El Gobierno italiano prohíbe inscribir a los hijos de parejas homosexuales
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La legislación no contempla que un recién nacido pueda tener dos madres
02 jul 2023 . Actualizado a las 10:08 h.El pasado marzo el Gobierno de Italia exigió al Ayuntamiento de Milán que dejara de inscribir a los hijos no biológicos de parejas del mismo sexo en el registro civil. Tres meses después, a principios de junio, la ultraderechista Giorgia Meloni extendió esta orden a todos los ayuntamientos de Italia. La respuesta a este mandato no se ha hecho esperar. La Fiscalía de Padua, provincia de la región norteña de Véneto, ha mandado a 33 familias un comunicado donde les informa de la necesidad de modificar la inscripción en el registro civil de sus hijos. El Ministerio les exige eliminar el nombre de la madre no biológica del registro y que su apellido no pueda constar en el DNI del menor. En consecuencia, la madre no gestante queda sin derechos sobre su propio hijo. La legislación italiana no contempla que un recién nacido pueda tener dos madres. Además, el matrimonio homosexual no ha sido legalizado.
Pese a que desde el 2016 las parejas homosexuales pueden unirse de manera civil, no cuentan con derechos de adopción. Al no existir una legislación específica, algunos tribunales permiten la inscripción de estos niños. Así, desde el 2022, hasta 300 familias se han beneficiado de este resquicio legal en algunos ayuntamientos de corte progresista. El único procedimiento posible es que el progenitor no biológico emprenda un proceso de adopción legal del niño, un proceso que puede extenderse durante varios años.
La única vía, según explicó a La Voz Benedetta Liberali, profesora asociada de Derecho Constitucional en la Universidad de Milán, sería «regular de forma unificada entre los Estados de la UE el reconocimiento de la condición de hijo, también a través de un certificado que garantizaría la protección efectiva de los derechos de los niños entre los Estados miembros».
La principal razón por la que el Gobierno actual está en contra, observa, es que también se aplicaría a «casos en los que se utilizan prácticas que son legítimas en otros países mientras que están prohibidas por la ley italiana, empezando por la gestación subrogada».
La cuestión es complicada. En Italia, las parejas del mismo sexo no obtuvieron el reconocimiento legal de su unión hasta 2016. Pero como el país transalpino no permite la adopción ni técnicas reproductivas como la fecundación asistida o el vientre de alquiler a las parejas del mismo sexo, muchas de estas parejas acuden a países donde alguna de estas prácticas están permitidas y luego vuelven a Italia.
Desde 2016, explica a La Voz Roberta Bosisio, profesora asociada de Sociología del Derecho en la Universidad de Turín, «los alcaldes de varias ciudades han hecho uso de sus competencias para transcribir en los registros civiles los certificados de nacimiento extranjeros en los que las parejas del mismo sexo figuran como progenitores». Pero en marzo, el ministro de Interior bloqueó de hecho la transcripción de los certificados de nacimiento de los niños concebidos en el extranjero mediante gestación subrogada, algo por lo que la Eurocámara condenó al Gobierno italiano. Como consecuencia, algunos fiscales también impugnaron los actos de transcripción ya realizados.
Bosisio subraya que todo esto afecta concretamente a la vida de «niños de carne y hueso, que ya están aquí en el mundo. Actuar en el interés superior de estos niños, principio fundamental de la legislación nacional e internacional sobre los derechos del niño y el derecho de familia, significa protegerlos dentro de los vínculos afectivos en los que han nacido y se han criado».