La historia real tras la serie de Netflix de los hermanos Menéndez: ¿monstruos o víctimas de abusos sexuales?
CULTURA
Lyle y Erik Menéndez fueron condenados a cadena perpetua en 1996 tras matar a sus padres, Kitty y José, en su propia casa. La plataforma suma el 7 de octubre un documental a su exitosa «Monstruos», justo cuando su caso va a ser revisado tras presentar una prueba que podría probar su inocencia
07 oct 2024 . Actualizado a las 12:34 h.Netflix no piensa dejar escapar el tirón del parricidio más famoso de los 90 en Estados Unidos. A su exitosa serie Monstruos, suma este 7 de octubre un documental del género true crime titulado Los hermanos Menendez. Se trata de una producción propia que llega a la plataforma para darle otra vuelta de tuerca a un caso que se encuentra de plena actualidad judicial. Los propios condenados, Lyle y Erik Menéndez dan su testimonio en el documental sobre lo ocurrido en su casa de Beverly Hills en 1989. «¿Todo el mundo pregunta por qué matamos a nuestros padres? Quizá la gente ahora pueda conocer la verdad», dicen con su propia voz en el trailer del documental.
¿Quién era la familia Menéndez?
La familia Menéndez representaba el auténtico sueño americano. El padre, Jose Menéndez, nació en Cuba y llegó a Estados Unidos cuando tenía 16 años. Tras trabajar en Hertz, se labró una exitosa carrera en la industria de la música, donde trabajó con artistas como José Feliciano, Duran Duran o el grupo juvenil Menudo. También trabajó en el mundo del cine independiente desde donde dio el salto hasta adquirir su propia productora.
Casado con Mary Louise «Kitty» Andersen desde muy jóvenes, y padres de dos hijos, Lyle y Erik, amasaron un patrimonio valorado en 14 millones de dólares hasta su muerte en 1989. «Parecíamos la familia perfecta, pero detrás de todo eso había algo realmente turbio», dice uno de los hermanos en el documental.
El 20 de agosto de 1989
El 20 de agosto de 1989, Jose y Kitty Menéndez aparecieron muertos en su mansión de Beverly Hills. Habían sido acribillados a tiros. Los investigadores pensaron en un primer momento que podría tratarse de un ajuste de cuentas y contemplaron la implicación de la mafia. Fueron sus propios hijos, que entonces tenían 21 y 18 años, quienes llamaron a la policía tras descubrir los cadáveres.
Los hermanos consiguieron librarse de las sospechas unos meses, pero su alto tren de vida y su forma de gastarse su herencia empezó a llamar demasiado la atención. En marzo de 1990 fueron detenidos y acusados de asesinato en primer grado. La clave en su arresto fue la amante del psicólogo de Erik, Judalon Smyth, que le dijo a la policía que durante las sesiones el hijo pequeño de los Menéndez confesó los crímenes y que Jerome Oziel tenía el testimonio grabado.
El juicio
Como narra la serie Monstruos, este caso tiene dos claros puntos de vista. La fiscalía mantuvo en el juicio que el móvil del crimen de Erik y Lyle Menéndez fue enriquecerse y disfrutar del patrimonio familiar.
El otro punto de vista es el de que ellos son las auténticas víctimas. Sus defensas mantuvieron en todo momento que los hermanos mataron a sus padres por miedo. Ambos habían actuado en defensa propia después de haber sido víctimas de abusos físicos y sexuales por parte de su padre desde su infancia.
Si el padre era el auténtico monstruo, ¿por qué matar también a su madre? Ellos alegaron que su progenitora conocía la situación y que mostró absoluta indiferencia. «Los argumentos son un montaje», dice en actual documental de Netflix la fiscal del caso.
El jurado no les creyó y en 1996 -tras anularse el proceso en 1993 por indecisión del jurado- fueron declarados culpables de asesinato en primer grado y condenados a cadena perpetua.
En la cárcel
Lyle y Erik Menéndez, de ahora 56 y 53 años, llevan 28 años en prisión. Aunque en un principio se les separó -sobre todo tras conocerse que tenían un plan de fuga- en el 2018 volvieron a compartir cárcel en el Centro Correccional Richard J. Donovan de San Diego. Es decir, estuvieron casi 20 años sin verse.
Ambos se casaron en prisión. Lyle, con Rebecca Sneed en el 2003, y Erik en 1997 con Tammi Saccoma que, junto a su hija Talia (es que hija fruto de una relación anterior de Tammi), es una de las grandes activistas que piden la libertad de los hermanos. «Estoy rezando para que el fiscal y el juez tengan compasión, no solo por lo que mi padre y mi tío sufrieron, sino también por el hecho de que todos nosotros, la familia, los queremos en casa», publicó la joven en Instagram.
«Hay un movimiento en TikTok para liberar a los Menéndez», apunta la fiscal en el documental.
Al margen de su vida personal, Erik se ha centrado en el apoyo a reclusos víctimas de abusos en la infancia y Erik está involucrado en la reforma penitenciaria. También les gusta la meditación.
¿Un posible liberación?
El caso de los Menéndez está de actualidad más allá de la serie. Hace apenas unos días, la fiscalía de Los Ángeles anunciaba que está evaluando nuevas pruebas. En concreto una carta que Erik habría escrito a un familiar meses antes de los asesinatos en la que le cuenta que ha sido víctima de abusos. Si bien la Fiscalía sostiene que los hermanos cometieron los asesinatos, considera revisar estas pruebas y tomar una decisión sobre si es necesaria una nueva sentencia. El próximo 29 de noviembre se celebrará una audiencia judicial precisamente para analizar esta prueba.
A este indicio, se suma un testimonio que hizo en el 2023 un excomponente de la banda infantil y juvenil puertorriqueña Menudo. Roy Rosselló aseguró que sufrió abusos por parte de Jose Menéndez cuando éste trabajaba con la banda. Así lo cuenta en el documental Menendez + Menudo: Boys Betrayed.