Equipos de rescate aceleran la búsqueda de supervivientes cuatro días después
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Hallan con vida a una mujer atrapada 72 horas junto al cadáver de su cuñada
03 nov 2024 . Actualizado a las 09:38 h.«Buscamos desaparecidos». Esa es la misión de la brigada de Protección Civil que el jueves por la noche puso rumbo a Valencia desde Cubelas, en Ribadeo; Castropol, Tapia de Casariego... para echar una mano, y una pata, en las labores de búsqueda de desaparecidos. Vivos. Pero también muertos. Porque junto a las siete personas que forman la brigada viajaron dos perros, Cori y Meu. Cori está especializado en búsquedas en grandes áreas. Como aclara Rodri, el jefe del operativo, «busca el rastro de personas vivas». Meu, en cambio, tiene como misión la búsqueda de cadáveres. Juntos, perros y humanos, llevan desde el viernes trabajando en Piaport, Paiporta, el pueblo que más muertos ha registrado por la dana, y, ayer por la tarde, en Picaña. «Vamos a donde nos van indicando desde los servicios de emergencia», comentaba ayer por teléfono Rodri mientras viajaba de Paiporta a Picaña. No hay tregua. Lo que han visto desde el viernes es dantesco: «Como lo que se ve en la tele, pero amplificado. Hay zonas que continúan anegadas y hay muchas a las que todavía no han podido acceder los servicios de emergencia porque todo está destruido».
La prioridad: buscar y buscar. Porque cada segundo que transcurre juega en contra. Es una carrera a contrarreloj. Durante el día y medio que llevaban ya trabajando solo Meu había hallado cadáveres. Al cierre de esta edición el número oficial de muertos ascendía ya a 213.
¿Desaparecidos? No hay una cifra oficial. El motivo lo había aclarado el viernes por la noche el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska en una entrevista radiofónica recogida por Efe: «Es imposible saber el número de desaparecidos y no sería prudente por mi parte dar una cifra». Y apuntó que las llamadas que recibe el 112 de personas que dicen que no encuentran a sus familiares, obedecen en su mayoría a los fallos de comunicación. «Además, la gente que finalmente encuentra a sus familiares no lo reporta, de modo que no se pueden hacer esos vaticinios, ya que las valoraciones en ese sentido nos llevarían al error y no generarían confianza».
Con eso es con lo que trabajan en los puestos de mando. Sobre el terreno efectivos humanos y perros continúan abriéndose paso en garajes, túneles o campos llenos de coches. Ayer por la tarde Cori no había encontrado todavía el rastro de ninguna persona viva. Pero aunque el tiempo juega en su contra, ningún miembro de este equipo que llegó a Valencia desde los concellos fronterizos de Galicia y Asturias descarta que las encuentre.
Existe esperanza. La alcaldesa de Chiva, Amparo Fort, indicó ayer que la UME había comenzado a trabajar en el municipio y la habían avisado del rescate de supervivientes. El viernes por la noche, según Las Provincias, el presidente de Protección Civil en la Comunitat Valenciana, Martín Pérez, también había comunicado a los voluntarios llegados de toda España hasta Montcada que habían encontrado a una mujer con vida tres días después del paso de la dana. Fueron sus gritos de auxilio los que alertaron a un operativo de Protección Civil que retiraban vehículos de una zona de Benetússer. Allí había permanecido todo ese tiempo, dentro de su vehículo junto al cadáver de su cuñada. Ahora trata de reponerse tras ser trasladada a un centro sanitario. Historias como la suya animan a seguir buscando.
Estiman que unas 325.000 personas viven en la «zona cero»
El viernes el ayuntamiento de Catarroja difundió a través de su cuenta de X que todavía quedaban unas mil raciones en el punto de «comer caliente» de la plaza de La Llotgeta, mientras agradecía al chef José Andrés que se hubiera acercado hasta el pueblo con su organización World Central Kitchen para ayudar a los vecinos. No fue el único pueblo al que acudieron. Estuvieron en varias localidades donde la comida o los medicamentos escasean. De hecho, las cuentas municipales de X de varios de los ayuntamientos más afectados por la dana se han convertido en un gran tablón de anuncios en el que se piden antidiarreicos, antibióticos o medicamentos para frenar los vómitos. Es mucha la gente que hay que atender y sus demandas urgentes son diversas.
Datos de Copernicus
Según los datos difundidos ayer por el programa europeo de satélites Copernicus analizados por el equipo de Geografía Humana de la Universitat de València, se calcula que en la zona cero de la catástrofe viven unas 325.000 personas, la suma de los habitantes de Alaquàs, Aldaia, Alfafar, Benetússer, Beniparrell, Catarroja, Lloc Nou de la Corona, Massanassa, Paiporta, Pincanya, Sedaví, Torrent, Xirivella y el distrito Poblats del Sur de la ciudad de València. Además, calculan que hay más de 75.000 viviendas afectadas. Todos precisan ayuda.