Petro vincula la explosión del fentanilo en EE.UU. con el asesinato de Fernando Villavicencio en Ecuador
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La droga es la «razón por la que cae el precio de la hoja de la coca en las áreas dedicadas a la exportación hacia EE.UU. y las organizaciones armadas asentadas allí reemplazan la perdida de ganancias de la cocaína por oro ilícito, extorsión y secuestro, según el presidente
12 ago 2023 . Actualizado a las 19:01 h.El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha publicado este sábado una extensa valoración de la situación actual del mercado de cocaína y su transformación estructural por la explosión de la consumición de fentanilo en Estados Unidos, una emergencia que ha terminado incrementando la violencia del narcotráfico en Ecuador, como la que en principio ha costado la vida al candidato presidencial Fernando Villavicencio.
«El mercado de la cocaína se desplomó en EE.UU., reemplazado por uno peor, el del fentanilo, que ya les mata 100.000 personas al año», ha explicado el mandatario en un mensaje publicado en su cuenta de la red social X, antes Twitter. Esta cifra de 100.000 fallecidos es la proporcionada por la agencia federal estadounidense de los Centros de Control de Enfermedades (CDC) y se refiere al total de fallecidos por sobredosis en el 2021, si bien la agencia constata que dos terceras partes de los fallecidos se deben al sobreconsumo de fentanilo.
Es por ello que la estructura del mercado de cocaína ha cambiado de dirección. Antes, laboratorios y cultivos se dirigían hacia el norte, por el océano Pacífico o hacia el Caribe. Ahora, han tomado rumbo septentrional, «abandonan las costas y penetran al otro lado de la cordillera de los Andes hacia la selva amazónica». Petro estima así que la mayor zona cocalera ha dejado de ser la región pacífico de Nariño.
Ahora, «es una franja de 10 kilometros a lo largo de la frontera colombo-ecuatoriana, del lado colombiano», en dos direcciones: primero desde Brasil a Europa, pasando por África, o bien desde Ecuador y Perú para pasar a Asia oriental, a Japón y Australia. El fentanilo, añade Petro, es la «razón por la que cae el precio de la hoja de la coca en las áreas dedicadas a la exportación hacia EE.UU. y las organizaciones armadas asentadas allí reemplazan la perdida de ganancias de la cocaína por oro ilícito, extorsión y secuestro contra la misma población de la zona».
«Es por esto que de ser un país pacífico, Ecuador ha superado en violencia a Colombia, y quizás es por esto que asesinaron al candidato presidencial Fernando Villavicencio», ha añadido el mandatario colombiano. El asesinato del candidato presidencial, de 59 años y apenas unos días antes de las elecciones, ha conmocionado a todo Ecuador, que viene desde hace años padeciendo un incremento de la criminalidad relacionada con el auge de las organizaciones internacionales del narcotráfico.
La inseguridad y la lucha contra estos grupos han sido precisamente dos de los puntos en los que más ha incidido durante su campaña, con propuestas que recordaban a algunas de las políticas impuestas por Nayib Bukele en El Salvador, como la construcción de nuevas cárceles o la militarización de la seguridad ciudadana.
«Ecuador es un narcoestado», llegó a decir el que fuera sindicalista y posteriormente periodista, una profesión con la que logró notoriedad al acusar de corrupción al expresidente Rafael Correa y a su gobierno.
Expansión de la violencia
Siguiendo con este escenario, Petro considera que, a tenor de este cambio, «mafias paraguayas y uruguayas busquen construir una economía ilícita en Bolivia y es posible que ahora los laboratorios de cocaína se ubiquen en Europa para competir con calidad ante la invasión de las drogas químicas y el fentanilo».
Petro, por último, ha considerado que Colombia, incapaz de producir fentanilo por su falta de recursos industriales, podría «escaparse» de esta crisis, si bien ha pedido a las autoridades que se preparen para «contrarrestar» el efecto del consumo de esta droga en la juventud, antes de terminar haciendo su propio repaso histórico al consumo de drogas en relación con las ideologías predominantes.
«De la marihuana del capitalismo del bienestar y sus juventudes rebeldes hemos pasado a la cocaína, la droga de la competitividad y el neoliberalismo; y ahora entramos en la droga de la muerte, el fentanilo: la droga del capitalismo de la crisis climática y la guerra», ha lamentado.