El nuevo cauce del Turia, la obra faraónica que protegió de la dana a la ciudad

Carlos Peralta
C. Peralta REDACCIÓN / LA VOZ

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El aspecto del nuevo cauce del río Turia el pasado miércoles, después del devastador paso de la dana por la provincia de Valencia.
El aspecto del nuevo cauce del río Turia el pasado miércoles, después del devastador paso de la dana por la provincia de Valencia. Biel Aliño | EFE

«Ha hecho que ahora mismo no estemos hablando de un desastre masivo», destaca un ingeniero

03 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Cualquiera que haya recorrido en coche el tramo de la V-30 desde Valencia capital hasta Chirivella tendrá en su retina el nuevo cauce del río Turia: decorado de grafitis en sus márgenes, repleto de vegetación y, casi siempre, seco. Por eso fueron tan impactantes las imágenes del nuevo cauce de estos días, tomadas desde los alrededores o por vía satélite. El desvío del Turia pasó, en apenas unas horas, de su aspecto habitual a un caudal de 1.400 metros cúbicos por segundo a la altura de la presa de Manises, según reflejó en X Álvaro Oliver, geógrafo de la Universidad de Valencia.

«El desvío del río Turia ha hecho que ahora mismo no estemos hablando de un desastre masivo en el centro histórico de la ciudad. Esta obra hidráulica ha conseguido parar toda esa avenida», remarca Santiago Folgueral, vocal de la junta del Colegio de Ingenieros de Caminos de Valencia.

La obra del nuevo cauce, promovida por la dictadura franquista, comenzó en el 1958 y finalizó definitivamente en 1973. Su coste también fue astronómico: 3.760 millones de pesetas de la época. Las personas mayores todavía recuerdan los sellos de correos del Plan Sur —así se llamó al proyecto de creación del desvío—, que sufragó una pequeña parte de la colosal obra. El antiguo cauce pasó a ser los jardines del Turia, uno de los parques lineales más grandes de Europa con ocho kilómetros y medio de longitud. En su tramo final está la Ciudad de las Artes de las Ciencias y el Oceanogràfic.

El desvío cuenta con 12 kilómetros de longitud y 175 metros de ancho. Era la reacción al precedente más grave de la dana reciente: la riada de 1957, que asoló la capital y provocó al menos 300 muertes.

Han pasado 67 años hasta el martes, cuando las intensas lluvias pusieron a prueba como nunca la resistencia del cauce artificial, con capacidad para soportar un caudal de 5.000 metros cúbicos por segundo.

La construcción del nuevo cauce fue faraónica y supuso un cambio drástico de la configuración del sur de Valencia y de la comarca de L'Horta Sud, hoy tristemente devastada por la dana del martes. Iván Portugués, doctor por la Universidad de Valencia con la tesis La metamorfosis del río Turia en Valencia, explicó en la revista científica Métode que la obra borró del mapa 400 hectáreas de espacio verde y supuso centenares de expropiaciones, con 836 viviendas afectadas.

Imagen del antiguo cauce del río Turia, convertidos desde hace décadas en jardines.
Imagen del antiguo cauce del río Turia, convertidos desde hace décadas en jardines. AYTO | EUROPAPRESS

Falta de inversión

Folgueral cree que no es momento de hacer saña habiendo tantas víctimas mortales, pero deja una pregunta a modo de reflexión: «¿Qué habría ocurrido si en vez de tener que gastar dinero en arreglar todo esto hubiéramos invertido en obras hidráulicas?». El ingeniero remarca que las distintas conferencias hidráulicas tienen todo estudiado desde hace años, pero hace falta ejecutar las obras. «Planteémonos si tenemos que extender aguas arriba todo este tipo de infraestructuras para que esta población metropolitana que se esparce alrededor de las ciudades esté a salvo porque se ha demostrado que, ahora mismo, no lo está», destaca Folgueral. Hace hincapié en la fatídica rambla del Poyo, que superó su capacidad máxima en 500 metros cúbicos, hasta llegar a los 2.300. «Es cuatro veces el caudal del Ebro», remarcó la meteoróloga Victória Roselló en Á Punt.

Su desbordamiento asoló, entre otros municipios, Chiva, Ribarroja del Turia y Catarroja. «Todos los mapas de inundaciones, que son públicos, ya decían que esa zona se inundaba. No nos inventamos nada. Estaba previsto ampliarla y sé que la Conferencia Hidráulica del Júcar (CHJ) luchó para que la ampliación se llevara a cabo», destaca.

Forata y Buseo

En la otra cara de la moneda está la presa de Forata. «¿Qué habría ocurrido si esa presa no llega a estar allí?», se pregunta Folgueral. La CHJ avisó el fatídico martes del alarmante aumento del caudal del río Magro, situándolo por encima de los 1.000 metros cúbicos por segundo. La presa frenó parte del importante caudal del río Magro hasta llenarse por completo y, después, desembalsar agua progresivamente. No pudo evitar la desgracia vivida en Algemesí, La Alcudia y Guadasuar, provocada por los desbordamientos del río Magro. Pero sí la minimizó.

Lo mismo ocurrió con el embalse de Buseo, que contuvo el caudal del Turia. El Ayuntamiento de Sot de Chera, que incluye en su término la presa, desalojó por prevención a 50 personas.