Venezuela destapa nuestra debilidad en política exterior

Luis Grandal
Luis Grandal PROFESOR DE PERIODISMO INTERNACIONAL

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Nicolás Maduro, en una imagen de archivo.
Nicolás Maduro, en una imagen de archivo. Prensa Miraflores | EFE

17 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Parece que existe consenso en el mundo literario en admitir, con su obra Tirano Banderas, a Valle-Inclán como el autor más influyente de Latinoamérica en el siglo XX, sobre las novelas de tiranos, dictadores, déspotas, autócratas y sátrapas en aquel continente. El escritor de Vilanova da Arousa inspiró sobre esta temática a García Márquez, Vargas Llosa, Carpentier o Miguel Ángel Asturias, entre muchos otros. Tirano Banderas es la mejor novela narrativa de la concepción literaria del esperpento, creada por el genio del modernismo arousano. ¿Podemos comparar a Valle-Inclán con James Joyce? Para mí, sí. Sugiero, sin embargo, profundizar en los escritos del profesor Darío Villanueva, el mejor especialista en literatura comparada.

El retrato de Valle-Inclán de la vesania y la crueldad de Santos Banderas sigue vigente. Venezuela es un ejemplo. Pero no es el único. Cuba, Nicaragua y otros países, que todavía están a otro nivel, siguen la estela venezolana. Lo de la dictadura cubana es más grave porque ha convertido a Venezuela en un satélite de sus prácticas totalitarias de impiedad. Santos Banderas y todos los personajes que le acompañan son unos mamarrachos; es decir, esperpentos dibujados por Valle. Como los actuales.

En este contexto, si hay algo que está dejando al descubierto la situación venezolana y que nos afecta —y mucho— es nuestra debilidad en política exterior. Pero no solo en Venezuela sino en toda Latinoamérica. España pierde prestigio y capacidad de influencia. Esa pérdida se traslada a la UE, donde en próximas fechas las instituciones europeas van a reconocer, muy probablemente, a Edmundo González como presidente electo. Las declaraciones de Albares (Exteriores) y de Robles (Defensa) denotan esa debilidad. No hay una interpretación homogénea. ¿En qué estamos? ¿Es o no una dictadura Venezuela? El papel, por otra parte, de Rodríguez Zapatero ha sido y es patético. El expresidente, que dejó la economía española y la sociedad rotas —de cuyos efectos aún nos resentimos—, ha sido la cizaña también para los venezolanos. Puro veneno.

Desde hace dos décadas, en Latinoamérica se dirime fundamentalmente si esos países van a estar en la órbita de Occidente, por tanto, entre las democracias liberales y parlamentarias, o bien van a acabar siendo satélites de China, Rusia e Irán, dictaduras populistas. El interés de China son las materias primas (ojo a la estabilidad de Guyana en la Guayana Esequiba con grandes reservas de petróleo) y su ruta de la seda hacia América. El interés de Rusia es contrapesar la influencia de Estados Unidos y de otros países occidentales, entre ellos España. Irán es el ariete de China y Rusia para que le apoyen en su programa de nuclearización. Especial atención al acuerdo de seguridad y defensa firmado entre Irán y Bolivia el año pasado.

Capítulo aparte es el acercamiento del Gobierno a China. No han gustado en Bruselas ni Estrasburgo las declaraciones de Pedro Sánchez sobre aranceles. China es un riesgo sistémico para la economía europea porque no respeta las reglas: comercian haciendo dumping y sin reciprocidad para las inversiones europeas. Una delegación socialista de 14 personas viajó recientemente a China con los gastos pagados por la Fundación Cátedra China. También ZP anda de por medio.