Las elecciones legislativas de hoy marcan un antes y un después ante el fin de la era Angela Merkel. La diferencia entre el socialdemocrata Scholz y el conservador Laschet se han reducido en los últimos días de campaña
26 sep 2021 . Actualizado a las 12:44 h.Indecisa y expectante por un desenlace más abierto que nunca: así llega Alemania al día de unas elecciones cruciales. Unos 60 millones de alemanes están llamados a las urnas para elegir la composición del Bundestag (Parlamento) del país más poderoso de Europa. Los comicios marcan un antes y un después por la salida de Angela Merkel tras 16 años como canciller. Un cambio de era en Alemania y también en Europa, donde se observa con mucha atención quién marcará próximamente el destino del club de los Veintisiete.
Las últimas encuestas indican que la diferencia entre el favorito, el socialdemócrata Olaf Scholz, y el conservador Armein Laschet, se han reducido a apenas dos o tres puntos porcentuales. El voto por correo ha sido esta vez muy numeroso -la propia Merkel ha optado por este método- debido a la pandemia y el número de indecisos se situaba esta semana en el 25 por ciento de los alemanes con derecho a voto. Todo puede pasar hoy después de una campaña llena de altibajos, sorpresas y algunas meteduras de pata.
Estrategia sencilla
El candidato más sereno ha sido el que las encuestas muestran como favorito: Scholz, vicecanciller y ministro de Finanzas del Partido Socialdemócrata (SPD) ha seguido una estrategia sencilla en campaña: no cometer errores y presentarse como lo que es, un experimentado político capaz de gestionar el país. Lo ha demostrado en su ministerio sin hacer demasiado ruido. También gracias a los errores de sus rivales ha logrado dar la vuelta a los sondeos y posicionarse en cabeza.
Pero en los últimos días el conservador Laschet ha recuperado parte del terreno perdido. Tras varios errores en el comienzo de campaña que lastraron su popularidad, dos factores clave le han aupado hasta pisar los talones a Scholz: el discurso del miedo sobre una posible coalición de Scholz con La Izquierda, una formación que rechaza la OTAN y aboga por replantear el papel de Alemania en la UE, y sobre todo la irrupción de Angela Merkel en campaña, que le volvió a situar en la pugna por la victoria.
Previamente Merkel había optado por mantenerse al margen de la campaña electoral, pero las dificultades de su candidato la hicieron cambiar de opinión. El sábado, la canciller acompañó a Laschet a su feudo electoral en Aquisgrán, cerca de la frontera con Bélgica y los Países Bajos, donde nació y aún vive el candidato de la CDU/CSU. «Lo que mañana está en juego es el futuro del país y su estabilidad», exclamó ante sus seguidores.
Expertos advierten de que la estrategia de meter a Merkel en campaña puede ser un tiro en el pie para el candidato conservador. La canciller es muy popular pero las apariciones conjuntas pueden resultar ser un problema para Laschet porque la gente los va a comparar, y está claro quién cree la gente que es más adecuado para el cargo.
Gane quien gane hoy, las elecciones no van a dejar mayorías absolutas y es probable que la formación del futuro Gobierno sea compleja. Presumiblemente un tripartito con Verdes y el Partido Liberal (FDP), bajo liderazgo socialdemócrata o conservador, aunque no se descartan otras constelaciones.
Hasta que se forme el próximo Gobierno, Merkel seguirá como canciller de forma interina por un tiempo aún indefinido. De seguir en el cargo el 17 de diciembre habrá superado el récord de permanencia de Helmut Kohl. Otro hito que tendrá difícil superar el futuro líder de Alemania.
¿Cómo votan los alemanes?: un complejo sistema de reparto fijará los escaños que formen el Bundestag
El Bundestag se elige mediante un complejo sistema de reparto que hace imposible saber cuántos diputados habrá en la próxima legislatura. En las elecciones del 2013, la Cámara Baja pasó de 598 a 630 escaños, mientras que en el 2017 la cifra aumentó hasta 709.
Los alemanes disponen de dos votos para elegir a sus diputados, el primero de los cuales determinará el candidato directo por cada una de las 299 circunscripciones.
La mitad restante del Bundestag sale del segundo voto, que va a parar a una lista de partido que no va ya por circunscripciones uninominales, sino por regiones.
Al reparto final, sin embargo, aún le resta incorporar los denominados escaños adicionales, en virtud de complejo sistema de compensación y proporciones que el Tribunal Constitucional obligó a reformar en el 2012. Si un partido recibe en un land (estado) más escaños por la vía del primer voto de los que obtiene gracias al segundo, se añade un número equivalente de asientos.