Illa ofrece diálogo «a todos menos a Vox» e insiste en forjar una mayoría constructiva

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Salvador Illa, este lunes, en una panadería de Barcelona
Salvador Illa, este lunes, en una panadería de Barcelona Quique García

Pese al veto de Esquerra al PSC, el aspirante socialista aún cree posible un Gobierno no independentista

15 feb 2021 . Actualizado a las 20:04 h.

Aunque el pacto entre los separatistas parece hecho, Salvador Illa se aferra a los números para presentarse a la investidura como presidente de la Generalitat. Su candidatura obtuvo el domingo 652.858 votos y empató a 33 escaños con Esquerra. Solo 46.199 papeletas más que Miquel Iceta en el 2017, pero que, traducidas a diputados y gracias a la elevada abstención, suman 16 nuevas actas. El aspirante socialista cosechó casi 50.000 votos más que el cabeza de cartel republicano, Pere Aragonès, que con 603.607 sufragios vio cómo Esquerra perdía 332.254 votantes respecto al 2017. Paradójicamente, 300.000 apoyos menos suponen un escaño más para ERC y el triunfo sobre Junts.

Illa esgrime esa victoria en el voto popular para reclamar su derecho a liderar el proceso de formación de Gobierno. Este lunes inició el diálogo con todas las formaciones del Parlamento catalán —«menos con Vox», matizó— para buscar una mayoría «constructiva» que le permita convertirse en el tercer presidente socialista de la Generalitat tras Pasqual Maragall y José Montilla.

Pese a que el veto de los partidos independentistas al PSC es más que explícito y a que el recurso de la Fiscalía para exigir la vuelta a la cárcel de los presos del 1-O complica aún más las relaciones de los socialistas con las formaciones separatistas, Salvador Illa todavía cree posible que el próximo Ejecutivo catalán no sea secesionista. «Mi partido ha ganado, y me corresponde presentar mi candidatura y formar Govern, es mi deber. Ya había mayoría independentista en Cataluña y nos ha llevado al bloqueo e incapacidad de ponernos de acuerdo. No queremos más eso», argumentó el exministro de Sanidad, que subrayó que es Aragonès quien debe apoyarle a él, como líder de la fuerza más votada, en su objetivo de forjar un gabinete de izquierdas junto a En Comú Podem.

El factor Lledoners

Las pésimas relaciones personales del presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, con los dirigentes del PSC, a los que no perdona que se pusiesen de perfil cuando fue encarcelado por el Supremo, enturbian aún más una hipotética negociación para reeditar el tripartito de izquierdas. Este ya fue el factor clave para el veto que ERC impuso desde la prisión de Lledoners a Miquel Iceta cuando el Gobierno maniobró para nombrarlo presidente del Senado. Y ahora que lo que está en juego es la Generalitat y el liderazgo del proceso secesionista todo indica que esas dificultades serán de nuevo insalvables.

Uno de los puntos que ahondan el abismo entre ERC y el PSC es la propuesta republicana de un referendo de autodeterminación y de una amnistía para los presos del 1-O. «No son dos horizontes realizables», zanjó Illa este lunes.

A pesar de los obstáculos y de que no basta con postularse formalmente, sino que el aspirante a la investidura tiene que ser propuesto por el presidente del Parlamento autonómico en función de los apoyos con los que cuente para poder sacar adelante la votación, Salvador Illa aprovechó para marcar otra vez distancias con Inés Arrimadas. En el 2017, Ciudadanos desperdició la posición que ostentaba como partido más votado, con 36 escaños, y Arrimadas ni siquiera hizo el amago de defender su candidatura a la presidencia. El exministro de Sanidad recalcó este lunes que él sí se presentará a la investidura. «Por coherencia y convicción. Dijimos a los ciudadanos que si ellos ponían los votos nosotros pondríamos el cambio, y pondremos el cambio», remachó el aspirante socialista.

Queda por ver si el presidente de la Cámara —que, con toda probabilidad será un independentista— designa a Illa como candidato a la investidura sin la garantía formal de los 68 diputados que determinan en Cataluña la mayoría absoluta. Los precedentes y los informes de los letrados sugieren lo contrario.