Transportes lanza contratos de emergencia para reconstruir las infraestructuras de Valencia

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

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En este túnel de Alfafar (Valencia) aparecieron varias víctimas mortales
En este túnel de Alfafar (Valencia) aparecieron varias víctimas mortales Susana Vera | REUTERS

El ministerio tardará meses en restituir la movilidad previa a la dana, pero recurre a las licitaciones urgentes como las que utilizó en el viaducto que colapsó en la A-6. Hoy podrán abrirse con restricciones dos líneas de cercanías

02 nov 2024 . Actualizado a las 08:38 h.

Las garantías y los controles con los que se elaboran los pliegos de licitación de obra pública suponen a menudo una carga burocrática imposible de asumir cuando hay que abordar situaciones límite como la que ha provocado la dana en la provincia de Valencia. Como sucedió cuando hace algo más de dos años colapsó el viaducto de O Castro, en la A-6, el objetivo prioritario del Ministerio de Transportes en estos casos es restablecer la normalidad y la movilidad cuanto antes, y eso solo es posible mediante las modalidades de contratación de emergencia o urgencia, ambas con distintos niveles de supervisión.

El ministro de Transportes, Óscar Puente, volvió ayer a ejercitar el realismo crudo al asegurar que el restablecimiento de la normalidad en las redes de transporte de la Comunidad Valenciana llevará meses. Pero es necesario actuar ya para lograr, al menos, un nivel de movilidad degradado que permita al menos los tráficos esenciales, en una comunidad, además, que depende extraordinariamente del tráfico de mercancías por el corredor mediterráneo, especialmente las procedentes del sector agrícola.

Para ello se han activado ya varios contratos por la vía de emergencia, que obligan a los contratistas invitados a la ejecución de la obra —se evitan el proceso de publicidad y concurso público— a iniciar los trabajos en un plazo que debe ser siempre inferior a un mes, frente a los meses o incluso años que lleva un proceso de contratación normal. Así, Transportes ha habilitado ya unos 24,8 millones de euros para empezar a reconstruir las carreteras más gravemente dañadas por la dana en las provincias de Valencia y Cuenca: la A-7, la N-330 y la N-322. En total, hay unos ochenta kilómetros de carreteras de la red estatal que están gravemente afectados.

Una vez que la línea de alta velocidad Madrid-Valencia parece que podrá reabrirse en quince días, el gran punto negro de las infraestructuras valencianas después del temporal extremo —además de la destrucción de tres líneas de cercanías— es el viaducto que colapsó en la A-7, en el municipio de Quart de Poblet, un tramo que funciona como circunvalación exterior de Valencia y que tiene un tráfico diario de cerca de 80.000 vehículos.

Desvío provisional

Para reconstruir la estructura se han liberado por el procedimiento de emergencia 12,6 millones de euros, que también servirán para habilitar un desvío provisional de tres carriles junto a la propia autovía. Los primeros trabajos ya han comenzado, pues es urgente restituir una conexión crucial para la movilidad metropolitana de Valencia. «Los daños son tan graves que tenemos la A-7 en este momento cortada e imposible de transitar por ella», lamentó Óscar Puente. El tramo de la A-3 entre Cuenca y Valencia está transitable, pero solo para emergencias y los servicios de rescate.

Los otros 12,2 millones del contrato de emergencia se destinan a la reconstrucción de la carretera N-322 a la altura de Requena, y de la N-330 en distintos tramos a lo largo de las provincias de Valencia y Cuenca.

Frente a tantas malas noticias, es positivo que el ADIF y Renfe puedan restituir, a partir de hoy y de forma limitada, la circulación de trenes en las líneas de cercanías C-5 y C-6, las menos afectadas por las riadas. Las otras tres llevarán más tiempo. Solo para desplazamientos urgentes, también se restablece el servicio de larga distancia con Barcelona (Euromed).