La izquierda gala se atasca en la elección de su candidato a primer ministro
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Los comunistas proponen a la presidenta del Consejo regional de Reunión
15 jul 2024 . Actualizado a las 19:45 h.El Nuevo Frente Popular lleva toda la semana discutiendo a quién designar como su candidato a primer ministro del nuevo Gobierno de Francia, pero es difícil que lleguen a un acuerdo porque, como afirmó ayer la líder Ecologista Marine Tondelier en BFMTV, «todo el mundo reivindica que es el grupo más grande», y eso «no es un criterio evidente» para elegir al futuro jefe del Ejecutivo.
Los de La Francia Insumisa (LFI) dicen que tiene que ser uno de sus correligionarios porque son el grupo mayoritario, pero los socialistas aseguran que optar por alguien de LFI significa renunciar a gobernar porque no tienen capacidad para negociar con otras formaciones.
El secretario nacional del Partido Comunista, Fabien Roussel, ha denunciado el «bloqueo» de las negociaciones, y propone «otra vía distinta de la de un primer ministro procedente de esas dos formaciones políticas, alguien que pudiera llegar a un consenso». Roussel ha evocado el nombre de Huguette Bello, presidenta del Consejo regional de La Reunión, una persona «respetada», y que podría «construir mayorías y hablar con el presidente de la República».
Bello tiene 74 años de edad, ha militado en el Partido Comunista antes de crear su propio partido, Por la Reunión, en el 2012, y siempre ha mantenido lazos con otras sensibilidades de izquierdas. Fue diputada desde 1997 hasta el 2021, primero inscrita en el grupo de los ecologistas, y al final en el de Izquierda Demócrata y Republicana, y aunque no es de La Francia Insumisa, ha figurado en sus listas durante la campaña europea, de forma simbólica en el 81 puesto.
«Una gran republicana»
Otro de sus puntos fuertes es que ha mantenido unas relaciones cordiales con el Gobierno saliente. El propio primer ministro, Gabriel Attal, ha llegado a decir que «es una gran republicana».
Huguette Bello podría reunir las condiciones de convenir a todos los componentes del NFP y de despertar el suficiente consenso para eludir una moción de censura que tumbaría el primer gobierno insumiso. Porque, aunque se consideren victoriosos con sus 195 diputados, les faltan casi un centenar de escaños para alcanzar la mayoría absoluta, y el riesgo de censura es casi inmediato.
La líder ultraderechista, Marine Le Pen, ha prevenido que su partido «va a censurar todo gobierno en el que los LFI y los ecologistas tengan responsabilidades ministeriales». El presidente del Senado, el conservador Gérard Larcher, ha dicho que pedirá a sus amigos de la Asamblea que hagan lo mismo.
Gabriel Attal, que aspira a ser presidente del grupo macronista con el nuevo nombre de Juntos por la República, se ha comprometido a «proteger a los franceses de todo gobierno que cuente con ministros de la Agrupación Nacional o La Francia Insumisa».
Por otro lado, Emmanuel Macron sigue apostando por la unión de «las fuerzas republicanas», y ha mostrado su disgusto ante el «espectáculo desastroso» que dan los macronistas, marcando terreno para dominar la formación. Les ha pedido que pongan «la Nación por delante de ambiciones prematuras».