La actriz ha concedido su primera entrevista en televisión tras la denuncia que puso contra el exportavoz de Sumar. En una grabación de audio ha explicado que conoció a Errejón por las redes después de que él le aplaudiese un titular feminista. «Todo lo que digo en la denuncia es cierto», insistió la intéprete
29 oct 2024 . Actualizado a las 11:06 h.«Ha sido un fin de semana horrible, la verdad». Así comenzaba el relato que hacía Elisa Mouliaá este lunes en Espejo Público, de Antena 3.
El espacio emitía una entrevista telefónica con la actriz tras sus explicaciones de los últimos días. La intérprete madrileña de 35 años le manifestaba a la periodista Vanesa Pámpano el malestar que siente tras el odio y las dudas que ha recibido en redes a raíz denuncia que interponía el viernes. Con todo, mantiene que se va a seguir defendiendo «hasta el final». «Todo lo que digo en la denuncia es cierto», insistió.
«He contestado a todo. Sé que no lo tengo que hacer, todo el mundo me ha recomendado que no lo haga, pero al final contestas. Y creo que lo voy a seguir haciendo porque no me voy a callar...porque una vez hablas, hay que ir hasta el final. Es lo justo para mí, para las demás mujeres y para que esto no vuelva a pasar», explicaba.
La actriz de Águila Roja, Buscando el norte o Servir y proteger ha asegurado también que nadie se ha puesto en contacto con ella tras su denuncia, ni por parte del entorno de Errejón ni por parte de Sumar.
«Íñigo Errejón es un depredador sexual»
Mouliaá le ha explicado a Espejo Público que conoció a Errejón a través de las redes sociales. «Me hicieron unas fotos para una revista y el titular que pusieron era que yo era feminista y que creía en la igualdad de derechos. Entonces él me aplaudió (a través de las redes). Fue la primera interacción que tuvimos. Después empezamos a hablar»
La actriz asegura que admiraba al exportavoz de Sumar por su discurso político, que era de los «mejores que había en España». «Yo le admiraba como político, pero no le conocía como persona. Y una cosa es que estuviese ilusionada, y otra que estuviese enamorada».
Sobre la agresión
La actriz reprocha a aquellos que la critican que la sociedad todavía tenga en mente que una agresión sexual es estrictamente una violación. «Acosar sexualmente a una persona que acabas de conocer, sin mediar palabra, sin una conversación, sin un flirteo... ¡es que nos acabábamos de conocer! Yo fui a la presentación de su libro, después nos tomamos una cerveza, a la hora o antes le dije que me iba a la fiesta de unos amigos, en el coche me dijo lo de las tres normas -que no se alejase de él esa noche, que si lo hacía que no fuese a más de veinte metros de él y que esa noche le diese un beso-, en el ascensor me metió la boca y en la casa pasó lo que pasó y me dejó salir de la habitación».
Ahora, considera que tiene las pruebas de su parte. «Pueden testificar mis amigas y mi familia. Yo he hablado porque al final estalló todo y me parecía horrible no decir nada. Es un depredador sexual, no es un tío que te entra una noche y está caliente y ya está. No, las mujeres sabemos diferenciar. A mí no me parece normal y no es una persona normal. Tiene rasgos de psicópata narcisista y cada vez se esta viendo más».
Lo que más le duele es «la decepción de que siempre se pone el foco en la persona agredida: que si quiere fama, que si busca dinero, que si la han comprado... Al final se pone el foco en la persona que relata sus hechos y no en el agresor».
«Seguro que si ahora me están tomando por loca, imagínate antes, si lo cuento cuando no había más denuncias», dice en referencia a aquellos que la critican por no haber denunciado en el 2021, cuando supuestamente sucedieron los hechos. Mouliaá mantiene que tenía muy presente la posición política y social que ocupaba Errejón.
Tras la emisión de su entrevista en el programa de Antena 3, la actriz publicaba de nuevo en su perfil de X. «Somos un trofeo para ellosy todo un juego de caza.Pura carne para alimentar su triste ego. El amor y la inocencia, una perdida batalla... El porno ha hecho los deberes y nosotras somos las cobayas...».
Su relato
Elisa Mouliaá ha sido la primera en dar la cara, pero podría no ser la última víctima de Errejón. El viernes, apenas unas horas después de la dimisión del exportavoz de Sumar, la intérprete ponía una denuncia contra el político por presunta violencia sexual. «Yo estaba ilusionada con Íñigo, le tenía en un pedestal... pensé que podía ser una historia de amor preciosa, pero en lugar de encontrarme con algo romántico, me encontré con una persona que lo único que quería era tocar mi cuerpo y meterme la lengua», explicaba sobre aquella noche del 2021.
Ya el sábado se conocían más detalles de su relato ante la policía. Mouliaá describió con detalles que una noche a finales de septiembre del 2021 y tras llevar alrededor de un año de conversaciones con Errejón a través de las redes sociales, este la invitó a la presentación de su libro Con todo: de los años veloces al futuro. Al terminar ese evento, se fueron a tomar unas cervezas a un bar próximo. Como ella, entonces de 32 años, tenía previsto acudir a una fiesta de amigos en el barrio madrileño de Chamberí, «por educación» lo invitó a acompañarla. «Para sorpresa» de ella, él aceptó. La actriz precisa que cuando iban en un coche hacia la fiesta, el diputado adoptó una «actitud dominante» y le dijo que le iba a imponer tres reglas: «Que no se alejase mucho de él esa noche, que si lo hacía no fuese a más de 20 metros de él y regresase, y la tercera que le diera un beso».
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La también presentadora aseguró sentirse «violentada y cortada, si bien decidió guardar silencio por ser quien era». Una vez en el edificio, dentro del ascensor, Errejón le dijo: «La tercera regla la voy a romper ahora mismo». Entonces, la agarró por la cintura y la comenzó a besar «introduciendo su lengua en el interior de su boca, dejándola sin respiración y de una forma violenta». Ella se sintió «intimidada». Una vez en la fiesta, y tras hablar, beber y bailar con los asistentes, ella bailó con un amigo suyo una canción de Los Secretos, con lo que Errejón sufrió un «ataque de celos», la cogió del brazo y se la llevó a seis metros, por un pasillo, hasta introducirla en el interior de una habitación de la vivienda, donde se habrían producido varios tocamientos «sin el consentimiento» de la actriz.
Según la denuncia, el exparlamentario «cerró la puerta con pestillo para impedir que ella pudiera escapar, la comenzó a besar y a tocar por distintas partes de su cuerpo, sobre todo por la zona de los pechos y de los glúteos, no pudiendo concretar si por encima o por debajo de la ropa. Le quitó el sujetador al tiempo que le decía frases lascivas del tipo: ‘cómo me pones'. Todos estos hechos ocurrieron sin el consentimiento de la denunciante».
A continuación, la empujó sobre la cama y él «se sacó su miembro viril, comenzando a lamer la zona de los pechos de ella».