Israel y Hamás, al borde de un pacto que no convence a las familias de los rehenes

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

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Los familiares de los rehenes protestan en Jerusalén contra el acuerdo de alto el fuego.
Los familiares de los rehenes protestan en Jerusalén contra el acuerdo de alto el fuego. Ammar Awad | REUTERS

Activistas propalestinos acusan a Blinken de genocida en su último gran discurso

14 ene 2025 . Actualizado a las 23:19 h.

Israel y Hamás están más cerca que nunca de una tregua. Así lo afirmó este martes el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, durante su último gran discurso sobre política exterior. «Estamos al borde. Solo falta la confirmación final de Hamás», dijo, y aseguró que esa confirmación podría llegar en cualquier momento, en unos pocos días o incluso horas. Mientras hablaba, varios manifestantes propalestinos irrumpieron en la sede del Atlantic Council. «Siempre serás recordado como Blinken Sangriento, el secretario del genocidio», le gritó uno de ellos. «Tienes la sangre de miles de personas inocentes en tus manos», exclamó otro.

Es verdad que esta ronda de negociaciones en Doha —el enésimo intento de conseguir un acercamiento que parecía imposible— podría concluir con un alto el fuego en Gaza, según comunicaron el propio Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y el Ministerio de Exteriores de Catar, uno de los grandes mediadores desde el principio del conflicto. «Estamos en un momento crucial para cerrar el acuerdo», afirmó también un oficial de Tel Aviv.

Los puntos del pacto

Varios medios israelíes han definido el acuerdo que se está negociando como una tregua en tres etapas. En primer lugar, Hamás liberará a 33 de los rehenes israelíes que mantiene secuestrados —quedan 62 con vida— desde el 7 de octubre del 2023. Israel excarcelará a 50 prisioneros palestinos a cambio de cada mujer soldado liberada y a 30 por cada civil.

La segunda fase empezará 16 días después y se centrará en las negociaciones para liberar a todos los cautivos restantes. La tercera etapa servirá, por último, para abordar acuerdos a largo plazo, como la creación de un gobierno alternativo en Gaza y las iniciativas de reconstrucción. Además, según los informes, Israel se ha comprometido a retirarse totalmente del corredor de Filadelfia —la franja de tierra en la frontera entre Gaza y Egipto— al final de la primera fase del acuerdo.

«Durante el año pasado, utilizando nuestro poder político, pudimos evitar que este acuerdo se aprobara, una y otra vez», aseguró enseguida el ultranacionalista Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional israelí, en un vídeo que publicó en sus redes. Pidió ayuda a todos sus aliados extremistas para frenar el acuerdo, que ve como un paso «horrible» y una «rendición» ante el movimiento islamista palestino. Tanto Ben Gvir como su colega y titular de Finanzas, Bezalel Smotrich, han prometido dimitir del Gobierno si el alto el fuego llega a aprobarse.

También los familiares de los rehenes han expresado su descontento, pero en el sentido opuesto. Este martes, durante una reunión en Jerusalén con Benjamin Netanyahu, le exigieron que negocie «ahora y no en el futuro» el regreso de todos los cautivos que siguen en manos de Hamás. «No nos detendremos hasta que se devuelva al último rehén», sostuvieron.

Arrecian las bombas sobre Gaza

Las que tampoco se detienen, por ahora, son las bombas de Tel Aviv sobre la Franja. Después de que el martes matasen al menos a 26 palestinos más, que se suman a un total de más de 46.000, el Gobierno gazatí llamó a extremar las precauciones antes de la tregua. «Experiencias anteriores nos confirman que la ocupación [Israel] no duda en cometer masacres y crímenes contra nuestro pueblo palestino incluso cuando se habla de un alto el fuego, explotando este período para infligir la mayor cantidad de daños y pérdidas», advirtió en un comunicado.