Los conservadores franceses expulsan a su presidente por aliarse con Le Pen
ACTUALIDAD · Exclusivo suscriptores
El destituido, Éric Ciotti, se niega a dejar el cargo y se consideró «víctima de un golpe de Estado»
12 jun 2024 . Actualizado a las 23:00 h.La derecha francesa se desgarra en directo ante las cámaras y ante los ojos atónitos de los militantes que les siguen siendo fieles. Éric Ciotti, presidente de Los Republicanos (LR), fue expulsado este miércoles de la formación.
El buró político decidió por unanimidad destituirlo por haber sellado en secreto y a espaldas de toda la dirección, un acuerdo con la Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés), el partido de extrema derecha de Marine Le Pen, para presentarse en coalición a las elecciones legislativas a dos vueltas del 30 de junio y 7 de julio.
«Soy y seguiré siendo el presidente de Los Republicanos»
«Soy y seguiré siendo presidente del LR», dio como respuesta Ciotti, quien por la mañana había echado a todo el mundo de la sede del partido y había cerrado la puerta con llave, argumentando motivos de seguridad, pero en realidad era para impedir que la ejecutiva del partido pudiera reunirse allí. Finalmente, la cita se celebró cerca, en el Museo Social.
En busca de un sustituto
Además de excluir a Ciotti, la dirección decidió que mientras se elige a un sustituto, el partido estará gobernado de forma interina por su cabeza de lista a las elecciones europeas, François-Xavier Bellamy, y la número dos de LR, Annie Genevard.
Ciotti se consideró «víctima de un golpe de Estado», puso en guardia a los suyos sobre «las consecuencias legales» de su expulsión y siguió justificando sus deseos de acercarse a Marine Le Pen, desde la red social X.
Tras conocerse que el Nuevo Partido Anticapitalista se suma a la candidatura única de la izquierda, bautizada como Frente Popular (en alusión a la coalición que gobernó Francia entre 1936 y 1938 para hacer frente al fascismo), el ya expresidente de Los Republicanos dijo que «la amenaza del Frente Popular» se acentúa y «la única respuesta es la unión de los republicanos y los patriotas frente al peligro de la extrema izquierda».
Sus excompañeros de partido comparten el diagnóstico, pero no los remedios. François-Xavier Bellamy considera que «las fuerzas del caos amenazan hoy» a Francia como consecuencia «de las incoherencias (...) que de todas partes han ensuciado la vida democrática», pero Los Republicanos «tenemos una línea que mantener, somos capaces de unir a nuestros votantes y actuar como baluarte. Nuestra responsabilidad es ser claros».
El presidente de la región Altos de Francia, Xavier Bertrand, se felicitó de la exclusión inmediata de Eric Ciotti: «No solo es expresidente de LR. También es un exmiembro de Los Republicanos». Para Bertrand, es importante que haya ahora una consulta entre los militantes para saber si aprueban o no el acuerdo que ha alcanzado Ciotti con la extrema derecha. «Es necesario clarificarlo», dijo el antiguo ministro de Nicolas Sarkozy.
Según un sondeo para Le Figaro, el 50 % de los simpatizantes de la derecha aprueban un acuerdo entre Los Republicanos y Agrupación Nacional, pero Ciotti está convencido de que ese porcentaje es aún más elevado entre los miembros del partido y ha enviado un mensaje a los militantes invitándoles a apoyar su iniciativa.
Macron avisa sobre los pactos «contra natura» a la derecha y a la izquierda
Intenta atraerse a centristas, socialistas, democristianos, ecologistas o gaullistas que «no se reconocen en la fiebre extremista»
Asuncion Serena
Emmanuel Macron aseguraba que no va a entrar en la campaña electoral y que dejaba en manos de su primer ministro, Gabriel Attal, la tarea de liderarla. Pero este miércoles dio una rueda de prensa en una espectacular sala de recepciones en el pabellón Cambon Capucines. Oficialmente se trataba de explicar los motivos de su decisión de disolver la Asamblea Nacional tras la amplia victoria de la ultraderecha en las elecciones europeas, pero aprovechó también para presentar su plan de batalla de cara a las legislativas.
En resumen vino a decir que confiaba en la inteligencia de los franceses a la hora de introducir su voto en las urnas para evitar la llegada de los extremos al poder. Es decir, que fueran a votar por él y su partido, Renacimiento.
Macron reconoció que era «imposible ignorar» los resultados de las europeas —en las que su formación solo obtuvo un 15 % de votos y, en cambio, la ultraderecha superó el 31 %—, y que asumía «totalmente el haber puesto en marcha un movimiento de clarificación» al disolver la Asamblea. Aseguró que no quiere «dar las llaves del poder a la extrema derecha en [las presidenciales del] 2027», sino ofrecer «un Gobierno que pueda responder a las exigencias» de los franceses, y descartó por completo su dimisión si es derrotado en las elecciones legislativas. «Es absurdo», afirmó.
Antes de su discurso, la sala se había ido llenando de periodistas acreditados y de miembros del Gobierno en pleno, en cuyas caras se podía leer el calvario que estaban pasando porque ven muy factible perder sus cargos.
Macron, en cambio, es más optimista. Espera convencer a centristas, socialistas, democristianos, ecologistas o gaullistas que «no se reconocen en la fiebre extremista». «Si la gente tiene miedo» de que llegue un primer ministro de extrema derecha, «es la hora de actuar».
También tuvo palabras para las alianzas electorales de la oposición. Macron calificó las negociaciones de «bricolaje de aparatos» políticos de partidos «que no están de acuerdo prácticamente en nada, a no ser que en los puestos a repartirse». Opinó que Éric Ciotti ha hecho «un pacto con el diablo» al aliar por primera vez en su historia al partido heredero del general De Gaulle con la ultraderecha. En cuanto a la otra coalición, censuró que la izquierda republicana se una a la izquierda radical La Francia Insumisa», que, a sus ojos, es «culpable de antisemitismo, comunitarismo y antiparlamentarismo». «Son alianzas contra natura», dijo el inquilino del Elíseo.