Starmer promete mano dura contra la ola de disturbios en el Reino Unido

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

ACTUALIDAD

Manifestantes de ultraderecha queman contenedores y establecimientos durante una protesta antiinmigración en Rotherham.
Manifestantes de ultraderecha queman contenedores y establecimientos durante una protesta antiinmigración en Rotherham. Hollie Adams | REUTERS

La violencia de grupos ultras deja casi 150 detenidos solo el fin de semana

05 ago 2024 . Actualizado a las 21:09 h.

Keir Starmer acaba de cumplir un mes en el 10 de Downing Street. Sin embargo, la fecha está siendo deslucida por un desafío lanzado por radicales de extrema derecha, que llevan ya una semana protagonizando disturbios y violentos altercados con la policía en distintas ciudades del Reino Unido. A estos grupos se dirigió el primer ministro laborista este domingo, y en un duro discurso les prometió que «se arrepentirán» de sus acciones.

«Estas no son protestas. Son matonismo organizado y violento y no tiene cabida en nuestras calles ni en internet», declaró el premier, quien aseguró que su Gobierno le pondrá freno a esto y castigará tanto a quienes han perpetrado los actos vandálicos como a sus instigadores.

«La policía efectuará detenciones. Los arrestados quedarán en prisión preventiva, serán acusados y condenados. Les garantizo que se arrepentirán de haber participado en estos desórdenes, ya sea directamente o a través de internet», aseguró en un discurso televisado.

La intervención del premier llegó después de que este domingo grupos radicales protagonizaran más altercados violentos en la ciudad de Rotherham (262 kilómetros al norte de Londres), donde atacaron un hotel utilizado para albergar a simpapeles y solicitantes de asilo. Por su parte, en al menos otras cinco localidades (Bolton, Hull, Southport, Middlesbrough y Belfast, en Irlanda del Norte) la policía reportó hechos vandálicos como la quema de vehículos o de contenedores de basura y la destrucción de cristaleras de tiendas.

Los hechos forman parte de la ola de disturbios que estalló en el país en la noche del lunes, después de que se difundiera falsamente en redes la información de que el presunto asesino de Southport —que mató a tres niñas en una clase de baile— era un inmigrante radicalizado.

Hasta la tarde del domingo, las autoridades habían reportado 147 arrestos en todo el país solo durante el fin de semana y aseguraban que este número seguiría creciendo. Decenas de agentes del orden han resultado heridos a lo largo de estos días.

Más poderes para la policía

Para frenar la espiral de violencia, el Gobierno ha concedido poderes extraordinarios a las policías de las zonas afectadas, para que puedan detener preventivamente a sospechosos o los puedan registrar sin necesidad de una orden judicial. Sin embargo, ha descartado la posibilidad de recurrir a los militares.

«No es necesario traer al Ejército. La policía ha dejado muy claro que tiene todos los recursos que necesita en este momento», aseguró a la BBC la secretaria de Estado de Policía, Diane Johnson. Por su parte, la ministra del Interior, Yvette Cooper, anunció que más jueces y fiscales fueron puestos en guardia para procesar con mayor celeridad a los violentos.

El líder de la oposición conservadora, Rishi Sunak, condenó los incidentes y dijo que no tenían que ver con la tragedia ocurrida a principios de la semana pasada. Según él, la indignación por el asesinato de las tres niñas solo es una excusa para el desorden.