El giro con Marruecos ahonda la fractura del PSOE con Podemos y sus socios de legislatura
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Esquerra acusa a Sánchez de querer tapar la «información oscura» en poder de Rabat
20 abr 2023 . Actualizado a las 09:04 h.Las relaciones con Marruecos protagonizaron este miércoles buena parte de la comparecencia de Pedro Sánchez en el Congreso, donde la política exterior ahondó aún más la fractura entre los dos socios del Gobierno de coalición. Si la tensión entre el PSOE y Unidas Podemos no hace más que aumentar en torno a temas como la reforma de la llamada ley del «solo sí es sí», el giro del presidente del Ejecutivo respecto a la postura tradicional de España sobre el Sáhara occidental ha multiplicado las discrepancias del flanco socialista del Consejo de Ministros con UP e incluso con el sector —habitualmente más complaciente con Sánchez— liderado por la vicepresidenta Yolanda Díaz, que el pasado domingo, en una entrevista en La Sexta, calificó a Marruecos, sin mayores rodeos ni matices, de «dictadura». El ministro de Consumo y aliado de Díaz desde IU en su plataforma Sumar, Alberto Garzón, se apuntó este miércoles a esa misma tesis antes de que el presidente del Ejecutivo subiese a la tribuna de la Cámara Baja.
«Marruecos es un país amigo, fundamental para el desarrollo económico de España, nuestra puerta de entrada en África, un aliado esencial para nuestra seguridad y para la migración ordenada en nuestro país y el continente europeo», argumentó desde el atril Sánchez, que retó a la oposición —y a sus socios parlamentarios— a que expliquen su alternativa diplomática a las «relaciones de buena vecindad» con Rabat que defiende su Gobierno.
Flujos migratorios
El jefe del Ejecutivo desenfundó los datos de los flujos migratorios para avalar su política respecto a Marruecos, país con el que logró restaurar las relaciones tras aceptar la propuesta de Rabat para establecer una autonomía en el Sáhara occidental como salida a una grave crisis diplomática derivada de la acogida en España del líder del Polisario, Brahim Gali. Según Sánchez, durante el primer trimestre del año, se han registrado un 78 % menos de entradas de migrantes a través de Ceuta y Melilla en comparación con el año pasado, y un 63 % en el caso de Canarias. Por el contrario, recalcó, estas cifras se dispararon un 95 % en Grecia y un 300 % en Italia.
Los datos no hicieron amainar las críticas de la oposición. Desde el PP, Vox y Cs reprocharon a Pedro Sánchez que en julio del 2021 destituyese a Arancha González Laya como ministra de Exteriores a petición de Rabat. «¿Marruecos quita y pone ministros en España?», le preguntó al presidente el líder de Vox, Santiago Abascal. En la misma línea se expresaron la portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, y la de Cs, Inés Arrimadas, que en este punto coincidieron —algo nada habitual— con el diputado de EH Bildu Jon Iñarritu, una de las voces más críticas de la Cámara respecto al papel del Ministerio del Interior en los conflictos fronterizos de Ceuta y Melilla.
No encontró apoyo Sánchez en Podemos. El diputado Javier Sánchez Serna le reprochó abiertamente su cambio respecto al Sáhara occidental: «El pueblo saharaui no merece que le demos la espalda, por muchas presiones que recibamos del otro lado del Atlántico, por muchos chantajes que intente Marruecos».
También apuntaron a un chantaje desde Esquerra. «Nunca llegaremos a saber cuál ha sido ese chantaje de Marruecos, si afecta al Gobierno o afecta personalmente a alguno de ustedes», apuntó su diputada Marta Rosique. «La información que tienen es realmente tan oscura, tan delictiva, que es mejor que no salga a la luz», remachó la parlamentaria de ERC.