«Es mejor que no la veáis, que la recordéis como era»

María Cedrón LA VOZ EN VALENCIA

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Las familias comienzan a recuperar a las víctimas ya identificadas tras el desastre de la dana en Valencia, mientras continúa la búsqueda de cuerpos

06 nov 2024 . Actualizado a las 10:19 h.

«Descansad en paz. Siempre en nuestro recuerdo». Escrito con rotulador malva sobre fondo azul, ese es el primer mensaje de homenaje a las víctimas que se ha instalado ante la Feria Valencia, la morgue a la que se van trasladando los cuerpos de las víctimas de la dana después de que los forenses del Instituto de Medicina Legal de Valencia les hayan realizado la autopsia en la Ciudad de la Justicia. Bajo el papel, una única planta de flores blancas. En señal de respeto y reverencia a unos muertos que no se sabe bien cuántos serán. Hasta ahora, las cifras oficiales hablan de 217. Un total de 211 en la Comunidad Valenciana; cuatro en Letur, en Albacete; uno en Mira, en Cuenca; y uno en Alhaurín de la Torre, en Málaga. Ninguno en el párking del centro comercial de Bonaire, en Aldaya, ni en el del MN4, en Alfafar.

Pero cada día hay hallazgos que las pueden alterar. Como el del cadáver que apareció en las Ramblas de Letur, en Albacete, justo en el mismo lugar durante el día anterior había aparecido una extremidad, y que ayer fue uno de los que hizo subir la cifra de muertos. ¿De quién será? ¿Será el de Jonathan, uno de los desaparecidos del pueblo? Habrá que hacer la autopsia o cotejar el ADN con el de alguno de sus familiares. Ha pasado una semana. La prudencia es la que ha de mandar.

Y ayer, un día más, continuaban los rastreos. «Hoy —por ayer— fue un día duro», comenta un bombero exhausto al acabar la jornada. No dice por qué. Puede que por el trabajo que aún hay por delante en el río Magro, el barranco del Poyo, la desembocadura del Turia, la Albufera... Y no hay nadie que conozca mejor ese lago de agua dulce que los pescadores de El Palmar. Los que van a la tenca y a la anguila. O los barqueros que pasean turistas por este parque natural. Conocen los caprichos del lago y sus corrientes. Y por eso están siendo los ojos de los equipos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, ayudados de drones, zódiacs, militares y de los perros de la Unidad Cinológica. Es un trabajo complicado en un lugar donde el agua baja tan turbia que es complicado ver. Sobre todo cuando el lago todavía no ha recuperado su nivel de agua habitual. Pero también hay que luchar contra esas corrientes que podrían arrastrar los muertos hasta el mar. Ahí, la búsqueda se complica. Según publicó ayer El País, los buzos encontraron el lunes tres cuerpos. Por eso no se puede dejar de trabajar.

Un total de 89 desaparecidos

Ni en la búsqueda de muertos. Ni en la de vivos. Ayer por la tarde, los datos oficiales publicados en la web del Gobierno daban una cifra que describe el trabajo ingente de todos los que han venido hasta aquí para arrimar el hombro. Decían que los miembros de las Fuerzas Armadas y de los distintos cuerpos policiales que están participando en el operativo en la Comunidad Valenciana habían rescatado hasta entonces a unas 36.488 personas, 211 solo en las últimas 24 horas. Y los equipos forenses habían realizado 195 autopsias, de las 215 víctimas mortales que oficialmente se habían dado a conocer en la comunidad. Los desaparecidos activos derivados de las denuncias recibidas son 89, pero entre ellos podrían estar las 62 personas a las que ya se les ha practicado la autopsia, pero todavía no han sido identificadas.

Comparecer en el juzgado

Ese número, el 89, podría traducirse también en la cifra de hogares pendientes de una llamada de la Guardia Civil o de la Policía Nacional. Un aviso de que han identificado a ese familiar del que llevan esperando saber algo desde hace ya más de una semana y que han de comparecer en el juzgado para poder «liberar su cuerpo». Algunas familias, muy pocas, se acercaron ayer por la mañana hasta el Juzgado de Instrucción número dos de Torrent para poder, por fin, despedir a sus muertos. «Es el último homenaje que le vais a hacer a la chica», explicaba una de las técnicas a una familia tras su comparecencia. Llevar el DNI de la persona fallecida, o una fotocopia, ayuda. Pero para quienes no lo tengan hay soluciones.

Llorar su muerte. Honrarla con algo más que esa pequeña planta de flores blancas que, probablemente, inaugurará un altar en honor a las víctimas ante la Feria Valencia es lo que quería esa familia que, a las puertas del juzgado, recibía instrucciones y horarios para recuperar el cadáver. Y un consejo: «Han pasado varios días desde la dana. Es mejor que no la veáis, que la recordéis como era».