Menos de la mitad de hogares españoles tienen una línea fija en su casa. Cada vez llamamos menos, pero los terminales fijos resisten por empeño de las operadoras
05 dic 2024 . Actualizado a las 18:18 h.En el año 2009, el diario estadounidense The Economist vaticinó que el teléfono fijo no tardaría mucho en desaparecer. Puso incluso una fecha de caducidad y apuntó a que la última línea fija de Estados Unidos se desconectaría en algún momento del 2025. En principio, no sucederá tal cosa. Salvo que un 25 % de los ciudadanos desconectasen simultáneamente sus teléfonos fijos de aquí a dentro de un año. Ese porcentaje, eso sí, era del 90 % hace dos décadas.
El panorama en nuestro país es muy similar. La Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AMIC) recoge desde el 2007 la evolución del uso del equipamiento de los hogares. Por aquel entonces, un 76 % de los encuestados tenía un teléfono fijo en casa. Ahora lo tienen algo menos de la mitad, un 48,5 %. En cambio, el porcentaje de hogares que usa un dispositivo móvil asciende a un 98,5 %.
Hace algo más de veinte años, en el 2002, los españoles invirtieron 126.557 millones de minutos al día en hablar desde un teléfono fijo, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Ahora gastan casi seis veces menos: 22.163 millones de minutos. O lo que es lo mismo: 1 minuto y 18 segundos por persona al día.
Con todo, la desaparición de la telefonía fija en nuestro país es lenta. Cada mes, desaparecen unas 6.000 líneas de un total de 17,72 millones, también según la CNMC. La caída se ve especialmente contenida por la comercialización de paquetes de telecomunicaciones por parte de las operadoras que no permiten extraer este servicio de las prestaciones contratadas. Es decir, en varias de las grandes operadores la línea telefónica fija va incluida al contratar, por ejemplo, internet o un paquete de canales de televisión. Un hábito que en ocasiones la propia CNMC ha criticado por limitar la capacidad de elección de los usuarios.
Estos paquetes son una fuente fija de ingresos para las operadoras, que en el último año los han encarecido de media tres euros mensuales para los que incluyen telefonía fija y móvil, banda ancha fija y móvil y televisión de pago —los llamados paquetes quíntuples—, hasta situarse en un precio medio de 79,8 euros.
Ya no hablamos por teléfono
Hace años una llamada telefónica era la única manera de poder comunicarse con los que uno no tenía cerca. Ahora, la comunicación está a golpe de click. Es una tendencia absolutamente intergeneracional: en España la gente cada vez habla menos por teléfono y utiliza cada vez más aplicaciones de mensajería instantánea. Pero es cierto que este comportamiento es especialmente llamativo en el caso de los jóvenes. Hace unos años, en el mundo anglosajón se acuñó el término «Generación mute» —en español generación muda— para referirse a la aversión de este grupo de edad por las llamadas telefónicas tradicionales.
En algunos casos incluso va más allá. Telenofobia es el término usado para referirse al miedo a hablar por teléfono. El 81 % de los millenials siente cierta ansiedad antes de realizar una llamada, según un estudio publicado en el 2022 por la organización Bank my Cell. Este sentimiento se debe a que durante una llamada telefónica la persona puede sentirse vulnerable al tener menos tiempo para transmitir su respuesta, aunque también citan otras razones, como que las llamadas les quitan demasiado tiempo (75 %) o que reciben llamadas de una persona con quejas (64 %).