El abogado de Conde-Pumpido apunta a que su cliente fue víctima de una encerrona

Melchor Saiz-Pardo COLPISA / MADRID

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Cándido Conde-Pumpido, en una imagen de archivo
Cándido Conde-Pumpido, en una imagen de archivo JOSÉ RUIZ

Sigue imputado tras pasar tres días en los calabozos por una violación grupal

12 dic 2023 . Actualizado a las 13:51 h.

¿Fue el hijo del presidente del Tribunal Constitucional víctima de una encerrona o realmente abusó de la joven brasileña junto a otros dos hombres? Y si fue víctima de una trampa, ¿con qué propósito? La policía no descarta ninguna hipótesis y, no da, ni mucho menos, por cerrado este caso.

El letrado de Cándido Conde-Pumpido Varela alentó la tesis de que su cliente fue víctima de una encerrona y llegó a sugerir que la mujer que denunció haber sido violada por el primogénito del también exfiscal general del Estado, en realidad había sido «enviada por alguien» con algún propósito espurio que no quiso revelar. Según el letrado Ricardo Álvarez Osorio, la denunciante fue la que abordó a Conde-Pumpido hace unos días en un bar. Y desde entonces, se había ido a vivir directamente a casa de su cliente. Esa versión, según fuentes policiales, está confirmada por las cámaras de seguridad aportadas por el hijo del presidente del Constitucional.

Unas grabaciones exculpatorias que, por el momento, han servido para que María Isabel Durántez Gil, magistrada del juzgado de instrucción número 44 de Madrid, le dejara a él, y a sus dos amigos, en libertad sin medidas cautelares, aunque todavía con la condición de imputados.

«No es proporcional»

«Ella inicia una relación con él de una intensidad que no es proporcional a la novedad de la relación, muy obsesivo e insistente», denunció el letrado, quien afirmó que su cliente «nunca le pagó dinero y ella tampoco se lo pidió». Este extremo contradice la versión de la brasileña que afirma que fue requerida para prestar un servicio en el chalé del distrito madrileño de San Blas, en el que fue obligada a mantener sexo en contra de su voluntad.

«Él le estaba pidiendo desde hacía 24 horas que, por favor, se fuera porque no aguantaba más», detalló el letrado, quien afirmó que Conde-Pumpido la mañana del 3 de noviembre le pidió a su chófer que llevara a la joven brasileña a su casa y que ella, «histérica», le dijo que no. Y luego, tras «un brote de ira», la chica amenazó con difundir a la prensa la supuesta violación, llamar a la policía y arruinarle la vida.

Fue entonces cuando la mujer llamó a la policía diciendo que había sido abusada sexualmente en grupo. Sin embargo, señaló el abogado, lo que desconocía era que en la casa había un circuito cerrado de cámaras que registró todos sus movimientos, «bebiendo vino, pasándoselo bien... Cándido intentando descansar en su dormitorio y ella como un moscardón dando vueltas por toda la casa sin parar». Unas imágenes que, según el letrado de Conde-Pumpido, deberían haber llevado a la «detención inmediata de la señorita» y no al arresto de los tres hombres, quienes pasaron todo el fin de semana en los calabozos policiales.

El abogado insistió en que su cliente no pagó los servicios de la chica ni ella le requirió nada, por lo que duda que se dedicase a la prostitución. Por ello, insistió en que la mujer podría haber sido utilizada para generar una situación comprometida al hijo de Cándido Conde-Pumpido.

La policía se centra en aclarar si, más allá de las imágenes, pudo haber fuerza en las relaciones sexuales. Y también en las posibles contradicciones de la supuesta víctima y su trayectoria. En Brasil, esta mujer tiene abiertas una treintena de procedimientos por impago, tráfico de drogas o delitos contra la seguridad vial.