La mitad de los adolescentes reciben mensajes de desconocidos y solo una cuarta parte se lo cuentan a sus padres
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Una encuesta de la Fundación Orange y Save the Children detectó que el 93 % de los chavales son conscientes de que deben cambiar sus hábitos digitales
09 dic 2024 . Actualizado a las 20:12 h.La Fundación Orange y Save de Children presentaron ayer el resultado de una encuesta realizada por GAD3 en la que se pone de manifiesto que los propios adolescentes saben que el uso que están haciendo de las tecnologías digitales no es sano. De hecho, el 93 % de los encuestados consideran que tienen que cambiar sus hábitos a este respecto y únicamente el 7 % restante considera que está llevando a cabo una utilización adecuada.
Otra de las realidades que revela el informe tiene que ver con el aprovechamiento que hacen los menores, y el resto de usuarios en general de esta tecnología. Nueve de cada diez adolescentes dicen que la actividad principal que realizan con el móvil es la de chatear con sus amigos. Y la segunda ver vídeos, ya sean series de ficción o, sobre todo, contenidos de corta duración. Al mismo tiempo, también muestran que son conscientes de como un consumo intensivo de estos contenidos desemboca en problemas de insomnio, sedentarismo y bajo rendimiento académico. De hecho, cuando se les pregunta que deberían hacer para paliar estas disfunciones mencionan de manera destacada el deporte, las actividades al aire libre y las relaciones personales en vivo. Proponen reducir el tiempo de conexión (54 %), aumentar la práctica de actividades físicas (39 %) y evitar dormir cerca de dispositivos digitales (14 %). Pero también dejan claro que en este campo hay un fenómeno de imitación muy potente. Tanto que el 14 % de los menores aseguran que sus padres pasan tantas o más horas que ellos pegados al móvil todos los días.
Entre las cuestiones que les preocupan a los adolescentes destaca la huella digital, el rastro que de sus actividades pueda quedar en las redes fuera de su control. Al 46 % de los encuestados esto es lo que les inquieta especialmente, pero más de la mitad reconoce que no sabe que es lo que tiene que hacer para proteger su información personal. Los casos más graves que afloran debido a esta desprotección tienen que ver con el acoso digital, una práctica especialmente lesiva en estos tramos de edad y que aseguran haber sufrido el 13 % de los encuestados y que han detectado en sus centros educativos el 28 % de los profesores. La reacción más común a estas y otras intromisiones, como la recepción de mensajes de desconocidos que confiesan más de la mitad de los chavales, es el bloqueo. La mayoría dicen que simplemente bloquean al autor para romper ese contacto, pero solo uno de cada cuatro le cuenta lo sucedido a sus padres.
Revisar el teléfono
En cuanto al tiempo de uso de los dispositivos electrónicos, la respuesta más común está entre las cuatro y las cinco horas al día, aunque en este campo llaman más la atención las respuestas de los padres que reconocen estar pegados al móvil más tiempo que sus hijos. Además, el 54 % de los progenitores reconocen que comparten mucha información sobre sus hijos en las redes sociales, por más que el 39 % digan que lo hacen incluso siendo conscientes de los peligros que eso conlleva. Sin embargo, al mismo tiempo el 61 % dicen que utilizan mecanismos de control parental y el 68 % consideran que su derecho a revisar el móvil de sus vástagos prevalece sobre el derecho que tienen estos a la intimidad. Eso sí, parece que estas medidas no son ni mucho menos infalibles porque el 60 % de los menores encuestados aseguran que son capaces de burlar esos sistemas de control que les imponen los padres y el resto de educadores.