La segunda dana retrasa la recuperación de la zona cero

María Salgado
María Salgado REDACCIÓN / LA VOZ

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Policías y bomberos drenan un garaje en Paiporta (Valencia), tras la llegada de la segunda dana en dos semanas a la zona cero de las riadas.
Policías y bomberos drenan un garaje en Paiporta (Valencia), tras la llegada de la segunda dana en dos semanas a la zona cero de las riadas. Vincent West

Más de un centenar de los 216 fallecidos a causa de las riadas en la provincia de Valencia tenía 70 años o más, nueve eran menores de edad, y 26, extranjeros

15 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La lluvia arreció sobre el fango, sobre las balsas de agua, sobre las casas derruidas, sobre las montañas de escombros, pero, esta vez, se encontró a los valencianos prevenidos y a resguardo. La segunda dana en solo dos semanas que cayó ayer sobre la zona cero de las riadas del pasado 29 de octubre no se llevó vidas a su paso, pero retrasó los trabajos de recuperación y limpieza, y causó estragos materiales en otras localidades como Oliva y Cullera. «Esta tormenta ha dado al traste con parte del trabajo de recuperación ganado», lamentaba una vecina de Catarroja. «Los trasteros se han vuelto a llenar de lodo y agua; estamos volviéndolo a sacar todo. Esto es como una guerra», se quejaba un bombero. «Al estar el alcantarillado embozado ha vuelto a salir todo», explicaba otra vecina. En Paiporta, los servicios de emergencias trabajaban en los sumideros, que seguían colapsados.

Estas precipitaciones torrenciales, que mantuvieron bajo aviso rojo al litoral de Valencia desde la tarde del miércoles hasta la mañana del jueves, castigaron especialmente al municipio de Cullera, donde se registraron más de 90 litros por metro cuadrado en una hora, y donde el agua anegó viviendas y calles aledañas a la zona de montaña, y arrastró piedras y fango a su paso. «La lluvia ha parado a tiempo para poder desaguar», respiraba aliviado su alcalde, Jordi Mayor, que vio de cerca «mucho peligro y mucho riesgo». También en Oliva, la dana hizo diana. El Consorcio Provincial de Bomberos tuvo que intervenir allí para rescatar a un hombre atrapado en un ascensor que se inundaba y para revisar desprendimientos de cornisas y fachadas. Además, y de forma preventiva, vigilaron durante toda la madrugada los barrancos del Pozalet y del Poyo, y realojaron a cuatro vecinos que residen cerca de este último.

Ya al mediodía, cuando la Generalitat levantó las restricciones de movilidad, se retomaron las tareas de limpieza e higienización de una treintena de centros educativos de núcleos castigados por las inundaciones de hace dos semanas como Albal, Aldaya, Alfafar, Algemesí, Benetúser, Catarroja, Masanasa, Paiporta, Picaña, Sedaví y Utiel. En estos colegios de infantil y primaria, e institutos de secundaria, las empresas públicas Tragsa y Vaersa, reforzadas por las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF), continuaron retirando escombros y lodo, y reparando paredes y vallados. De hecho, en algunos municipios, los alumnos podrán reanudar hoy las clases lectivas y extraescolares, como en Torrente. Un pueblo que fue tocado este jueves con la fortuna: un acertante ganó casi 545.000 euros en la Bonoloto.

La paralización de la actividad educativa y la restricción de la movilidad en 163 localidades decretada la noche del miércoles a través de dos mensajes de alerta que los valencianos recibieron en sus teléfonos móviles mantenía cerradas las puertas de la mayoría de comercios por precaución la mañana de ayer en la ciudad del Turia. A mediodía, algunos empezaban a subir la persiana y a las dos de la tarde la actividad empresarial parecía casi normal.

Se empieza a ver «un poquito la luz del sol», al menos, en materia de infraestructuras, valoró el ministro de Transportes, Óscar Puente, que celebró la reapertura del AVE y la red de carreteras. «Ya están los primeros trenes saliendo; los cercanías, también [...]. Y la A-7 ya está abierta», dijo a su salida del Congreso.

Un sol que no volverán a ver las víctimas mortales de las riadas. El día que esta segunda dana arrolló sobre la zona cero, el Tribunal Superior de Justicia de Valencia informó de que 104 de los 215 fallecidos en esta provincia tenían 70 años o más, nueve eran menores de edad, y 26, extranjeros. Los más numerosos, de Rumanía, Marruecos y China. Además, las inundaciones de hace dos semanas afectaron a 1.600 personas con discapacidad, dejaron inoperativos 32 centros residenciales y dañaron 26 centros especiales de empleo.

Desalojos y rescates en Málaga

También Andalucía está en fase de recuperación. Uno de los municipios malagueños más castigados por la última dana es Benamargosa. «La situación fue extrema, con más de metro y medio de agua en casas y en zonas donde podríamos haber tenido una desgracia», reconoció el presidente de la Junta, Juanma Moreno, que el martes alertó a 1.300.000 personas tras el aviso rojo por lluvias en las comarcas de Sol y Guadalhorce, y la Axarquía. «Los vecinos han pasado miedo y lamentan muchos daños materiales. Muchos lo han perdido todo», explicó el popular, que volvió a destacar la importancia de la colaboración entre los gobiernos central y autonómico para que «esta pesadilla termine lo antes posible».

En el pueblo gaditano de Jimena de la Frontera, los bomberos tuvieron que desalojar viviendas y rescatar a varias personas aisladas en tejados. La crecida del río Guadiaro, también en Cádiz, obligó a evacuar barrios cercanos a su cauce, aunque al cierre de esta edición la Junta había autorizado el regreso «ordenado y seguro» de las 4.000 personas desalojadas de las riberas del Guadalhorce, Campanillas, Vélez y Guadiaro.

El Centro de Coordinación de Emergencias del 112 atendió casi 1.300 incidencias en toda Andalucía, de las que 983 procedían de Málaga, como la de un matrimonio y sus dos hijos, atrapados en una casa inundada y que fueron rescatados sanos y salvos.

Los 1,3 millones de alumnos de 5.000 centros educativos andaluces que ayer se quedaron en casa regresan hoy a las aulas para recuperar la preciada normalidad.