Míchigan celebra unas primarias plebiscitarias para Joe Biden: la comunidad árabe llama al boicot

Miguel Palacio NUEVA YORK / E. LA VOZ

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Un voluntario llama a boicotear al presidente, el martes en Míchigan.
Un voluntario llama a boicotear al presidente, el martes en Míchigan. Rebecca Cook | REUTERS

Los comicios republicanos decidían menos de la mitad de los delegados del partido, el resto se elegirán el 2 de marzo

28 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Míchigan, uno de los estados que podrían tener mayor influencia en el resultado final de las elecciones presidenciales de EE.UU., celebraba el martes las primarias de los dos grandes partidos estadounidenses. Los demócratas de Míchigan acudían a las urnas con la gestión del presidente Joe Biden de la crisis de Oriente Medio en mente. Los republicanos, por su lado, estaban llamados a votar en unos comicios que repartían menos de la mitad de los delegados que le corresponden al estado.

Así, las primarias demócratas del martes tenían aire de plebiscito sobre la posición de Biden en cuanto a Israel y Gaza. Una situación motivada por las campañas lanzadas por una coalición de votantes árabe americanos y de líderes musulmanes de Míchigan que pedían a los electores progresistas que censurasen el apoyo de Biden a Israel optando por la opción uncommited («no comprometido») en las papeletas.

Toque de atención

Con cerca de 300.000 habitantes procedentes del Magreb y otros 200.000 que se declaran musulmanes, Míchigan acoge a la mayor comunidad islámica del país. Una comunidad que, dada la condición del estado de territorio bisagra —y los escasos márgenes que decidieron las últimas presidenciales— podría marcar la diferencia en los comicios de noviembre. Las campañas propalestinas fijaban en 10.000 los votos «no comprometidos» que les permitirían calificar la acción de éxito. Una cifra que en el 2016 le valió a Trump para hacerse con el estado, y que ahora querrían que sirviese de toque de atención para el presidente de EE.UU. El número, a la vez, es muy inferior a los cerca de 20.000 apoyos que la opción obtuvo en los dos últimos ciclos de primarias demócratas.

Por su parte, los republicanos votaban en condiciones poco habituales. Las de Míchigan eran, por primera vez las últimas primarias antes del supermartes (5 de marzo), día en el que decidirán simultáneamente 16 estados. Además, a raíz de un cambio en el calendario electoral y de un desacuerdo entre los conservadores de la región, ni siquiera repartían el total de delegados del estado de los grandes lagos. Si el martes los republicanos votaban sobre cómo repartir 16 de los delegados de Míchigan, los demás habrían de esperar al 2 de marzo, fecha en la que se celebrará el caucus que decidirá el destino de los 39 restantes.

De acuerdo con la media de encuestas de FiveThirtyEight, antes de la apertura de las urnas Donald Trump exhibía una ventaja sobre su rival, Nikki Haley, de casi 60 puntos. A pesar de sus escasas opciones de victoria, el lunes, la aspirante seguía insistiendo, esta vez ante los habitantes de Míchigan, en que votar a Trump era hacerlo por el «caos». Además, según Haley, elegir al expresidente era encaminarse hacia una nueva derrota en las elecciones de noviembre. Unas advertencias que sonaban vacías en boca de una candidata que el fin de semana pasado perdía en su estado natal, y a la que el lunes le cerraba el grifo uno de sus mayores donantes de fondos: la red de los multimillonarios hermanos Koch.