Israel se afianza en el sur del Líbano ante un Hezbolá que todavía responde
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Una cuarta brigada cruzó la frontera mientras los chiíes lanzaban 130 misiles
09 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Una nueva división del Ejército israelí ha cruzado la frontera con el Líbano. Sobre las cabezas de los 7.000 soldados, unos 130 misiles de Hezbolá avanzaban en dirección contraria, hacia sus hogares, y les lanzaban una advertencia: la milicia chií todavía puede plantarles cara. No importa que en la última semana hayan conseguido eliminar a una treintena de dirigentes, entre ellos el líder del grupo, Hasán Nasralá. No importa que ya sean más de 250.000 las personas que han huido hacia Siria, ni que los cráteres se multipliquen en la costa del país, donde se refugia la mayoría de los desplazados y donde este martes más de 30 pueblos quedaron arrasados por las bombas. A Hezbolá aún le quedan fuerzas.
«El enemigo [Israel] cree que ganará —aseveró el vicesecretario general de la milicia, Naim Qassem—. La única solución es la resistencia, la firmeza y que nuestro pueblo se una a nosotros. Derrotaremos a Israel. No logrará sus objetivos». La oleada de más de cien cohetes hacia el Estado vecino puso el punto final a sus palabras y obligó a Tel Aviv a cancelar las clases en la región del Krayot, al norte de Haifa.
Tal vez una parte de los integrantes de la División acorazada 146 —la cuarta que entra en el Líbano— pudo escuchar algunos de esos impactos en la distancia, desde territorio enemigo. Habían entrado de madrugada, protegidos por la oscuridad, y ni siquiera así consiguieron evitar a los chiíes. Hezbolá afirmó a primera hora que había repelido el avance de «una fuerza israelí apoyada por excavadoras» que avanzaba hacia la localidad fronteriza de Labbouneh, en el suroeste del país. Justo por donde entró la división. «Los guerreros de la Resistencia Islámica atacaron con proyectiles de artillería y cohetes, lograron impactos confirmados y obligaron a la fuerza a retirarse», relató la milicia en un comunicado.
Cosechó más éxito la brigada Golani, también del Ejército israelí, que consiguió tomar el control de un complejo de combate del grupo chií en Maroun al Ras, a unos dos kilómetros de la frontera. «El complejo incluía un edificio residencial y un olivar, donde se encontró un lanzador cargado y listo para disparar contra comunidades del norte de Israel», recogió un comunicado del Ejército. Las tropas descubrieron también infraestructuras subterráneas, escondites, viviendas y zonas de preparación que utilizaban los milicianos, así como armas y equipamientos militares.
Una segunda Gaza
La OMS advierte del alto riesgo de brotes epidémicos. Un millón de personas ya necesitan asistencia vital. Ambos podrían ser titulares sobre Gaza hace unos meses, pero ahora se trata del Líbano. De hecho, la población del país está aterrorizada ante la perspectiva de vivir lo mismo que sus vecinos palestinos del sur, aseguraron este martes varios responsables humanitarios en la zona. Más de 1,2 millones de libaneses, entre ellos 400.000 niños, han abandonado sus hogares.
El director del Programa Mundial de Alimentos para el Líbano, Matthew Hollingworth, también tiene miedo. Trabajó en Gaza durante la primera mitad de este año, fue testigo de la «espiral de fatalidad» que se apoderó del enclave —donde los muertos rozan los 42.000— y pide a los líderes políticos del mundo que eviten «el peor de los desenlaces».
También una portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra alertó de que «los mismos patrones que se vieron en Gaza se observan ahora en el Líbano, con un horrendo impacto para los civiles».
Borrell defiende la necesidad de limitar las armas que se envían a Tel Aviv
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, sostuvo este martes que hay que dar «menos armas» a Israel para detener el elevado número de muertos en Oriente Medio. «Hay armas y armas. No se trata de dejar a Israel indefenso, que ciertamente no lo está. Israel tiene hoy el Ejército más poderoso de Oriente Medio gracias, obviamente, a la ayuda occidental», dijo Borrell en unas declaraciones a Efe.
Con esa postura, el socialista se posicionó del lado del presidente francés, Emmanuel Macron, y aseguró que la cuestión se discutirá en la reunión que los ministros de Exteriores de la UE celebrarán el próximo lunes en Luxemburgo.
Al otro lado del Atlántico, la candidata demócrata a presidenta de EE.UU., Kamala Harris, declaró en una entrevista que «han muerto demasiados palestinos inocentes. Esta guerra tiene que terminar».