Bulos, xenofobia y redes sociales, la receta que ha incendiado las islas británicas

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

ACTUALIDAD · Exclusivo suscriptores

Un agente de policía se enfrenta a un manifestante en los alrededores de un hotel que alberga a simpapeles, en Rotherham.
Un agente de policía se enfrenta a un manifestante en los alrededores de un hotel que alberga a simpapeles, en Rotherham. Hollie Adams | REUTERS

El Gobierno del Reino Unido convoca una reunión de emergencia por las protestas ultraderechistas del fin de semana. «El odio es un cebo para hacer clic», explica el experto en medios Richard Fern

05 ago 2024 . Actualizado a las 08:53 h.

Una mentira y un prejuicio siempre han sido ingredientes para un cóctel peligroso, pero si a ellos se suma el poder de penetración de las redes sociales la cosa empeora. Esto se está corroborando estos días en el Reino Unido, al ver cómo las calles de al menos una quincena de ciudades y pueblos han terminado siendo escenarios de disturbios protagonizados por grupos de extrema derecha y antiinmigración, los cuales han utilizado una tragedia como excusa para sus acciones.

El Gobierno de Reino Unido ha convocado esta mañana una reunión de emergencia para abordar estas protestas que se han producido en varias ciudades y que se han saldado con más de 150 detenidos hasta el momento. La reunión, conocida como Cobra debido a la sala en la que tienen lugar este tipo de encuentros por parte del Gabinete, tendrá lugar tras seis días de escala de violencia a raíz del apuñalamiento mortal de tres niñas en Southport la semana pasada. Estos encuentros reúnen a ministros, funcionarios, policías, agentes de Inteligencia y otros altos cargos competentes en aquellas cuestiones que se estén investigando.

El lunes 29 de julio los británicos quedaron conmocionados con la noticia del ataque a una clase de baile en la localidad de Southport (nordeste de Inglaterra), que dejó tres niñas muertas y varios heridos de gravedad. Los sucesos ocurrieron cuando un sujeto entró al recinto con un cuchillo y comenzó a apuñalar a todo el que tenía al frente. El presunto perpetrador fue detenido por las autoridades, quienes solamente revelaron que tenía 17 años.

Apenas unas horas después, en las redes sociales y en ciertos sitios web consultados por fanáticos del fútbol, simpatizantes de la extrema derecha y antiinmigración, se comenzó a difundir la versión de que el atacante era un inmigrante radicalizado. Durante la noche del 30 de julio decenas de ultras se enfrentaron a la policía en Southport y desde entonces situaciones similares se han repetido por todo el país.

La información falsa sobre el origen del sospechoso fue vista, al menos, 15,7 millones de veces en X, Facebook, Instagram y en otras plataformas, según datos de Reuters. De nada ha valido que las autoridades hayan suministrado la identidad del sospechoso (Axel Muganwa Rudakubana) y que hayan informado de que nació en Cardiff, la capital de Gales. Las teorías que atribuyen la tragedia a un inmigrante musulmán siguen esparciéndose.

¿Por qué? Por cómo nos informamos, explicó el experto en medios y profesor de la Universidad de Swansea Richard Fern. «El odio es un cebo para hacer clic, y los algoritmos de las redes sociales lo potencian», agregó. El 66 % de los británicos creen que hay demasiados inmigrantes en el país, según la encuestadora Yougov.

La reunión de este lunes tiene como objetivo proporcionar al Gobierno información actualizada sobre la violencia registrada y facilitará una respuesta por parte de las autoridades de cara a los próximos días, según ha recogido la cadena de televisión BBC. 

El primer ministro, Keir Starmer, ha condenado el ataque contra un hotel que albergaba solicitantes de asilo y que se encuentra en la ciudad de Rotherham y ha prometido que los implicados tendrán que soportar «todo el peso de la ley». Las fuerzas de seguridad han tenido que responder a escenas similares en las localidades de Tamworth, Middlesbrough, Hull y otras partes del país. «La gente en este país tiene derecho a estar segura y, sin embargo, hemos visto comunidades musulmanas señaladas, ataques a mezquitas», ha dicho el primer ministro, que ha lamentado el «matonismo de extrema derecha» y la «violencia gratuita junto a una retórica racista».

Desde el Ministerio del Interior han ofrecido a las mezquitas una mayor protección y han puesto a su disposición la posibilidad de solicitar un despliegue de seguridad para permitir el acceso seguro a estos templos lo antes posible.