El líder socialista confirma en el comité federal que optará a la reelección
08 sep 2024 . Actualizado a las 10:07 h.El comité federal del PSOE ratificó dos hechos previstos. El congreso federal será a finales de noviembre y Pedro Sánchez quiere seguir como secretario general. Pero el foco estaba en la financiación singular para Cataluña, fruto de un pacto entre el PSC y Esquerra para la investidura de Salvador Illa. Entre aplausos, y flanqueado por su núcleo duro, el presidente del Gobierno centró su discurso en una premisa: la singularidad fiscal de Cataluña debe servir para abrir la mano a un nuevo modelo de financiación autonómica.
El líder socialista esquivó los detalles de una eventual financiación propia para Cataluña y se centró en proyectar un nuevo modelo para todos «El verdadero debate», dijo, «no es entre territorios, sino entre modelos».
Sánchez recuperó en el 2017 la secretaría general. En septiembre de ese año, su partido pidió crear una Comisión en el Congreso que estudiara «la modernización del modelo autonómico». Siete años después, esta retórica vuelve a la palestra. Sánchez anuncia «una nueva etapa autonómica» basada en «cambios coherentes con nuestro Estado federal», aunque dijo después que en España se le llama «autonómico». En este plan, que sería forzosamente asimétrico, el líder de los socialistas abre la mano a «reconocer singularidades» y «nuevas transferencias competenciales» a otras autonomías. También a «permitir que todas las comunidades que lo deseen recauden y gestionen más gravámenes».
El pacto entre PSC y Esquerra cuenta con el respaldo firme de las federaciones de Galicia, Murcia, Comunidad Valenciana y País Vasco, además de Cataluña. El grupo de contrarios irreductibles sigue liderado por Aragón y Castilla-La Mancha. Otros siguieron la estela de Sánchez, al centrarse en un modelo para todos. Miguel Ángel Gallardo, presidente de la Diputación de Badajoz y líder de los socialistas de Extremadura, aseguró que «ha faltado poner sobre la mesa un espacio de reflexión y diálogo». Ni rastro, al menos ayer, de su crítica al pacto. «El PSOE de Extremadura no va a aceptar que la financiación autonómica sea moneda de cambio», dijo en junio. Aunque, eso sí, en la víspera del comité reivindicó en El País que «el PSOE extremeño no puede ser una sucursal de Ferraz».
El referente de los socialistas y presidente autonómico, Adrián Barbón, justificó su ausencia: este domingo es el Día de Asturias. Pero ni él, que rechazó de forma «clara, nítida y rotunda» el pacto en marzo, ni nadie la Federación Socialista Asturiana (FSA) hizo ayer mención del cupo catalán. La vicepresidenta de la comunidad, Gimena Llamedo, que sí estuvo en Ferraz; se limitó a recordar que la FSA defenderá «desde la lealtad y el rigor» los acuerdos a los que lleguen en sus congresos.
Sánchez instó a los militantes y, por tanto, a los barones del PSOE, a «arrimar el hombro». Una petición que sirvió para que varias voces críticas hayan aparcado u obviado sus reticencias al pacto con ERC. El secretario general busca la cohesión en Ferraz en un contexto que anticipa incertidumbres como la aprobación o no de los Presupuestos Generales. Sánchez desafía los nubarrones. Afirma que el Ejecutivo seguirá con su hoja de ruta «con o sin el concurso de un poder legislativo».