Shiregu Ishiba, próximo primer ministro de Japón: un «otaku» de la defensa que busca crear una OTAN asiática
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El sucesor de Fumio Kishida colecciona miniaturas de barcos y aviones de guerra, adora el ramen, los gatos y el curri japonés
28 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Shigeru Ishiba, un veterano político nipón considerado un otaku (friki) de la defensa, se convertirá en nuevo primer ministro del país tras ganar las primarias del partido gobernante, a las que llegaba como candidato tapado con propuestas como revisar la alianza de seguridad con EE.UU. o plantear una OTAN asiática. De 67 años, ha ejercido anteriormente como ministro de Defensa y de Agricultura y Pesca, además de como secretario general del conservador Partido Liberal Democrático (PLD), que lidera por ahora Fumio Kishida. Ishiba será su sucesor —después de un escándalo de corrupción que lo terminó salpicando— al frente de una formación que ha intentado presidir sin éxito hasta en cuatro ocasiones anteriores, y en la que siempre ha gozado de una notable popularidad, aunque hasta ahora no había sumado los necesarios respaldos parlamentarios.
Su triunfo ha sorprendido a muchos analistas en Japón, que esperaban la victoria de uno de los otros dos principales favoritos en estas primarias: Sanae Takaichi, heredera ideológica del histórico ex primer ministro Shinzo Abe; y el mediático Shinjiro Koizumi, hijo del popular exmandatario Junichiro Koizumi.
De haber ganado, Takaichi se habría convertido en la primera mujer en liderar Japón, mientras que Koizumi, de 43 años, habría sido el más joven en ocupar el cargo. Ishiba representa un perfil más rupturista con el ala conservadora del partido y un distanciamiento con la omnipresente figura de Abe. El exmandatario, asesinado en el 2022, fue uno de los principales rivales políticos de Ishiba durante toda su trayectoria.
Cooperación de seguridad
Considerado un experto en asuntos de defensa y exteriores, es autor de varios libros en esta materia y coleccionista de miniaturas de aviones y barcos de guerra. Durante los debates de campaña, Ishiba situó a la cabeza de sus prioridades hacer frente a la compleja situación de seguridad de Japón ante el auge militar de China, la guerra de Ucrania o los desarrollos armamentísticos de Corea del Norte. Algunas de sus propuestas más llamativas en este sentido abarcan revisar el acuerdo de seguridad con Estados Unidos para hacerlo más equitativo y «mejorar la situación de seguridad regional», o incluso impulsar una OTAN asiática.
Su carácter cercano y abierto le hace caer bien entre la ciudadanía, al compartir a través de actos públicos o de las redes sociales su afición por el coleccionismo y su gusto por el ramen, los gatos, los trenes o el curri japonés. Está por ver si este talante, unido a su promesa de reformar la normativa de financiación política tras los escándalos que han sacudido a su partido y hundido al Gobierno de Kishida, le bastará para recuperar la confianza de los ciudadanos en el PLD de cara a los próximos comicios generales, previstos para el año que viene.