Biden exculpa a Israel del bombardeo al hospital, pero le fuerza a permitir la ayuda a Gaza

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

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Netanyahu recibió a Biden al pie del Air Force One, tras aterrizar en Tel Aviv
Netanyahu recibió a Biden al pie del Air Force One, tras aterrizar en Tel Aviv EVELYN HOCKSTEIN | REUTERS

Netanyahu avisa que cortará el suministro de comida, agua y medicinas si ve que acaba en manos de Hamás

19 oct 2023 . Actualizado a las 09:51 h.

El mortal bombardeo del hospital de Gaza trastocó la agenda prevista por el presidente Joe Biden en su viaje a Oriente Medio, con los objetivos declarados de exhibir su apoyo a Israel, posibilitar la entrada de ayuda humanitaria a los civiles de la Franja de Gaza y de paso evitar que el conflicto se convierta en una guerra regional. Las dos primeras premisas las ha cumplido, no así la última. El ataque del martes al hospital de Al Ahli es un punto de inflexión que marcará el conflicto según se aclare quién es el autor: Israel o la Yihad Islámica. Cancelada su cumbre en Amán con los principales mediadores (Egipto, Jordania y la Autoridad Nacional Palestina), Biden no logró este miércoles rebajar la tensión en el mundo árabe. Todo lo contrario. Las protestas se extendían por todo Oriente Medio y el norte de África, mientras sus líderes endurecían su postura tras responsabilizar a Israel de la «masacre deliberada» del hospital de Al Ahli.

«En base a lo que he visto, parece que ha sido la otra parte», dijo Biden apuntando a la Yihad Islámica en una primera y breve declaración a la prensa sobre el ataque al hospital. A preguntas de los periodistas sobre qué le hacía estar seguro de que Israel no estuvo implicado, el mandatario hizo referencia a los datos que le había presentado el Pentágono, sin aportar más detalles. Poco después, funcionarios de la inteligencia de EE.UU. acusaban a la Yihad Islámica basándose en diversas pruebas, como imágenes de satélite y vídeos que probarían que el lanzamiento no provino de posiciones militares israelíes si no que fue un disparo fallido de un cohete del grupo islamista, según los diarios The Washington Post y The New York Times, que apuntan, sin embargo, que no hay una fuente independiente que pueda verificar esa versión.

Primer alivio a los civiles

Una de las buenas noticias que trajo la visita relámpago de Biden a Tel Aviv fue el cierre de un acuerdo con Israel que permitirá la entrada de alimentos, agua y medicinas para los civiles de la Franja. Netanyahu confirmó que permitirá la entrada de ayuda humanitaria desde Egipto y no desde territorio israelí, si bien advirtió que si el suministro acaba en manos de Hamás romperá su compromiso. Más de un centenar de contenedores de ayuda humanitaria esperan en el paso de Rafah. Su entrada será la primera señal de alivio a los civiles en el bloqueado y asediado enclave tras más de una semana de mortíferos ataques aéreos.

Nada más bajar del Air Force One, el abrazo de Biden con Benjamín Netanyahu dejó constancia del «inquebrantable apoyo» de EE.UU. a Israel en estos «momentos difíciles», como resaltó el primer ministro israelí. «No están solos», afirmó por su parte el presidente demócrata, tras participar en una reunión del gabinete de guerra. A su paso, deja el anuncio de un paquete de ayuda a Israel «sin precedentes».

El discurso de Biden durante su visita estuvo plagado de llamamientos a la moderación. Así apeló a la protección de los civiles y el anuncio de un fondo de ayuda de 100 millones de dólares a los desplazados de Gaza y Cisjordania. El presidente se reunió con supervivientes de la brutal ofensiva lanzada por Hamás el 7 de octubre y familiares de rehenes. Algo que todavía no ha hecho Netanyahu, por lo cual ha recibido duras críticas. Biden mencionó el Holocausto para recordar que el brutal «ataque terrorista» de Hamás, pero también pidió al Gobierno israelí que no cometa «los mismos errores» que la Administración Bush tras el 11S. En cuanto a Hamás, dijo que utiliza a civiles inocentes como escudos humanos y que «la gran mayoría de palestinos» no tienen nada que ver con los milicianos islamistas.

El mundo árabe se moviliza y endurece su postura

Israel no cesó sus ataques a la Franja durante la visita Biden, matando al menos 70 personas en bombardeos sobre Jan Yunis o Deir al Balah, en el sur, y en Yabalia o ciudad de Gaza, en el norte del enclave, donde los muertos en doce días de guerra superan los 3.400. Mientras, a través de los canales diplomáticos, el Gobierno de Tel Aviv trataba de convencer a los dirigentes árabes de que la explosión en el hospital fue obra de un misil yihadista.

Casi todos los países de Oriente Medio registraron este miércoles manifestaciones y protestas en repulsa por el bombardeo del hospital Al Ahli. En el Líbano los manifestantes intentaron romper la seguridad en el entorno de la Embajada de EE.UU. en Beirut, después de que Hezbolá convocase para esta jornada un «día de ira sin precedentes». También hubo tensión con las fuerzas del orden en Baréin, de mayoría chií pero gobernado por una monarquía suní próxima a EE.UU. y que reconoce al Israel.

En Jordania, cuyo rey Abdalá II ha sido uno de los más vehementes críticos de Israel en esta escalada de violencia, miles de personas salieron a las calles de Amán y de varias ciudades e iniciaron una huelga general en apoyo al pueblo palestino.

En un tono inusualmente fuerte, el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, criticó las presiones que recibe para permitir el éxodo de los gazatíes a través de la frontera egipcia e ironizó que a lo mejor la solución pasa porque se traslade a los palestinos al territorio israelí del Negev y no al Sinaí. Apuntó que de perseverar las presiones, «será necesario pedir al pueblo egipcio que salga a expresar su rechazo», toda una declaración de intenciones en un país donde manifestarse es un delito. Además vaticinó que si los gazatíes se desplazan a Egipto, también habrá «un acto similar de los palestinos en Cisjordania hacia Jordania». El Gobierno jordano afirmó que su país considerará como «una declaración de guerra» cualquier intento por parte de Israel de «expulsar a los palestinos.