«Se está acabando el mundo en Cuba»

La Voz REDACCIÓN

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Dayron Nobrega es camarero
Dayron Nobrega es camarero

Los caribeños residentes en Galicia muestran su preocupación ante la nueva crisis, que sale a la luz por las protestas callejeras por la falta de alimentos y medicinas en la isla

11 ago 2022 . Actualizado a las 18:30 h.

Temor, preocupación, esperanza e incertidumbre por una situación crítica en la que se ven agravados los problemas que arrastra la isla desde hace décadas. Estos son los sentimientos que dominan entre los cubanos residentes en Galicia, muy preocupados por el futuro inmediato de sus familiares y compatriotas.

Dayron Nobrega vino de Cuba hace tres años para trabajar en el Derby Café de Ferrol, y fue en este local en donde recibió la noticia de que se había cortado el acceso a Internet en su país para impedir la difusión de las protestas. «Mi mujer me llamó y me dijo: ‘Se está acabando el mundo en Cuba'», explica Dayron, al que todavía se le eriza la piel al recordarlo.

Su mujer y su hija llegaron a España en febrero tras muchos meses de trámites, pero el resto de su familia continúa en Santa Clara. «Desde hace años allí no se puede vivir», lamenta el joven.

Cuenta que la pandemia ha endurecido las condiciones de vida porque no hay medicamentos y que las malas condiciones básicas impiden el cumplimiento de las escasas medidas sanitarias. «La gente no cumple las restricciones porque no puede. Buscan comida en el mercado negro», añade.

Apagones constantes

Dayron no puede contactar con su familia debido a los apagones de electricidad que se extienden durante seis o siete horas para cortar el acceso a Internet e impedir que se organicen manifestaciones contra el Gobierno, aunque cree que la censura no puede mantenerse durante mucho tiempo. «La información acabará saliendo a la luz. Ya lo estamos viendo», y sentencia: «La gente ya ha perdido el miedo porque no puede comer».

Orlando González, El Tomasón, es una institución en Barbanza. Desde Ribeira, donde dirige su escuela de baile, mira ahora a su Habana natal: «El desabastecimiento es total. El cambio de moneda fue un engaño. Todo se está vendiendo en tiendas de extranjeros y las remesas de comida no llegan a los cubanos». Considera que la gente se ha cansado y «se ha perdido el valor del sistema social con el que Cuba había salido adelante». Con dos hijos en la isla, donde ejercen como ingenieros, espera que puedan venir pronto para España. «En pleno siglo XXI la gente está sin arroz, no hay leche, ni jabón... El pueblo ya no cree en el sistema político», afirma.

Orlando González, El Tomasón, en Ribeira
Orlando González, El Tomasón, en Ribeira MARCOS CREO

González tiene claro que «Cuba sobrevive por el dinero que enviamos todos los meses los que estamos fuera, pero no se trata de que EE.UU. o los que viven en Miami solucionen el problema, sino que Cuba tiene que abrirse al mundo y el mundo a Cuba, si no, será imposible que salgamos para adelante». A pesar de esa irrupción de la gente en las calles de la isla, González no tiene demasiada fe en que la situación cambie: «Tiene que haber un consenso y una renuncia de los actuales dirigentes, pero no creo que vayan a dejar el poder».

El cubano Konrado Marrero es presidente del Palmeira Fútbol Club
El cubano Konrado Marrero es presidente del Palmeira Fútbol Club CARMELA QUEIJEIRO

Vecino de Palmeira y presidente del club de fútbol de la parroquia, Konrad Marrero ve con esperanza lo que ocurre en Cuba: «Estoy contento por el paso que ha dado el pueblo después de 62 años aguantando. Las condiciones de vida son precarias, no hay ni antibióticos. Hay descontento porque no queda comida, los precios están inflados y el Gobierno no está ayudando, vive su vida». Afirma que ha tratado de ponerse en contacto con la gente que le queda en la isla, pero «han cortado Internet. A mis padres les he dicho que no salgan de casa, porque no están vacunando a nadie y tengo miedo de que se contagien». Sobre la solución, dice que «es necesario que el Gobierno se marche, mis amigos en Miami van a plantarse en aguas internacionales para mostrarle a la gente que no está sola».

«Si la comunidad internacional no interviene, va a haber una masacre»

Martha Tostón es médica de familia, tiene la doble nacionalidad y lleva dos años y medio viviendo en Pontevedra. Su hermana y otros familiares residen en la capital cubana. «No he dormido nada y estoy muy preocupada por las noticias que llegan y por lo que me cuentan ellos», dice. La facultativa explica que antes, con dinero, se encontraban alimentos y medicinas, pero ahora ya no sucede.

«Faltan jeringuillas en los hospitales, lo más básico, y hay gente que está muriendo con dolor y sin atención. Para que la gente haya reventado de esta forma la cosa tiene que ser muy grave porque los cubanos siempre ven el lado positivo de las cosas», señala Martha Tostón, que añade que los ciudadanos de la isla tienen que estar «al límite». «Mi hermana se quedó ayer sin Internet. Antes hablábamos por WhatsApp y hacíamos videollamadas y ahora contacto con ella por teléfono».

Angustiada por lo que sucede en Cuba, Martha Tostón hace un llamamiento a la comunidad internacional. «Si no intervienen, va a haber una masacre», comenta esta médica que se formó en la isla pero que emigró buscando un futuro mejor. «Se están yendo muchos médicos de Cuba».

Con información de Cristina Cartelle, Álvaro Sevilla y Cristina Barral. 

Las ventas de Galicia a Cuba apenas fueron el 0,06 % de los casi 21.000 millones de exportaciones del año pasado

Pese a los lazos de la emigración, la isla es un mercado residual para las empresas gallegas

ANA BALSEIRO

Territorios íntimamente unidos por los lazos de hermandad que anudó la emigración, las relaciones comerciales entre Galicia y Cuba son también estrechas y de gran tradición, aunque poco relevantes en términos económicos. De hecho, los datos del ICEX muestran que la isla es un mercado residual para las empresas gallegas, ya que de los más de 20.000 millones de euros a los que ascendieron las exportaciones el año pasado —especialmente difícil por la pandemia— menos de 12,5 millones tuvieron como destino la isla, lo que se traduce en el 0,06 % de las ventas exteriores totales.

Es cierto que el estallido de la crisis sanitaria global tuvo un impacto importante en las relaciones comerciales, ya que en el caso de Cuba, las mercancías recibidas desde Galicia se hundieron en el 2020 un 67 %. En el 2019, el año previo a la pandemia, las exportaciones a la isla sumaron 38 millones de euros, es decir, casi 25,6 millones más que el pasado ejercicio.

Superado el momento más duro de la crisis sanitaria, los informes mensuales del ICEX no evidencian, sin embargo, reactivación de las exportaciones gallegas a Cuba, pues en el acumulado entre enero y abril las ventas con destino al país caribeño solo sumaban 3,66 millones de euros de los casi 7.367 millones totales de exportaciones (un 0,05 %). De seguir al mismo ritmo, cerrarían en cotas similares a las del pasado año, muy lejos de las cifras precovid.

Bienes de equipo y automóvil

Bienes de equipo, automóvil y alimentación son los sectores que más demanda Cuba de Galicia. A la inversa, alimentación (incluyendo tabaco y bebidas, como el ron) y materias primas concentran nuestras importaciones, que el año pasado sumaron 9,5 millones, curiosamente una cifra superior a los 7,8 previos a la pandemia. Los números confirman que nuestra balanza comercial con la isla tiene superávit, igual que en el caso del conjunto de España. De hecho, la tasa de cobertura comercial (que mide el porcentaje de exportaciones que pueden pagarse con las importaciones en un mismo período de tiempo) era del 607 % en el 2020. Es decir, España le vende muchísimo más de lo que lo que compra a la isla (97,6 millones de euros el año pasado), que es básicamente ron, tabaco, pescados y mariscos, azúcar y chatarras de diversos metales, según detallan los informes del ICEX.

Inversión en turismo

Cabe destacar también que para nuestro país Cuba es un mercado importante en segmentos como el turístico. Más del 50 % de los proyectos de inversión en la isla provienen de la UE y España —el Estado con más empresas mixtas en la isla— es el principal inversor en sectores clave como el turismo (con varias cadenas hoteleras), diversas industrias o servicios financieros.