Seísmo en la derecha francesa al proponer su líder una alianza con la ultraderecha

Asunción Serena PARÍS / E. LA VOZ

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Éric Ciotti, rodeado de periodistas en una imagen de archivo.
Éric Ciotti, rodeado de periodistas en una imagen de archivo. Sarah Meyssonnier | REUTERS

La mayoría de los barones de Los Republicanos rechazan la coalición con Le Pen y piden la dimisión de Éric Ciotti

11 jun 2024 . Actualizado a las 22:02 h.

La onda expansiva originada por la disolución de la Asamblea Nacional ha provocado un seísmo en la derecha francesa. Ante la perspectiva de unas elecciones en las que los conservadores tienen mucho que perder, el líder de Los Republicanos (LR), Éric Ciotti, anunció este martes en televisión una «alianza con la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) para oponerse «a la impotencia del macronismo y al peligro melenchonista». Una coalición inédita que rompe al cordón sanitario impuesto a la extrema derecha desde hace décadas. El movimiento político fue alabado por Marine Le Pen por «el sentido de responsabilidad» de Ciotti, e inmediatamente rechazado por la mayoría de los barones de la derecha gaullista.

La voz de Los Republicanos de mayor peso institucional que denunció el pacto fue la de Gérard Larcher, que como presidente del Senado es la segunda figura del Estado tras Emmanuel Macron. «No puede presidir más nuestro movimiento», dijo. También pidió su dimisión el líder de la bancada conservadora en la Asamblea, Olivier Marleix, y el dirigente del grupo en el Senado, Bruno Retailleau, acusó a Ciotti les de mentir y que todos los senadores habían votado en contra de un acuerdo electoral con el partido de Le Pen.

Para François-Xavier Bellamy, que ha liderado la campaña de las europeas, se trata de «una decisión inútil para el país». Otra cosa es lo que piense esa parte de su electorado que quieren poner freno a Macron y no tiene escrúpulos en votar a la ultraderecha porque consideran que «al menos hay que probarlo».

Muchos auguran el fin de la derecha heredera de Charles de Gaulle (y que prosiguió Jacques Chirac y refundó Nicolas Sarkozy): la independencia nacional y la grandeza de Francia, una cierta personalización del poder, la voluntad de justicia social a través de la participación e intervención del Estado en la economía.

Pero el ex primer ministro Edouard Philippe, un antiguo miembro de LR que es socio de los macronistas a través de su formación Horizontes, tendió la mano a Los Republicanos que rechazan la alianza «contra natura» con la extrema derecha para «formar una nueva mayoría» proeuropea.

Los problemas de la izquierda

A la posible escisión en la derecha se une los problemas que afronta la izquierda. La única forma de tener alguna posibilidad de obtener un buen resultado electoral es un acuerdo entre todas las formaciones, y de momento solo coinciden en eso. Siguen discutiendo sobre un programa común y sobre quién será su líder. Nadie quiere tener a Jean-Luc Mélenchon como futuro primer ministro, salvo su partido, La Francia Insumisa. Y el que menos, el candidato socialista a las europeas, Raphaël Gluksmann, que ha sugerido el nombre del antiguo dirigente del sindicato CGT, Laurent Berger, pero sin mucho éxito.

Fracasa la alianza con el partido de Zemmour

En cuanto a Marion Maréchal, cabeza de lista de Reconquista en las europeas, que el lunes se reunión con su tía, Marine Le Pen, y el candidato Jordan Bardella, tuvo que reconocer este martes que había fracasado en su intento de acercarse a la RN porque el partido de Le Pen no «desea ninguna asociación directa o indirecta con Éric Zemmour», el líder de ese partido extremista. Un «lamentable argumento» según Maréchal. Sin embargo, desde la RN apuntaban que la falta de acuerdo se debía al apetito excesivo de Maréchal en cuanto al número de circunscripciones que quería para su partido, y la radicalidad de algunos puntos de su programa electoral. 

Macron no dimitirá

Después de que todo el mundo se preguntara durante dos días dónde estaba Gabriel Attal, el primer ministro reapareció este martes en una reunión con los diputados macronistas, ante los que calificó de «brutal» la disolución de la Asamblea. Al mismo tiempo prometió poner toda la carne en el asador en la campaña electoral que le ha encomendado Macron, que ha hecho de él el primer ministro más joven de Francia y también el más efímero. En una entrevista en Le Figaro, Macron defendió su decisión de convocar elecciones -«no podíamos hacer como si no hubiera pasado nada», dijo- y confirmó que no dimitirá de su cargo «sea cual sea el resultado». «Voy a ir a ganar», sentenció.