Biden anuncia una «donación histórica» a Ucrania de defensa aérea de la OTAN
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La Alianza afirma que su apoyo militar a Kiev es «firme e inquebrantable»
11 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La OTAN sigue convencida de mantener su apoyo a Kiev. La cumbre de Washington de esta semana ha ofrecido la oportunidad a los miembros de la Alianza de confirmar que siguen comprometidos con el apoyo al país del este de Europa en su guerra con Rusia. Para ello, los líderes de los 32 países miembros acordaron un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania, el compromiso de financiarla a largo plazo y la firma de acuerdos bilaterales de seguridad con ella.
El apoyo a Kiev ha sido uno de los principales puntos del comunicado acordado por los asistentes. En él, los líderes de los países miembros afirman que su mensaje a Rusia es que el apoyo de la OTAN a Ucrania es «firme e inquebrantable».
Cazas F-16 fabricados en EE.UU.
Desde la cumbre, el presidente de EE.UU., Joe Biden, anunció el martes que la Alianza prepara una «donación histórica de defensa aérea para Ucrania», otra decisión con la que quieren reafirmar su compromiso con la defensa del país ante la Rusia de Vladimir Putin. El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, desveló ayer que el paquete de apoyo a Kiev incluirá cazas F-16 fabricados en su país, y aportados por Dinamarca, Bélgica, Noruega y los Países Bajos. El envío de los cazas, según dijo Blinken, ya comenzó y estará ejecutado por completo durante este verano. Blinken, además, quiso destacar que las ayudas «construyen un puente muy claro, fuerte y robusto para la membresía de Ucrania en la OTAN», señaló el estadounidense.
Baterías de defensa Patriot
Además de los cazas, entre las donaciones se cuentan también baterías de defensa áerea Patriot, que Estados Unidos, Alemania y Rumanía enviarán a Ucrania próximamente. Italia, por su parte, aportará un sistema de defensa aérea SAMP-T. El foco de este nuevo paquete de ayuda a Kiev en la defensa aérea contrasta con los primeros meses de la ofensiva rusa contra el país del este europeo en los que la coalición de apoyo a Ucrania mostró profundas reticencias a aportar este tipo de sistemas y armamento.
Más allá del apoyo a Kiev, los líderes de la OTAN quisieron mandar un mensaje sobre el carácter «histórico» de esta cumbre, que según el actual secretario general de la Alianza, el sueco Jens Stoltenberg, también incluye la necesidad de tomar «importantes decisiones para el futuro». Aunque el ingreso de Ucrania en la Alianza está descartado a corto plazo, Stoltenberg también instó a los líderes de los países miembros a que construyan «un sólido puente» para que la admisión de este país en el club del Atlántico Norte se produzca en algún punto del futuro.
Los aliados se preparan para lidiar con un segundo mandato de Trump
La OTAN espera con reticencia una segunda presidencia de Donald Trump. Los líderes de la Alianza, ante la amenaza que representan las crecientes posibilidades del candidato republicano —que siempre se ha mostrado especialmente crítico con la OTAN— de hacerse con el control del Ejecutivo estadounidense, comenzaron a prepararse para blindar la organización contra los vaivenes del magnate y político.
Una de las primeras medidas ha sido la de excluir las ayudas militares a Ucrania de la esfera de responsabilidad de los mandos estadounidenses y ponerlas bajo la supervisión de la propia OTAN. Este reparto de competencias se descartó al inicio de la invasión rusa de Ucrania para evitar la impresión de que era la propia OTAN la que se posicionaba en contra de la guerra de Putin. La medida implica que la alianza estará más involucrada en el apoyo a Kiev, pero mantendrá el papel central de Estados Unidos en la planificación y ejecución de la defensa ucraniana.
Con Mark Rutte, al frente
Otra de las medidas «anti Trump» es la elección del ex primer ministro holandés Mark Rutte como nuevo secretario general de la OTAN. El mandatario, curtido en el arte de crear y gestionar coaliciones, ya tuvo algunos encontronazos con Trump durante su primer mandato en el 2018. A pesar de ello, es un destacado defensor de la cooperación trasatlántica.
Las principales preocupaciones del liderazgo de la OTAN nacen de las constantes afirmaciones de Trump de que podría condicionar el apoyo de EE.UU. a los países miembros a que estos estén cumpliendo con la recomendación de gastar al menos un 2 % del PIB en Defensa. Un requisito que solo cumplen 23 de los 32 miembros de la organización y en el que España está, especialmente, rezagada, a pesar de gastar hoy un 62 % más que en el 2018, cuando Pedro Sánchez llegó a la Moncloa.