La izquierda francesa se rebela contra las maniobras de Macron

asunción serena PARÍS / E. LA VOZ

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Emmanuel Macron, este jueves en la cumbre de la OTAN
Emmanuel Macron, este jueves en la cumbre de la OTAN Elizabeth Frantz | REUTERS

Los sindicatos amenazan con huelgas y manifestaciones el próximo 18 de julio

12 jul 2024 . Actualizado a las 20:46 h.

La izquierda está profundamente irritada por la carta que Emmanuel Macron ha dirigido a los franceses en la que dice que «nadie ha ganado» las elecciones aunque el Nuevo Frente Popular (NFP) haya terminado en cabeza. La intención del presidente de la República de ver surgir una gran alianza en la que estén excluidos los extremos también ha provocado la reacción de los sindicatos, que han amenazado con huelgas y manifestaciones para el próximo 18 de julio —día en el que estará configurada la Asamblea Nacional— ante el Palacio de Borbón, sede del hemiciclo. El objetivo es «que el resultado de las elecciones sea respetado», declaró Sophie Binet, líder de la CGT.

La Francia Insumisa (LFI), a la que Macron quiere dejar fuera de la alianza de fuerzas republicanas, anunció que se unirá al movimiento social. En la misma línea, Philippe Poutou, del Partido Anticapitalista, pidió «una movilización unitaria» de la izquierda en la calle «para obtener un gobierno». El problema que tienen en el Nuevo Frente Popular es que reclaman el poder, pero no terminan de ponerse de acuerdo sobre la composición de un eventual ejecutivo y, sobre todo, sobre su primer ministro. «Estamos tardando demasiado tiempo», reconoció este jueves la diputada ecologista Sandrine Rousseau, aunque la carta de Macron parece que ha servido para empujarles a avanzar en las negociaciones.

Sin embargo, todavía tienen que ponerse de acuerdo los que exigen que se aplique «el programa y nada más que ese programa», como LFI, y los que consideran que hay que salir de ese esquema porque van a necesitar el apoyo de otras formaciones a la hora de aplicar su programa de gobierno porque, en caso contrario, en cuanto deban afrontar una moción de censura, el gobierno se vendrá abajo.

Guerra interna macronista

En el interior del macronismo las cosas no van mejor. Dos días antes de las elecciones, Macron recibió uno a uno a su primer ministro, Gabriel Attal; su antecesora en el cargo, Elisabeth Borne; y al ministro del Interior, Gérald Darmanin; para decirles que la situación iba a ser muy inestable y que no quería guerra de jefes entre ellos. Pero el aviso no ha tenido efecto, porque los tres quieren liderar lo que ha quedado del macronismo. Este sábado, van a elegir al presidente de grupo en la Asamblea Nacional y los tres aspiran al cargo. Cada cual tiene su sensibilidad política: Borne, más a la izquierda; y Darmanin, más a la derecha; aunque parece que Attal podría imponerse.

Y entre tantas discusiones, Gérard Larcher, el presidente del Senado y número dos del Estado, propuso a Macron que espere hasta que haya terminado la celebración de los Juegos Olímpicos de París y las cosas estén un poco más tranquilas para formar un nuevo gobierno, unas palabras «sabias y razonables», según el ministro de Justicia, Eric Dupond-Moretti. En una entrevista a BFMTV, Larcher hizo comentarios muy duros contra el presidente de la República: «¡Es él quien nos ha metido en este lío y quien tiene ahora que sacarnos!».