Los Verdes buscan al aspirante a derrotar a una CDU sin Merkel

Pablo L. Barbero BERLÍN / E. LA VOZ

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ANNEGRET HILSE | Reuters

El partido ecologista y de izquierdas tiene por primera vez opciones de gobernar

19 abr 2021 . Actualizado a las 11:38 h.

Los Verdes, uno de los partidos con más fuerza del panorama político alemán, se dispone a designar su candidato a la cancillería el 19 de abril. Nunca en sus 40 años de historia ha tenido tal relevancia la decisión de una formación ecologista, de izquierdas, durante décadas residual y que hasta ahora no había sido capaz de hacer sombra a los grandes partidos: la conservadora CDU y los socialdemócratas del SPD. En esta ocasión es distinto. Los ecologistas son la segunda fuerza en intención de voto ante las elecciones generales del 26 septiembre, y quien salga elegido como candidato tiene muchas papeletas de suceder a Angela Merkel al frente del Gobierno alemán.

La copresidenta del partido, Annalena Baerbock, parte con cierta ventaja frente al copresidente Robert Habeck. Habeck estaba hasta el año pasado entre los políticos mejor valorados, pero en los últimos meses ha avanzado posiciones Baerbock, que ha demostrado su valía como líder del ala más pragmática de su partido. A ella se le atribuye más instinto político, espíritu combativo y competencia en cuestiones económicas, frente al carisma personal ques es la baza de Habeck.

De ser Baerbock la elegida, los Verdes se convertirían en el único entre los grandes partidos con una mujer como candidata. La decisión será sometida luego a la ratificación por el congreso del partido, entre el 11 y el 13 de junio.

Hasta ahora, la única experiencia en un Gobierno federal de los Verdes fue como socio del socialdemócrata Gerhard Schröder entre 1998 y el 2005. Ahora aspiran a más, pues hay encuestas que afirman que una coalición de los Verdes con el SPD y los liberales de FPD -la llamada «coalición semáforo» por los colores de sus partidos- podría dar los números de una con mayoría suficiente para gobernar. En ese caso los ecologistas se harían previsiblemente con la jefatura del Gobierno, al ser los más votados de los tres. Por tanto, es la primera vez en sus 40 años de historia que tienen opciones reales de gobernar.

De quién salga candidato a la Cancillería puede depender que se disparen sus expectativas ante las generales. Hasta hace poco, se consideraba que la constelación más probable para el próximo Gobierno alemán sería una coalición bajo liderazgo conservador con los ecologistas como aliados, una fórmula que funciona con éxito en el estado de Baden-Württemberg, pero que resulta inexplorada a escala federal.

Está por ver si la opción de la CDU sería la preferida de los votantes ecologistas. Pero también de los conservadores, que han formado coalición con los socialdemócratas en las dos últimas legislaturas. La CDU deberá consensuar aún a su candidato con la CSU bávara para una tarea titánica: presentarse a las primeras generales desde el 2005 sin Merkel.

El pulso se libra entre el líder de la Unión Cristianodemócrata, el centrista Armin Laschet, y el de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), el derechista Markus Söder. Desde las filas de la CDU se considera a Söder más capacitado para retener el poder. Laschet, al frente de la CDU desde enero, no ha consolidado aún su liderazgo en estos meses.

Su etapa como líder del partido se ha visto lastrada por una gestión errática ante la pandemia en su land, Renania del Norte-Westfalia, el más poblado del país, así como por los escándalos de corrupción que han sacudido a algunos de sus parlamentarios por hacer negocios fraudulentos con mascarillas. Aunque estos miembros fueron expulsados del partido, la imagen de Laschet quedó tocada y muchos dudan de que pueda recuperarse hasta las elecciones. Sin embargo, parece claro que Laschet, de perfil moderado y con una línea continuista a la de Merkel, dará la batalla hasta el final.

Los ultras de AfD irán a la campaña con la exigencia de que Alemania salga de la UE

j. c. barrena

Retirada de la UE, abandono del euro, recuperación de estrictos controles fronterizos y reinstauración del servicio militar obligatorio. Esas son algunos de los objetivos del programa electoral de la ultranacionalista Alternativa para Alemania (AfD) para los comicios generales de septiembre. Bajo el lema «Alemania, pero normal», la formación xenófoba, racista y antieuropea aprobó esos polémicos puntos como parte de su programa de campaña durante el congreso federal del fin de semana en Dresde.

Un congreso en el que volvió a quedar patente, pese a todo, la profunda división reinante en el principal partido de oposición en el Bundestag. Los asistentes al congreso presencial en la capital de Sajonia no consiguieron ponerse de acuerdo sobre quién será su cabeza de lista. La decisión de su líder parlamentaria, Alice Waidel, de retirarse de la carrera por suceder a la conservadora Angela Merkel en la Cancillería Federal pilló por sorpresa a los asistentes, que decidieron aplazar la nominación de un candidato hasta mediados de mayo.