¿Saldrán los hermanos Menéndez de prisión? La fiscalía de Los Ángeles pide reabrir su caso: «Han pagado su deuda con la sociedad»
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Tras 28 años en prisión y una condena a cadena perpetua, Lyle y Erik tienen una oportunidad de que se revise su caso
25 oct 2024 . Actualizado a las 19:33 h.Nunca un caso llevado a la pantalla ha tenido semejante dosis de realidad. Con la serie Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menendez triunfando en Netflix, su caso ha vuelto a la actualidad de los tribunales.
Tras 28 años en prisión, los hermanos Menéndez podrían tener una oportunidad de salir de la cárcel. A pesar de su condena a cadena perpetua por asesinar a sus padres, José y Kitty Menéndez, la fiscalía de Los Ángeles pide ahora la reapertura del caso.
Aunque, según recoge Efe, la decisión la tomará el juez, la fiscalía comunicó en una abarrotada sala de prensa que recomendará al tribunal su decisión de que «se elimine la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional y que se les condene por asesinato».
«Después de una revisión muy cuidadosa de todos los argumentos que se presentaron a favor de las personas de ambos lados de esta ecuación, llegué a la conclusión de que están dentro de la ley y que una nueva sentencia es apropiada», informó el fiscal del distrito del condado de Los Ángeles, George Gascón.
La decisión de la fiscalía podría allanar el camino para la liberación de Lyle y Erik, sentenciados a cadena perpetua sin libertad condicional en una prisión cerca de San Diego. Hace solo unos días, sus familiares convocaron una multitudinaria rueda de prensa para pedir la reapertura del proceso. ¿El motivo? Después de 28 años de prisión, ha aparecido una nueva prueba. Una carta que uno de los hermanos le envió a un familiar contándole que era víctima de abusos en el seno familiar. Un escrito que es previo al crimen.
«Creo que (los hermanos) han pagado su deuda con la sociedad», insistió Gascón.
El giro de un mediático caso
La oficina fiscal de Los Ángeles informó el pasado 3 de octubre que estaban revisando esas nuevas evidencias de posible abuso sexual que hicieron llegar a un tribunal los abogados de los hermanos Menéndez. Entre ellas estaba la carta que señala a una de las víctimas, José Menéndez, como abusador. A esto hay que unir el testimonio de un trabajador de la empresa del padre que también asegura que sufrió abusos.
De este modo, y por primera vez desde su condena a cadena perpetua en 1996, hay una posibilidad de que este caso regrese a los tribunales, redoblando el interés por el considerado el parricidio más famoso de los Estados Unidos.
El caso real
Tanto la serie como el documental -Los hermanos Menendez, que también está en Netflix- están revisitando para los espectadores de todo el mundo uno de los crímenes más famosos y que más conmocionó a la sociedad estadounidense.
¿Son los hermanos Lyle y Erik Menéndez unos monstruos o las víctimas de un gravísimo caso de abuso? Lo cierto, es que ahora los tribunales lo van a decidir. En aquel momento, y tras dos juicios, el jurado no tuvo dudas y fueron declarados culpables de asesinato en primer grado y condenados a cadena perpetua.
El 20 de agosto de 1989
El 20 de agosto de 1989, Lyle y Erik Menéndez fueron acribillados a tiros. El matrimonio apareció sin vida en su mansión de Beverly Hills. Sus propios hijos avisaron a la policía, que contempló que se tratase de un ajuste de cuentas o incluso de un crimen perpetrado por la mafia.
Los Menéndez eran una familia acomodada y Jose era un importante empresario del sector musical.
En marzo de 1990, los hermanos fueron detenidos tras no haber pasado precisamente apercibidos. En los meses siguientes se dedicaron a gastar ingentes cantidades de dinero, lo que les puso en el punto de mira de la policía. Además, se dio otro desencadenante: Judalon Smyth, amante de su psicólogo, le dijo a los investigadores que Erik había confesado el crimen en una de las sesiones y que que Jerome Oziel tenía el testimonio grabado.
En el juicio, se defendieron dos versiones. La fiscalía mantuvo que los hermanos mataron a sus padres para poder acceder a su herencia; sus defensas expusieron de forma sorpresiva unos argumentos que les convertían en víctimas asegurando que su padre abusó de ambos física y sexualmente.
El primer proceso se anuló porque el jurado no consiguió llegar a una conclusión, pero en su repetición, en 1996, fueron condenados a cadena perpetua. A día de hoy, a sus 56 y 53 años, Lyle y Erik Menéndez vuelven a tener una oportunidad. ¿Monstruos o víctimas?