en buenas palabras con Vladimir Putin, del que dijo que «va a ser más generoso de lo que tendría que ser» en unas eventuales negociaciones de paz. «En términos de lograr un acuerdo final, puede que sea más fácil tratar con Rusia, lo cual es sorprendente», advirtió, antes de comparar su relación con Zelenski: «Encuentro más difícil lidiar con Ucrania». Su afirmación contrasta con el aparente deshielo entre los Gobiernos de Ucrania y Estados Unidos, después del tenso encuentro entre Trump y Zelenski. De hecho, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, dijo que la Casa Blanca estaba «muy satisfecha» de la actitud de Kiev. El líder republicano redujo drásticamente la ayuda militar a Ucrania y suspendió la cesión de sus servicios de inteligencia. Además, dijo que decidirá «muy pronto» el futuro del Estatuto de Protección Temporal de los 240.000 ucranianos residentes en Estados Unidos. Cuestionado sobre si este portazo tiene que ver la ofensiva rusa, Trump destacó que Putin «está haciendo lo que cualquier otra persona haría».

El Kremlin responde a Europa

Este jueves, los 27 Estados de la Unión Europea acordaron multiplicar su inversión en defensa. El objetivo pasa por movilizar hasta 800 mil millones para hacer frente a la amenaza rusa y al giro diplomático y estratégico de la Casa Blanca. Este viernes, el ministro portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, diagnosticó que esta apuesta militar «se hace contra la Federación Rusa, a la que consideran su principal adversario».

El representante del Gobierno ruso criticó la «retórica de confrontación que estamos viendo ahora en Bruselas». Advirtió que supone una «contradicción con los esfuerzos por encontrar una solución pacífica a la situación en Ucrania». Eso sí, deslizó que su país se verá obligado a «adoptar las contramedidas necesarias».

Moscú ataca instalaciones eléctricas ucranianas

Rusia sigue atacando Ucrania. Moscú lanzó este viernes drones y misiles contra varias regiones del país, provocando daños en infraestructuras de procesamiento de gas de la empresa pública ucraniana Naftogaz, según declaró el presidente de la compañía, Roman Chumak, en un comunicado.

Dos personas resultaron heridas en la región de Poltava, en el centro de Ucrania, durante el ataque, que provocó otros cinco heridos más en la región suroriental de Járkov, donde fue alcanzada una infraestructura civil, según las autoridades regionales.

El ministro de Energía de Ucrania, Herman Galushchenko, calificó esta nueva ofensiva de «terrorismo energético». También en Ternópil, en Ucrania occidental, los rusos golpearon una infraestructura industrial crítica, sin que se conozcan más datos.

Por primera vez, las Fuerzas Armadas de Ucrania utilizaron cazas Mirage 2000 donados por Francia para contrarrestar estos bombardeos lanzados por Rusia, un mes después de que las tropas de Kiev recibiesen los primeros aviones de este modelo. Se trata de aeronaves diseñadas principalmente para la defensa aérea y que pueden utilizarse para desplegar los misiles de crucero Scalp, también conocidos como Storm Shadow.

Los Gobiernos de Ucrania y Francia confirmaron el 6 de febrero la llegada de los primeros Mirage, unos cazas que el presidente galo, Emmanuel Macron, había prometido ceder —sin aclarar cifras— a mediados del 2024.

Respuesta a la tregua

El Kremlin negó este viernes que este bombardeo contra infraestructuras energéticas ucranianas sea una respuesta a la tregua propuesta por Ucrania y la Unión Europea (UE), rechazada categóricamente por Rusia. «No, no estamos de acuerdo con ese punto de vista», aseguró Dimitri Peskov, portavoz presidencial, en su rueda de prensa telefónica diaria.

Según Kiev, el enemigo lanzó un ataque con un total de 67 misiles y 194 drones contra infraestructuras gasísticas ucranianas, de los cuales las fuerzas ucranianos derribaron 34 misiles y cerca de un centenar de drones.

Este bombardeo coincidió con la entrega por parte de Reino Unido de activos rusos congelados por valor de 752 millones de libras (895 millones de euros), un día después de que Bélgica, como Estado en el que se hallan gran parte de estos bienes retenidos en Europa, expresara sus reticencias.

Se trata de la primera entrega procedente de territorio británico como parte de la iniciativa fijada por el G7, detalló el primer ministro ucraniano, Denis Shmigal, en un mensaje en su cuenta de Telegram. «Destinaremos los fondos a fortalecer las capacidades de defensa de Ucrania. Gracias al Gobierno de Reino Unido y a nuestros socios del G7», dijo.

Estados Unidos cita a Kiev en Arabia Saudí para una primera negociación

M. R., M. A. 

MADRID / COLPISA

Las negociaciones para poner fin a la guerra de Ucrania impulsadas por la Casa Blanca darán la próxima semana un paso importante con la celebración de una reunión entre una delegación estadounidense, encabezada por su enviado para Oriente Medio, Steve Witkoff, y otra ucraniana.

El encuentro tendrá lugar el martes en Arabia Saudí, y un día antes el líder ucraniano, Volodímir Zelenski, viajará a este país para verse con el príncipe heredero, Mohamed bin Salmán. Su «equipo» se quedará para la cita con los norteamericanos, pero él no participará en esas conversaciones.

El objetivo de la reunión —que aún no se sabe si se desarrollará en Riad o en Yeda— entre las delegaciones de Washington y Kiev es «trazar un marco para un acuerdo de paz y un primer alto el fuego» tras más de tres años de guerra en territorio ucraniano. Witkoff sugirió que las relaciones entre ambos países comienzan a reconducirse tras el tenso encuentro de hace una semana en el Despacho Oval. Donald Trump, según dijo este jueves su enviado para Oriente Medio, «consideró que la carta de Zelenski era un primer paso muy positivo» en ese sentido. «Hubo una disculpa. Hubo un reconocimiento de que Estados Unidos ha hecho mucho por Ucrania, y hubo un sentido de gratitud», destacó Witkoff. El acuerdo sobre la explotación de tierras raras, sin embargo, continúa en el aire aunque el presidente de la exrepública soviética se ha ofrecido a firmarlo.

Acuerdo nuclear con Irán

El huracán diplomático de Donald Trump ha llegado a Irán a través de una carta que el presidente estadounidense asegura haber enviado a Alí Jamenéi para negociar el programa nuclear. El líder republicano sorprendió a todos al hablar de esta misiva en el transcurso de una entrevista en la cadena de televisión Fox en la que dijo que «hay dos maneras de manejar a Irán: militarmente o haciendo un trato. Preferiría hacer un trato, porque no busco lastimar a Irán. Son gente grandiosa». El magnate aportó detalles de un texto en el que escribió que «espero que negocien porque será mucho mejor para Irán. Si tenemos que intervenir militarmente, será algo terrible».