Netanyahu crea un Gobierno de unidad del que el líder de la oposición se excluye

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

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Un niño palestino, ayer en el hospital Al Shifa de Gaza, tras sufrir heridas severas por un ataque israelí.
Un niño palestino, ayer en el hospital Al Shifa de Gaza, tras sufrir heridas severas por un ataque israelí. DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

Más de 300.000 reservistas, preparados para una incursión por tierra a Gaza

12 oct 2023 . Actualizado a las 12:09 h.

En medio de la guerra contra Hamás, Israel ha llegado a un histórico Gobierno de unidad similar al alcanzado en 1973 con la guerra del Yom Kipur. Un «gabinete de guerra» que incluirá al primer ministro, Benjamin Netanyahu, al titular de Defensa, Yoav Gallant, y al líder opositor de Unión Nacional, el centroderechista Benny Gantz, exministro de Defensa y exjefe del Estado Mayor de Israel.

A pesar de los esfuerzos de Netanyahu, el ex primer ministro centrista Yair Lapid, líder de la principal fuerza opositora (Hay Futuro), se ha quedado fuera de la coalición por no querer compartir Ejecutivo con la ultraderecha.

Los hebreos lo pedían a gritos. La respuesta de la Administración ante los ataques fue demasiado lenta y era necesario un órgano de decisión más pequeño, capaz de reaccionar rápidamente ante cualquier imprevisto. En los últimos cinco días, el primer ministro, Gantz y Lapid se reunieron innumerables veces para discutir los detalles, pero sus diferencias parecían insalvables. Ambos opositores exigían la exclusión de algunos ministros de extrema derecha y Netanyahu no estaba dispuesto a pasar por ahí. A punto de enfrentarse a un juicio por corrupción, necesitaba un Gobierno que lo respaldase.

Sin embargo, después de una breve reunión, Netanyahu y Gantz llegaron ayer al esperado acuerdo. Los pasos de la ofensiva hebrea serán —en teoría— más concisos y veloces. Pero solo en teoría, porque la toma de decisiones seguirá principalmente en manos de un «gabinete de seguridad» más amplio, que todavía incluye a los ministros radicales.

El partido de Gantz, aun así, tendrá la oportunidad de diluir el ala dura: el acuerdo le otorga 4 de los 14 votos en este organismo y 5 ministerios.

Por último, el acuerdo establece que, mientras dure la guerra, no se podrán impulsar proyectos de ley que no se vinculen al conflicto y se pospondrán las elecciones municipales de este mes.

«Empezamos la ofensiva desde el aire, pero luego entraremos por tierra», dijo el ministro de Defensa hebreo, Yoav Gallant, a los 300.000 reservistas que esperan en la frontera con Gaza para la incursión en la Franja.

Mientras, las milicias libanesas chiíes de Hezbolá lanzaron un misil contra el norte de Israel. Sucedió ayer por la mañana, tras cuatro días de enfrentamientos intermitentes en la frontera conocida como Línea Azul. Hezbolá atacó como represalia por el abatimiento de tres de sus milicianos a manos de los judíos (que, a su vez, era represalia por otro ataque chií anterior). Israel «atacó objetivos» libaneses en respuesta.

«Pedimos a todos los civiles en las zonas donde sonaron las sirenas que entren en refugios y permanezcan en ellos hasta nuevo aviso», indicó un portavoz del Ejército hebreo por la tarde. Varios drones libaneses habían penetrado en el país.

El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su preocupación por el fuego cruzado y llamó a «todas las partes y a quienes tienen influencia sobre ellas» a contener un «contagio» de las hostilidades.

«El hospital está completamente lleno y las cosas empiezan a escasear. Y es solo el cuarto día», advertía un cirujano del hospital Al Shifa, el más importante de la ciudad de Gaza. Además, la única central eléctrica de la región se quedó sin combustible. Solo quedan algunos generadores y, si la situación no mejora, Al Shifa se quedará sin luz en cuatro días.

Un millón de euros españoles

«Igual que se mantiene la ayuda europea a la Franja de Gaza, también lo hace la española», afirmó el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en una entrevista en La Sexta. Anunció que el Gobierno destinará un millón de euros en ayuda humanitaria a Gaza. Se repartirán entre agencias de la ONU y se sumarán a los ocho millones previstos para este año.

El rey de Jordania: «Oriente Medio no será seguro hasta la creación de dos Estados independientes»

«La grave escalada de violencia entre Israel y los territorios ocupados palestinos confirma que Oriente Medio nunca será seguro ni estable. No hasta que se alcance una paz justa e integral con la creación de dos Estados», afirmó el rey de Jordania, Abdalá II.

Lo hizo en un discurso televisado, en el que añadió que «la posición de Jordania se mantendrá firme. No abandonaremos nuestro papel de defender y preservar los lugares sagrados islámicos y cristianos en Jerusalén».

El monarca no aludió directamente a los ataques lanzados por Hamás ni a la posterior respuesta militar israelí y confirmó su respaldo a la causa palestina: «Nuestra brújula seguirá siendo Palestina y su corona, Jerusalén sagrada, y no nos desviaremos de la defensa de sus intereses y de su causa legítima».

La creación de dos Estados (Israel y Palestina) es una de las propuestas de los países integrantes de la Liga Árabe para poner fin al conflicto, cuyo estallido se remonta a 1948. Muchos opinan que es necesario garantizar un territorio «independiente y soberano» para los palestinos. Según Abdalá II, dicho territorio debería trazarse de acuerdo con las fronteras previas a 1967 —cuando Israel amplió sus fronteras después de la Guerra de los Seis Días—, y con Jerusalén Este como capital.

Jordania, que mantiene relaciones con Israel desde 1994 y tiene responsabilidad en la gestión de la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, pidió el mismo sábado frenar la escalada en Gaza y sus alrededores. Paralelamente, alertó de las graves repercusiones de la violencia, que tiene su origen en «las agresiones y violaciones israelíes en Cisjordania contra el pueblo palestino», al que Israel «priva de sus derechos».

La guerra abierta dejaba, al cierre de esta edición, 1.100 muertos del lado palestino y 1.200 del israelí. Además, más de 260.000 gazatíes han abandonado sus hogares entre bombardeos constantes.