Washington teme que Pekín instale una base naval en el archipiélago
23 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Aunque la atención estratégica de Estados Unidos está ahora mismo centrada en la respuesta a la invasión rusa de Ucrania y en el blindaje del flanco oriental de Europa, con la ampliación de la Alianza Atlántica a países tradicionalmente neutrales como Suecia y Finlandia, Washington no pierde de vista las tensiones en el Pacífico, donde China trata de ganar influencia.
El último movimiento de Pekín en la región ha sido la firma, el pasado mes de abril, de un acuerdo de seguridad con las Islas Salomón, un archipiélago formado por casi mil islas y situado en el Pacífico Sur. Esta antigua colonia británica, que todavía hoy pertenece a la Commonwealth, ha estado tradicionalmente vinculada a Australia, país que, junto a Estados Unidos, ha mostrado su preocupación por la aproximación del archipiélago al régimen de Xi Jinping.
El acuerdo de seguridad permite que las Islas Salomón pidan a China el envío de fuerzas policiales o militares para mantener el orden social en su territorio. El pasado noviembre se registraron violentas protestas en el país para pedir la dimisión del primer ministro, Manasseh Sogavare, en las que murieron tres personas y que llevaron al Gobierno a solicitar a Australia, Nueva Zelanda, Fiyi y Papúa Nueva Guinea que enviasen agentes de policía al archipiélago.
Estos disturbios se produjeron debido a la demanda de la población de Malaita de un mayor desarrollo de la región y por las diferencias entre el Gobierno central y las autoridades de la isla sobre la necesidad de mantener relaciones con China, algo que defiende el primer ministro de las Islas Salomón.
Inestabilidad en el país
Este reciente episodio de inestabilidad despertó el recuerdo de las disputas étnicas entre grupos armados rivales que entre 1998 y el 2003 aterrorizaron a la nación, causando más de 200 muertos y miles de desplazados en la región. Estos enfrentamientos obligaron al despliegue, entre el 2003 y el 2013, de la Misión de Asistencia Regional para las Islas Salomón liderada por Australia.
Con este nuevo plan de seguridad, Pekín expande de forma notable su influencia en la zona, abriendo la puerta a que China tenga allí una base naval, lo que suscita una gran preocupación en Estados Unidos, Nueva Zelanda y, singularmente, en Australia.
Tanto Pekín como Honiara han negado tajantemente que el propósito del acuerdo entre ambos países sea instalar una base militar china en el archipiélago. Desde que se firmó el documento el pasado mes de abril, Pekín ha reiterado que su objetivo en las Islas Salomón «no tiene trasfondo militar».
Rechazo de Washington
No son de la misma opinión en Washington. De hecho, hasta la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, la principal preocupación de Joe Biden en materia de política exterior había sido precisamente frenar la expansión de la influencia de Pekín. El portavoz del Pentágono, John Kirby, aseguró que la proyección de China en la región del Indopacífico a través del acuerdo de seguridad con el Ejecutivo de las Islas Salomón es «coercitiva, agresiva» y «claramente unilateral».
Kirby subrayó que las autoridades chinas «no solo están intimidando a sus vecinos por reclamaciones territoriales falsas y ridículas», sino que «en realidad están construyendo portaviones en islas del Pacífico occidental para avanzar aún más en sus propios objetivos de seguridad nacional».
El acuerdo con las Islas Salomón permitirá a Pekín enviar fuerzas militares al país y realizar visitas regulares con sus unidades navales, una medida que ha sido defendida por Manasseh Sogavare, ya que, a su juicio, la nación del Pacífico necesita «cooperación y comprensión».
«China apoya firmemente al Gobierno de las Islas Salomón para poner fin a la violencia y el caos y mantener la estabilidad. [...] Como dos Estados soberanos e independientes, China y las Islas Salomón llevan a cabo una cooperación normal en materia de seguridad y aplicación de la ley sobre la base de la igualdad y el beneficio mutuo en base al Derecho Internacional», apuntaron desde el Ministerio de Exteriores chino.
No a la base naval
En la misma línea, desde el Ejecutivo de las Islas Salomón han asegurado en los últimos meses que el acuerdo no contempla que China establezca una base militar en el país insular. «El Gobierno es consciente de las ramificaciones de seguridad que supone acoger una base militar, y no se descuidará al permitir que tal iniciativa tenga lugar bajo su mandato», remarcó el primer ministro salomonense. Sogavare insistió en que su país no ha invitado ni a China ni a ninguna otra nación extranjera a establecer una base militar en las Islas Salomón, un socio histórico de Australia.
Además de Nueva Zelanda y Australia, Micronesia también pidió a Sogavare que reconsidere los términos del acuerdo por temor a que las islas del Pacífico se conviertan en el «epicentro de una futura confrontación entre las principales potencias», en alusión a EE.UU. y China.
El primer giro estratégico de la política exterior de las Islas Salomón se produjo en el 2019, cuando Honiara cambió su histórica alianza con Taiwán para reconocer la soberanía de China, algo que ha provocado tensiones tanto con sus socios tradicionales como dentro del país, donde la oposición sigue defendiendo la autonomía de Taiwán respecto a Pekín.
Tensiones con Australia
Las tensiones entre China y Australia vienen de atrás y empeoraron a raíz de la alianza formada en septiembre con EE.UU. y el Reino Unido (AUKUS, por las iniciales en inglés de los tres países), que permite a Australia construir submarinos nucleares con el fin de neutralizar a China, objetivo compartido por otro grupo que Biden intenta resucitar, el Quad (India, Australia, Japón y EE.UU.). Pero China no parece dispuesta a quedarse de brazos cruzados mientras sus vecinos se alían con EE.UU., y Pekín trata de aproximarse a Nueva Deli —ambos países mantienen una disputa fronteriza— en un momento de desapego entre la India y EE.UU., pues Deli, próxima a Moscú, no ha condenado la invasión rusa de Ucrania.