Los Mozos de Arousa dan la campanada: «Aún no hemos cobrado el premio, todavía tenemos las manos atadas»

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Fin de año Vilagarcía. Borja Santamaría, a la izquierda, Bruno Vila, en el centro, y Raúl Santamaría, a la derecha, pasarán finalmente la Nochevieja en familia.
Fin de año Vilagarcía. Borja Santamaría, a la izquierda, Bruno Vila, en el centro, y Raúl Santamaría, a la derecha, pasarán finalmente la Nochevieja en familia. MONICA IRAGO

No se tomarán las uvas en Telecinco, pero sí en YES. Ellos hacen balance de este año y medio y reconocen que ha sido increíble. «No nos dejamos perder. Tuvimos un mal día. Al final, estábamos agotados y ya ni entrenábamos», indican

28 dic 2024 . Actualizado a las 19:43 h.

A pesar de que acaban de terminar su etapa en Reacción en cadena, se puede decir que el 2025 será el gran año de los Mozos de Arousa, cuando al fin logren que el tan ansiado premio esté en sus bolsillos. Porque, al contrario de lo que la mayoría de la gente pueda pensar, estos tres jóvenes de Vilagarcía todavía no han cobrado los más de 2,6 millones que ganaron en el concurso. Por eso, y tras la polémica que protagonizaron con Telecinco al no contar con ellos en la programación de Nochevieja, ellos sí van a dar la campanada igualmente en este 2025. Sobre todo, cuando puedan disponer del premio. «Tenemos contrato hasta el 25 de febrero, así que lo normal es que lo hagan para entonces. Aún tenemos las manos atadas, porque no podemos participar en otros concursos de televisión y demás. De hecho, tuvieron que pedir permiso desde Land Rober para poder estar allí, que sí se lo dieron, y por eso fuimos», comenta Borja Santamaría, más conocido como Borjamina, que debutó en la televisión con 18 años —ahora tiene 31— en el programa de Cifras y Letras de la TVG. Por si hay alguien que todavía no lo identifica, él era el que se situaba siempre en Reacción en cadena entre Raúl y Bruno.

Pocos deben ser, porque el nivel de popularidad de estos chicos es tremendo. Basta con dar una vuelta con ellos por Vilagarcía para comprobar que, a cada paso que dan, les piden fotos y los animan. Ellos aceptan encantados. Aunque a Bruno, el benjamín del grupo y el que siempre estaba sentado en la prueba de Complicidad ganadora, reconoce que ya tiene ganas de que pase el tiempo y de volver un poco a la normalidad. Eso sí, es un poco inquieto, y eso de estar solo estudiando la carrera de Derecho no lo lleva bien. Él espera compatibilizar los estudios con algún trabajo: «Necesito estar activo. No puedo estar en casa sin hacer nada o solo estudiando», comenta ahora que ya sabe lo que es trabajar y estudiar al mismo tiempo. «Bueno, él estudia derecho o torcido», bromea Borja, con relación a si este año logrará licenciarse. «No, porque me matriculé solo de la mitad de las asignaturas al estar con el programa», reconoce él.

MONICA IRAGO

«Tienen de plazo para pagar hasta el 25 de febrero. Y lo normal es que lo agoten. Pueden abonar el premio unos días antes, pero ya depende de ellos, de su departamento económico», aclara Raúl, después de asistir al pleno que el pasado lunes tuvo en el ayuntamiento de Vilagarcía. Él es concejal del PP en el Concello, partido que está en la oposición, y desde las pasadas autonómicas, diputado en el Parlamento de Galicia. Pero le gusta pisar suelo firme y se muestra decidido a seguir preparando las oposiciones a maestro de primaria, que tuvo que interrumpir debido a su paso por el programa.

Ser maestro

«Mi futuro pasa por ser profesor. Lo de la política es cierto que me gusta, y que ahora surgió la oportunidad y puedo ayudar en lo que considero. Mientras sea así, estaré. Pero en el momento en el que considere que no estoy cómodo o que no aporto, pues daré un paso al lado, porque tendré mi trabajo y mi carrera y me dedicaré a ello», dice quien prefiere llevar al pie de la letra el pasiño a pasiño faise o camiño. «Yo vivo el día a día. Está claro que si a mí me llegan a decir hace año y medio que iba a vivir lo de este concurso y que luego iba a dar el salto a la política autonómica, pues no me lo habría creído. Pero voy paso a paso. Viendo lo que surge en cada momento. Por ahora las cosas están bien como están», indica sobre sus aspiraciones políticas.

Y tanto, porque sabe que cuentan con un colchón que no tiene la mayoría de los de su generación. «Es un buen colchón para vivir, pero aún no lo hemos cobrado. Es verdad también que muchos jóvenes no pueden contar con él», explica. Y los tres comienzan a hacer cuentas para explicar que no es tanto como parece. «La gente piensa en 2,6 millones de euros y le parece una animalada», dicen, pero si al reparto entre tres, se le suma lo que se lleva Hacienda, —el 47 %— les quedan unos 460.000 euros para cada uno. «Es una muy buena cantidad, que no la gana nadie en un año y medio con un trabajo normal, pero tampoco podemos dejar de trabajar. Todo el mundo piensa que tenemos un millón para cada uno, pero no es así. Es una cantidad muy buena, y viendo los precios de la vivienda y cómo están subiendo las cosas nos viene muy bien, pero también tenemos que hacer buen uso de él. Te permite independizarte, vivir más tranquilo, pero no te quita de trabajar ni mucho menos», indica Raúl, que reconoce que también cobraron algunos programas especiales que hicieron el año pasado, también por Navidad. Sobre el porcentaje que tienen que abonar a Hacienda, no lo critican. Consideran que es lo justo: «Ya no nos ingresan el 19% y luego hasta el 47% restante va en la declaración. Está bien. Ganamos todos», dice Borja.

¿Saben ya en qué van a invertir el premio? Raúl explica que el pasado mes de mayo le surgió la oportunidad de comprarse un piso en Vilagarcía y pidió una hipoteca mientras no cobraba el premio: «Cuando se cobre, la liquidaré. O veré a ver qué es lo que más me conviene. Está claro que vives más tranquilo. Luego tengo que ver bien qué días libres tengo, porque me gustaría hacer algún viaje. Y seguro que hay algún capricho para la familia y para los amigos también». Otro que ya tiene un piso en propiedad es Bruno. «Es un piso antiguo que tengo que reformar. En eso voy a invertir mi tiempo y mi dinero», puntualiza. Dice que lo pudo adquirir con lo que ganó en su participación en Bailando con las estrellas y en los especiales que hicieron de Reacción en cadena el año pasado y que se abonaron aparte, pero que aún le queda toda la reforma. Quien aún no sabe qué es lo que va a hacer con el premio, o al menos no lo dice, es Borja, aunque sí reconoce que ya ha recibido la llamada de algún banco ofreciéndole posibilidades de inversión: «Es que como no sé aún qué voy hacer..., me digo: ‘Pues me compro un piso en Vilagarcía’. Pero si al final no quiero vivir en Vilagarcía me parece un marrón».

¿PIques entre ellos?

Lo que tienen claro es que los tres no se van a ir de viaje juntos, porque tienen gustos muy diferentes. ¿Y qué hay de cierto entre el pique entre Bruno y Raúl que se apreciaba sutilmente durante el concurso? Pues algo de cierto hay, porque ninguno lo niega. «Sí, había un poco de pique. Pero luego en algunas cosas él daba el campanazo. Nunca mejor dicho. Y tanto nosotros como el programa alucinaba», reconoce Borja, mientras Bruno asiente. También Raúl recoge el guante. «Bruno comenzó a participar en el concurso que teníamos en la asociación Arousa Moza. La pareja de Bruno era yo, y pasaba como en el programa, que había esos roces. Luego, él se fue a estudiar de Erasmus a Francia y perdimos el contacto. Lo retomamos con esto del concurso, aunque Bruno seguía hablando con Borja. Y ahora te puedo decir que la relación es muy buena, mejor que antes del concurso, porque somos muy diferentes y, como pasa en cualquier familia, que entre personas muy distintas hay diferencias de opiniones, pero todo se queda ahí». Borja recuerda la ilusión que sentían al principio: «El primer bote que ganas es como ‘¡guau!’, te parece increíble. Sobre todo porque éramos personas que no teníamos nada. Nosotros teníamos sueldos básicos. Pero Bruno ni eso, porque estaba en la universidad». «Y ese año no tenía ni beca», puntualiza Bruno.

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¿Se dejaron ganar?

Pero vayamos a la pregunta del millón y que sobrevuela desde que tuvieron que abandonar el programa: «¿Perdieron o se dejaron ganar? Para ellos no hay duda: «No nos dejamos perder. Tuvimos un mal día. Al final, estábamos agotados y ya ni entrenábamos. Lo veíamos un poco venir. No era como al principio que le echábamos muchísimas horas», reconoce Borja, mientras Raúl explica que alguna vez ya le habían planteado la situación al programa. «En mi caso yo estaba a media dedicación como concejal. Y los concursos funcionan así, sabes que está ahí el dinero, pero no puedes hacer uso de él hasta que termines. Y en este no tienes un bote o un objetivo, sino que vas acumulando el dinero que te vas a llevar al final. Eso pesa. Luego también ya era mucho tiempo yendo y viniendo de Madrid, teniendo que dejar cosas aparcadas para seguir en el concurso. Teníamos ya un cansancio acumulado», explica Raúl. Los tres cuentan que estuvieron viviendo durante año y medio en un hotel: «Bruno cuando hizo Bailando con las estrellas estuvo tres meses sin venir a Vilagarcía», aclara el hermano mayor de los Santamaría. «La verdad es que los trabajadores del hotel nos trataban genial. Pero, claro, estás en un hotel. Y también todo el equipo del programa», dicen Bruno y Borja. Porque esa parte es la que echarán en falta, la calidad humana que se encontraron. También reconocen que siguen manteniendo contacto con Ion Aramendi. «Nos sorprendió que se emocionara tanto con nuestra despedida y a Raúl le escribió para decirle que está ahí para lo que necesitemos», apunta Borja. «Yo le felicité las fiestas la pasada semana y me preguntó qué tal estábamos», expresa Bruno.

MONICA IRAGO

Si se tuvieran que quedar con algo, todos coinciden en que lo mejor del concurso fue sacarle una sonrisa a todos los que los veían. «Es cierto que la parte económica es muy importante, pero yo me quedo con el reconocimiento de la gente que igual tenía un problema familiar o la pérdida de un ser querido y desconectaban con nosotros. O que dejaban de ir a sitios por vernos. Nosotros estábamos en un concurso mostrándonos tal y como éramos y que la gente lo valore, y encima saber que los estás ayudando, eso fue una pasada. La gente conectó con nosotros de una manera brutal», dice Raúl, y lo suscribe el resto.

Durante este año y medio, el trío gallego más conocido del momento tiene anécdotas para parar un tren, pero dicen que la que más les sorprendió fue una vez que les pidieron hacer un vídeo para una persona que había fallecido. «Mos sorprendió muchísimo. Y lo que hicimos fue un poco hacerlo a nuestra manera, enviando un abrazo y un saludo a sus familiares», confiesan.

Sobre el precio de la fama, aseguran que nunca pensaron que su intervención en televisión tuviera tanta repercusión y que, a veces, sufren por la gente que va con ellos. «Hay ciertos días que se hace más agotador que otros. Te ilusiona, porque siempre son muestras de cariño, sobre todo, cuando vienen niños a pedirte fotos o autógrafos. Es una alegría. Pero el otro día estuve con unos amigos viendo las luces de Ribadavia y, claro, que te estén parando cuando vas con gente que te tiene que esperar es complicado. Porque a nosotros nos toca por este año y medio vivido, pero para la gente de nuestro alrededor es pesado», indica Raúl. Y cuenta una anécdota: «Hace unas semanas fui a ver El rey león a Madrid y desde la otra esquina del teatro una señora empezó a gritar y ya todo el teatro se quedó mirándome. Había incluso gente que ni sabía quién era, pero que también te pedía fotos. Y esa es un poco la parte negativa, pero que te toca llevar de la mejor manera porque la gente siempre lo hace con buena intención».

Sobre la polémica de las campanadas, reconocen que lo tienen ya asumido, aunque les ha quedado un sabor agridulce: «Se podría haber gestionado todo mucho mejor. Pero hay que pasar página. Año nuevo, vida nueva». En esa nueva vida, Borja no descarta seguir participando en concursos de cultura general. Igual que Raúl, aunque él tiene claro que su carrera política va primero. Y Bruno tampoco cierra las puertas a nada. Bueno, dice que no iría por nada del mundo a Supervivientes ni a Gran Hermano, mientras Borja lo vacila un poco.

Mientras no llegan esos nuevos proyectos, si hay algo que les hace especial ilusión es tomarse las uvas con sus vecinos en Vilagarcía. Por eso, serán los anfitriones de las tradicionales campanadas en su localidad el próximo 31 a las doce del mediodía. Una tradición que se remonta a hace 25 años: «Cuando empezaron a hacerlo aquí, no se hacía en ningún sitio», dice orgulloso Borja. ¿Y dónde verán las campanadas? Bruno tiene claro que en Telecinco. Borja y Raúl dicen que en La 1. «Pero no por nada, sino por tradición. Siempre nos gusta verlas en la Puerta del Sol», puntualizan. Así comenzarán estos tres jóvenes el año que vendrá con los bolsillos llenos para ellos y que en el amor también se sienten afortunados: «Así que solo pedimos salud para disfrutarlo con los nuestros». ¡Que así sea, Mozos!