Begoña Gómez: «Nunca fui contratada por ser la cónyuge del presidente»
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La esposa de Sánchez niega ante el juez los cuatro delitos que se le imputan, y defiende su inocencia tras ocho meses de silencio
18 dic 2024 . Actualizado a las 23:17 h.Vestida de negro, con paso rápido y escoltada por cuatro miembros del equipo de seguridad de Presidencia del Gobierno. Así entró Begoña Gómez en la sala de vistas de los juzgados de Plaza de Castilla de Madrid, donde el magistrado Juan Carlos Peinado la había citado a declarar tras ampliar su imputación a los delitos de apropiación indebida e intrusismo para indagar la querella presentada el pasado octubre por la asociación ultracatólica y de extrema derecha Hazte Oír, que la acusa de poner a su nombre el software de la cátedra que codirigía en la Universidad Complutense de Madrid.
Sonriente y tranquila, la esposa del jefe del Ejecutivo, que en dos comparecencias previas, el 5 y 19 de julio, se había negado a declarar, optó este miércoles por responder durante 35 minutos a una treintena de preguntas formuladas por su defensa, el letrado y exministro socialista Antonio Camacho. La empresaria repasó durante este interrogatorio, preparado al milímetro con su abogado, los últimos doce años de su trayectoria profesional y negó los cuatro delitos que se le imputan —también rechazó haber cometido tráfico de influencias y corrupción en los negocios, como apunta la denuncia del seudosindicato ultra Manos Limpias—.
«Nunca fui contratada por el Instituto Empresa (IE) por mi condición de cónyuge del presidente del Gobierno», se defendió Gómez, según informa Colpisa. Una afirmación con la que coincidió Juan José Güemes, directivo del IE y exconsejero madrileño del PP, que también declaró ayer como imputado ante el titular del Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid. El popular le había ofrecido colaborar profesionalmente en el 2017 —señaló la empresaria—, un año antes de que una moción de censura contra Mariano Rajoy llevara a Sánchez a la Moncloa. Más tarde, a mediados del 2018, cuando pidió una excedencia en Inmark, la llamó para dirigir el África Center, donde trabajó hasta junio del 2022, añadió.
Tras ocho meses de silencio, la mujer de Sánchez quiso descartar cualquier irregularidad al frente de la cátedra de la Complutense y aseguró que nunca tuvo «retribución para dirigirla» y que esta se financiaba con «recursos privados, nunca públicos». Por su labor docente y codirigir dos másteres de título propio, su retribución tenía un techo de 15.000 euros anuales, dado que no formaba parte de la plantilla del centro, precisó. De hecho, insistió en que ni se lucró ni pretendió lucrarse. «Nunca hubo ánimo de lucro en el uso del software. Siempre seguí las instrucciones de la Universidad», dijo la empresaria, que destacó que «jamás» quiso apropiarse de la marca Transformación Social Competitiva y que si la inscribió, algo que hizo antes de que se confirmara el máster del mismo nombre, fue como «protección», para que no se usase fuera de la Complutense.
Según fuentes jurídicas presentes en la sala, Gómez sostuvo que la creación de esta plataforma o software se licitó por 60.000 euros, y que la Universidad le indicó que firmase el pliego de contratación, aunque ella ni intermedió ni hizo «ninguna gestión» para su adjudicación. También recalcó que nunca quiso «cobrar por el uso de la plataforma; estaba definido como un proyecto sin ánimo de lucro, sin coste, a disposición de la Universidad. Y nunca, jamás, se inscribió en el Registro de la Propiedad Intelectual. Además, nunca estuvo operativa, ya que estaba en período de pruebas al 80 % de su creación».
Sobre el supuesto favorecimiento al empresario Carlos Barrabés, explicó que las misivas en las que recomendó su proyecto eran «cartas tipo o modelo», que también firmaron Microsoft, IBM, Orange y el Ayuntamiento de Madrid.
El instructor pide las cuentas
Tras la declaración de la mujer del presidente, el juez instructor ordenó a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que verifique si las once cuentas bancarias localizadas a nombre de la imputada —una información absolutamente errónea, según la defensa— «son todas las que constan [...] o pudiera existir alguna más».