Netanyahu sigue negándose a negociar con Hamás, entre presiones de aliados y familiares de los rehenes

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

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Los parientes de los cautivos en Gaza irrumpen en una reunión del Parlamento israelí

22 ene 2024 . Actualizado a las 22:23 h.

Familiares de los rehenes que todavía siguen en la Franja de Gaza, en manos de Hamás, irrumpieron el lunes en la Knéset (Parlamento israelí) en protesta por los más de cien días de cautiverio de sus seres queridos y para demandar un acuerdo inmediato.

«Todos los demás asuntos pueden esperar. Pero los rehenes no tienen más tiempo», explicó en un comunicado el Foro de Familiares de Rehenes y Desaparecidos, justificando la protesta después de que la víspera mandaran una carta a la Secretaría de la Knéset implorando que «no se ocupen de nada que no esté relacionado con el regreso de los rehenes».

Al no recibir respuesta, algunos familiares rompieron el cordón de seguridad e interrumpieron una reunión del gabinete de finanzas, según medios locales.

El domingo, estos mismos familiares convocaron una acampada frente a la residencia del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, donde la noche de ayer se esperaban nuevas protestas, que llegan precedidas por manifestaciones masivas en varias ciudades del país.

Pero ni la presión de países aliados, ni la de los propios familiares hacen cambiar de opinión al primer ministro. El lunes se reunió con algunos de ellos y les aseguró que «no existe ninguna propuesta real de Hamás, al contrario de lo que se dice», según un comunicado de su oficina. Un día antes había salido a la luz que Catar y Egipto están tratando de impulsar nuevas negociaciones que contemplarían un alto el fuego y la retirada de tropas israelíes de Gaza, a cambio de la liberación de todos los rehenes en 90 días.

Plan de 90 días

El plan de 90 días propone un alto el fuego duradero durante el que Hamás liberaría a todos los rehenes civiles, mientras que Israel excarcelaría a cientos de presos palestinos, se retiraría de las ciudades gazatíes, permitiría libertad de movimiento en el enclave, cesaría el uso de drones y duplicaría la cantidad de ayuda que permite entrar.

En una segunda etapa, Hamás liberaría a las mujeres soldado y los cadáveres de cautivos e Israel excarcelaría a más prisioneros, mientras que en la tercera fase Israel retiraría sus tropas a la frontera de Gaza y el grupo islamista terminaría de liberar a todos los soldados rehenes y a los hombres en edad de luchar.

Pero la negativa del primer ministro llevó a un alto cargo del grupo yihadista a afirmar que, si no se pone fin a la ofensiva militar, «no hay ninguna posibilidad de que los cautivos regresen».