Rubén Ochandiano, sobre su salida de «MasterChef Celebrity»: «Pensé que sabía a lo que iba, pero resultó que no. Era peor»

P. V. LA VOZ

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Rubén Ochandiano, al anunciar su retirada de «MasterChef Celebrity»
Rubén Ochandiano, al anunciar su retirada de «MasterChef Celebrity» RTVE

El actor asegura que, a pesar de las advertencias de ciertos compañeros, aceptó participar por una «oferta económica pornográfica» y critica el montaje de su despedida: «Me pareció muy feo que justo editaran tanto a su favor ese final»

09 oct 2024 . Actualizado a las 17:04 h.

La salida repentina de Rubén Ochandiano de de MasterChef Celebrity se suma a la ristra de polémicas que el talent show culinario acumula temporada tras temporada. El actor no dio muchos detalles a la hora de comunicar a los jueces su abandono, más allá de su incomodidad por el formato, pero días después se mostró disgustado por que los responsables del programa hubiesen eliminado una máxima que había defendido varias veces en su despedida: «Me voy porque he llegado a un punto en el que me resulta muy difícil respetarme a mí mismo y respetar la dinámica del programa». La leyenda negra del concurso se agranda. Y es algo que confirma el propio concursante. Según ha revelado en una reciente entrevista el actor, la realidad era mucho peor de lo que le habían contado y de lo que se había había imaginado.

A Ochandiano ya le habían prevenido. Le habían aconsejado que no accediese a formar parte del cásting. Tanto compañeros que ya habían estado antes como otros que se lo habían sugerido «desde el clasismo de la profesión», detalla. Las advertencias eran más que claras. Y tampoco es que le sorprendieran. «¡Si a estas alturas el que más y el que menos ha oído la leyenda de Masterchef!», valora en la entrevista a la revista Icon. Pero Rubén hizo oídos sordos. Creía saber a lo que atenía. «Desde el momento en el que accedo a entrar estoy siendo cómplice de un asunto que ya sabemos de qué va», se autoflagela. Pero también aprovecha para romper una lanza a su favor. «Yo pensé que sabía a lo que iba, pero cuando llegué allí resultó que no. Era peor», juzga.

La frase que resume su experiencia es precisamente esa que quitaron del programa que se emitió. «Me voy porque ha llegado un punto en el que me resulta muy difícil respetarme a mí mismo y respetar la dinámica del programa». Reiteramos en la sentencia del mismo modo que él la repitió varias veces en presencia de los jueces. Fue precisamente su omisión del montaje final lo que le hizo explotar y sacar a la luz las miserias del formato. Ochandiano entiende por qué el programa tomó la decisión de no ponerlo —«para no generar polémica»—, pero para él fue la gota que colmó el vaso. «Me pareció muy feo que justo editaran tanto a su favor ese final», estima el intérprete, «lo dije hasta en dos ocasiones, y que eso lo editasen me parece muy sesgado».

Con esa valoración tan sensible para MasterChef se refería Ochandiano a dinámicas del concurso que trascienden a lo culinario. Aunque asegura que forma parte del funcionamiento del programa, y que no busca con ello victimizarse, considera que las acciones de los responsables del formato no se correspondían con lo que se le había explicado previamente.

La oferta de su participación le vino directamente de Macarena Rey, CEO de la productora Shine Iberia, responsable del concurso. Con ella coincidió en una cena organizada por Vanity Fair y, al conocer que era un gran fan del programa, lo acabó convenciendo. «Tuve una serie de conversaciones con ella y me hizo una oferta económica pornográfica», revela sobre la razón que lo llevó a aceptar. Una cantidad que no da para comprarse una casa, «pero sí para producir» su siguiente proyecto. «Estuve a punto de decir que no, pero una vez más sentía que lo hacía por esa especie de certeza de tener que preservar esta especie de vitola de alguien que hace productos prestigiosos», cuenta sobre sus primeros pensamientos. Finalmente, cambió de opinión. «Me considero un tío muy currante, un tipo con talento, y no siempre tengo acceso a los proyectos que me gustaría, así que me dije: pues que le den por culo a la vitola».

Pero su participación no fue como se esperaba, ni con lo que le habían dicho. «Me sentí un tanto tangado a nivel personal», confiesa. Y considera que en cierta forma se aprovecharon de su buena disposición. «Yo soy muy bien mandado, y cuando llego a casa me doy cuenta de que estoy siendo cómplice de una serie de situaciones que me conflictúan y que cuando las vea me van a conflictuar aún más», expresa. Es por eso, por la imposibilidad de decir que no al funcionamiento del concurso, por lo que decidió retirarse.