Miles de ciudadanos rindieron homenaje en un estadio de Tokio al ex primer ministro, asesinado el pasado 8 de julio, mientras que otros miles se manifestaban en el exterior del recinto contra el elevado coste de las exequias
28 sep 2022 . Actualizado a las 09:25 h.Bajo estrictas medidas de seguridad y con una sobria ceremonia, Japón se ha despedido del ex primer ministro Shinzo Abe, asesinado en un mitin electoral el pasado 8 de julio.
En las calles de Tokio, más de diez mil ciudadanos hicieron cola para presentar sus respetos a Shinzo Abe depositando flores ordenadamente en los sitios designados. Al mismo tiempo, se produjeron concentraciones de miles de personas que denunciaban el alto coste de las exequias, que se han financiado con dinero público, y la controvertida figura del difunto.
La decisión de organizar un funeral de Estado ha sido cuestionada, ya que tradicionalmente es un privilegio destinado a la familia imperial. En 55 años, solo ha recibido ese honor Shigeru Yoshida, por su papel en la reconstrucción del país tras la Segunda Guerra Mundial. Según diferentes encuestas, el 60 % de la población estaba en contra del acto.
La muerte violenta de Shinzo Abe y su larga carrera política son las razones que han esgrimido el primer ministro, Fumio Kishida, y su partido para el homenaje.
Pero la figura de Abe genera polémica. Sus seguidores destacan su visión para impulsar las relaciones exteriores de Japón y fomentar alianzas en el Indo-Pacífico, además de sus famosas reformas económicas, conocidas como «Abenomics». Los detractores critican su política militarista y el intento de cambiar la Constitución pacifista sin un referendo. Shinzo Abe también fue acusado de favorecer a amigos y familiares, además de estar relacionado con la Iglesia de la Unificación.
El funeral se celebró en el estadio Budoka, donde una banda militar y una guardia de honor recibió a la viuda de Abe, que depositó sus cenizas delante de un retrato gigante del difunto.
Más de 4.000 invitados rindieron homenaje al fallecido, entre ellos, delegaciones de 218 países. El funeral reunió a medio centenar de mandatarios en activo y retirados. La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, fue una de las figuras más destacadas. Con su presencia, escenificaba la solidez de las relaciones entre los dos países, unidos ante la emergencia de China. Pekín se ha limitado a enviar a un exministro de Ciencia y tecnología poco conocido incluso en el gigante asiático.
Entre los mandatarios extranjeros estaban el expresidente francés Nicolas Sarkozy y la ex primera ministra británica Theresa May. El funeral reunió a un importante elenco de líderes como el primer ministro de la India, Narendra Modi, los jefes de Gobierno de Singapur y de Corea del Sur o el primer ministro australiano, Anthony Albanese, que acudió acompañado por tres de sus predecesores.