Portugal declara el estado de calamidad cuando los fuegos dejan ya siete muertos

Brais Suárez
Brais Suárez OPORTO / E. LA VOZ

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El humo de los incendios de Portugal, captado por el satélite Copernicus de la Agencia Espacial Europea (ESA)
El humo de los incendios de Portugal, captado por el satélite Copernicus de la Agencia Espacial Europea (ESA) Copernicus Sentinel-3 satellite (ESA)

La cercanía de las llamas obliga a paralizar la fábrica de Finsa en Aveiro. Ya han sido detenidos ocho presuntos pirómanos

18 sep 2024 . Actualizado a las 09:34 h.

Portugal amaneció este martes con el cielo naranja y olor a eucalipto quemado a causa de los 125 focos que comenzaron a arder durante la madrugada hasta formar un total de 213, en una catástrofe que deja ya siete muertos —cuatro de ellos, bomberos—, 40 heridos y decenas de desplazados. Más de un 90 % de los incendios tardaron menos de 90 minutos en ser extinguidos, pero la situación sigue siendo «muy compleja» en los distritos de Aveiro, Viseu, Oporto y Vila-Real, y se esperan días de «intenso trabajo».

Unas 62.000 hectáreas han ardido desde el sábado hasta anoche. Los daños materiales son difíciles de estimar, pero el Gobierno anunció ya varios planes para asistir a los damnificados y apoyar en la reconstrucción de industrias y decenas de viviendas quemadas. Así lo comunicó el primer ministro, Luís Montenegro, tras declarar el estado de calamidad en un Consejo de Ministros convocado de urgencia y en el que participó el presidente Marcelo Rebelo de Sousa. En rueda de prensa conjunta, cerraron filas en el apoyo y gratitud a los más de 6.000 efectivos movilizados, incluyendo los ocho aviones proporcionados por países de la UE, entre ellos España.

Fuegos intencionados

Montenegro puso el foco en lo que, se sospecha, ha sido la causa de la catástrofe: los fuegos intencionados. «No vamos a regatear ningún esfuerzo en la acción represiva. No podemos perdonar a quien no tiene perdón ni actitudes que están en la base de lo ocurrido», para lo que anunció se creará un equipo específico con la Fiscalía.

De hecho, ocho personas ya han sido detenidas bajo sospecha de haber provocado algunos de estos incendios, según la Policía Judicial. El último fue un hombre en la localidad de Batalha. También fueron acusados cuatro funcionarios del municipio de Valongo por posible negligencia.

Montenegro prometió el empeño del Gobierno en «mantener todas las capacidades activas» y no descarta acudir «al fondo de solidaridad europeo» si es necesario.

La Autoridad Nacional de Protección Civil espera una noche «complicada» con 64 incendios en curso, a pesar de haberse efectuado durante el día 177 misiones aéreas, con 25 municipios afectados: 10 en el centro y 15 en el norte del país. Ya están operativa cinco zonas de apoyo a la población, que aloja a 72 personas que habían tenido que abandonar sus viviendas. Siete carreteras seguían afectadas, pero se ha restablecido ya el tráfico ferroviario.

Finsa y Frisa, afectadas

La fábrica que tiene la maderera gallega Finsa en Nelas, en el distrito de Aveiro, se vio obligada a detener su actividad ante la cercanía de las llamas. Mientras que la planta que tiene la conservera Frinsa, en Póvoa de Varzim, se mantenía vigilante.

En comentarios a medios locales, muchos bomberos aseguraron sentirse superados. Aseguraron que la estrategia pasaba por vigilar el perímetro de los mayores focos y concentrarse en salvaguardar la vida de las personas y mantener las casas a salvo. Esperan un cambio en el tiempo, ya que la escasa humedad, el viento y las elevadas temperaturas hacen imposible la extinción. Solo se prevén cambios a partir de esta noche.

A lo largo de los últimos días, se ha apuntado constantemente a la destrucción de la vegetación autóctona como uno de los motivos de la rápida expansión del fuego. El colectivo ambientalista Climáximo ha realizado acciones contra la extensa industria papelera del país y, en un comunicado, la tachan de ser «la gran arquitecta de la destrucción de bosques autóctonos portugueses para convertirlos en un eucaliptal inflamable para alimentar la industria celulosa». Replantar especies autóctonas es, desde el 2020, uno de los objetivos principales para el combate al fuego.