Hamás asegura que el ataque del 7 de octubre fue 'un paso necesario' y admite 'errores'
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La organización islamista sostiene en un documento que la operación era la «respuesta normal para hacer frente a todas las conspiraciones israelíes»
24 ene 2024 . Actualizado a las 21:58 h.Cuatro meses después, Hamás ofrece explicaciones sobre la operación del 7 de octubre, admite «errores» y defiende que sus combatientes solo atacaron a «soldados e israelíes armados». En un documento en inglés y árabe de 16 páginas titulado 'Nuestra narrativa', el movimiento islamista califica esta intervención sorpresa contra las comunidades vecinas a la verja de separación como «paso necesario y respuesta normal para hacer frente a todas las conspiraciones israelíes contra el pueblo palestino».
Los islamistas se defienden de quienes les critican por su ataque y secuestro de civiles y explican que el «rápido colapso del sistema militar y de seguridad israelí llevó al caos a lo largo de las zonas fronterizas». El texto busca «aclarar» lo sucedido y se lee entre líneas que miles de gazatíes, entre ellos milicianos de diferentes facciones y civiles, entraron a Israel y actuaron fuera del control de Hamás ante la ausencia total de fuerzas de seguridad hebreas.
El día 7 de octubre Hamás golpeó por sorpresa a los israelíes y sus unidades de élite superaron la verja de separación, en la que se abrieron decenas de huecos. Unos 1.200 hebreos murieron en las siguientes horas y más de 200 fueron capturados por diferentes facciones palestinas. El Estado judío acusa a los islamistas de masacrar a los civiles, mutilar cuerpos y cometer delitos sexuales, pero ellos lo niegan y sostienen que se trata de «fabricaciones completas, la fuente de estas acusaciones es la narrativa oficial israelí, y ninguna fuente independiente puede demostrarlo». La organización añade que «muchos israelíes murieron por fuego de su Policía y Ejército en medio de la confusión».
Las imágenes captadas por cámaras de seguridad y por las cámaras que portaban los propios milicianos, recogidas y mostradas por el ejército, muestran asesinatos de civiles y violencia extrema en las pequeñas comunidades que rodean la Franja y en el festival Supernova que se celebraba esa misma noche en la zona.
Respecto a los civiles capturados, entre ellos ancianos y bebés, los islamistas afirman que el grupo «trató de manera positiva y amable con todos los civiles retenidos en Gaza y buscó desde los primeros días de la agresión liberarlos, y eso es lo que ocurrió durante la tregua humanitaria de una semana en la que esos civiles fueron liberados a cambio de liberar a mujeres y niños palestinos de las cárceles israelíes». Los islamistas volvieron a insistir en que su condición para liberar a los cautivos que quedan en su poder es el final de la guerra. Solo entonces los pondrán en libertad.
Nueva negociación
En estos momentos, Israel estima que quedan 136 cautivos en Gaza, muchos de ellos militares, y Estados Unidos trata de lograr un nuevo proceso de intercambio con la mediación de Catar y Egipto. A las pocas horas de la difusión del documento de Hamás, Benjamín Netanyahu, rechazó las condiciones impuestas por los islamistas. «A cambio de la liberación de nuestros rehenes, Hamás exige el fin de la guerra, la retirada de nuestras fuerzas de Gaza, la liberación de todos los asesinos... Si aceptamos esto, nuestros soldados habrán caído en vano. Si aceptamos esto, no podremos garantizar la seguridad de nuestros ciudadanos», afirmó un primer ministro cada vez más cuestionado por su gestión de la guerra y de la crisis de los cautivos.
Netanyahu, como su ministro de Defensa, Yoav Gallant, apelan al uso máximo de la fuerza como la mejor manera de liberar a los rehenes, aunque hasta el momento esta estrategia no ha proporcionado el resultado esperado. Desde el final de la tregua no ha salido uno solo de los cautivos con vida desde la Franja.