La Justicia rusa condena al líder opositor a 30 días de prisión preventiva
18 ene 2021 . Actualizado a las 19:51 h.Elena Morózova, la jueza del Tribunal Municipal de Jimki que organizó este lunes la vista en la comisaría en donde se encuentra detenido el dirigente opositor ruso, Alexéi Navalni, ha decidido ordenar prisión preventiva para él hasta el próximo 15 de febrero, cuando podría ser nuevamente prolongada la medida si para entonces no hay todavía un fallo del Tribunal Simónovski de Moscú en relación con su encarcelamiento definitivo.
La decisión de la jueza fue adoptada después de una polémica sesión que debió celebrarse en el edifico del propio Tribunal Municipal y que Navalni calificó de «parodia judicial». «No entiendo lo que pasa. He visto muchas parodias judiciales, pero esta es la ilegalidad más total», afirmó el político en un vídeo grabado en la sala de la comisaría donde tuvo lugar el juicio. Una representante del Ministerio del Interior intervino para solicitar la pena de 30 días de confinamiento preventivo para el político por no haberse presentando a las citaciones obligatorias del Servicio Penitenciario Federal de Rusia (FSIN).
«Salir a la calle»
En su mensaje desde la comisaría Navalni llamó a sus partidarios a «salir a la calle» a protestar para echar abajo el actual sistema de poder. Llamó al presidente Vladimir Putin «viejo en el búnker» y pidió no tener miedo porque, a su juicio, «quien tiene miedo es Putin y los ladrones que dirigen el país [...] hasta el punto de romper y tirar el código de procedimiento penal a la basura». «Lo que más temen estos bandidos, y ustedes lo saben, es que la gente salga a las calles [...] no tengan miedo, salgan a la calle, no por mí, sino por ustedes mismos, por su futuro». Mostrando la bandera rusa instalada en la sala del juicio, aseguró que «aquí está nuestro estandarte, pero nada de lo que aquí sucede tiene que ver con las leyes rusas».
Mientras, en el exterior del edificio, centenares de personas protestaban por la detención de Navalni, pero les fue imposible acercarse al recinto debido al cordón policial instalado. Leonid Vólkov, miembro del equipo de Navalni, ha anunciado que ya está en preparación una gran manifestación para el día 23 de enero en demanda de su liberación.
Tras ser detenido el domingo por la tarde, nada más pasar el control de pasaportes en el aeropuerto moscovita de Sheremétievo, Navalni fue trasladado a la comisaría número 2 de la Dirección del Ministerio del Interior ruso en la localidad de Jimki, situada en la periferia norte de Moscú, muy cerca del aeropuerto.
Pero de su paradero no se supo hasta bien entrada la madrugada y, una vez sus abogados llegaron a la comisaría de Jimki, no se les permitió reunirse con él. Los policías adujeron que Navalni estaba «durmiendo» y no se le podía molestar. Al final, según informa uno de los letrados, Vadim Kóbzev, la abogada Olga Mijáilova, pudo reunirse con el líder opositor y, más tarde, también el propio Kóbzev.
Supuestos blanqueo y estafa
Navalni deberá esperar en prisión hasta que el Tribunal Simónovski de la capital rusa decida si debe ingresar en prisión, como solicita el FSIN, que le acusa de no haberse sometido periódicamente a las inspecciones penitenciarias, o sea liberado. El político ruso fue sentenciado en el 2014 a tres años y medio de prisión «condicional» por supuesta estafa y blanqueo de capital en el caso Yves Rocher. El FSIN quiere que Navalni cumpla ahora la condena en la cárcel.
Tras cinco meses en Alemania, en donde recibió tratamiento para superar el envenenamiento sufrido el pasado mes de agosto mientras hacía campaña por Siberia, el líder opositor regresó el domingo a Rusia. Sus partidarios le esperaban el aeropuerto de Vnúkovo, en donde fueron dispersados y se practicaron cerca de 60 arrestos, pero el avión aterrizó en el aeropuerto de Sheremétievo.
El Kremlin abre un nuevo frente de tensión con Occidente
Bernardo Suárez Indart
El Kremlin ha abierto un nuevo frente de tensión con Occidente con el apresamiento del líder opositor ruso Alexéi Navalni nada más regresar al país tras haber sobrevivido a un envenenamiento, decisión que ha desatado una fuerte condena internacional y puede traducirse en nuevas sanciones contra Rusia.
La lluvia de críticas desde el exterior se produjo nada más conocerse su arresto el domingo en el aeropuerto moscovita de Sheremétievo cuando llegaba de Alemania, donde se trató durante casi cinco meses de un envenenamiento con el agente tóxico Novichok, del que el opositor responsabiliza al presidente ruso, Vladimir Putin.
Estados Unidos, la Unión Europea, el Reino Unido y organizaciones de derechos humanos han manifestado su condena a la detención de Navalni. «El señor Navalni debería ser liberado inmediatamente, y los responsables del inadmisible ataque contra su vida deben rendir cuentas», escribió en un tuit Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional del presidente electo de EE.UU., Joe Biden.
También el secretario de Estado saliente de Estados Unidos, Mike Pompeo, condenó «rotundamente la decisión de Rusia» de arrestar a Navalni, «el último en una serie de intentos de silenciarle a él y a otras figuras de la oposición».
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, pidió también la «inmediata liberación» de Navalni y exigió a Moscú respetar sus compromisos sobre derechos humanos.
El Servicio Federal Penitenciario de Rusia ordenó la detención de Navalni por incumplir las condiciones de una pena suspendida de tres años y medio de prisión, a la que fue condenado en el 2014 en un juicio calificado de arbitrario por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
El opositor, que este lunes fue enviado a prisión preventiva por un período mínimo de 30 días, acusa a Putin de ordenar primero su asesinato y posteriormente de «fabricar» casos penales para restringir su actividad.
Los tres países bálticos, Lituania, Letonia y Estonia, así como Polonia y Ucrania, no solo condenaron la detención de Navalni, sino que demandaron la adopción de nuevas sanciones.
La UE y el Reino Unido ya aprobaron en octubre pasado sanciones por el caso Navalni a seis destacados miembros de la Administración rusa, a la que se considera responsable de su «intento de asesinato», entre los que se encuentra el jefe de del Servicio Federal de Seguridad (FSB).
También Ucrania pidió a la comunidad internacional que adopte «medidas más decisivas» contra Rusia, sometida a sanciones de la UE, EE.UU. y Canadá desde el 2014 por la anexión de la península ucraniana de Crimea y su intervención en el conflicto armado del este del país.
Lavrov acusa a Occidente de usar el caso para distraer la atención de su «profunda crisis»
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, salió al paso del aluvión de críticas internacionales y aseguró este lunes, en su tradicional rueda de prensa anual, que se trata simplemente de la «aplicación de la justicia».
Lavrov insistió en que hasta ahora no se ha presentado ninguna prueba de que el líder opositor hubiera sido envenenado con una sustancia tóxica de la clase Novichok y que, por tanto, tampoco hay ningún motivo para abrir un caso penal para investigar el caso.
«Nunca recibimos ninguna prueba. Todo lo que escuchamos es que es ‘altamente probable' y que solo Rusia tiene motivos» de estar detrás del envenenamiento, alegó el titular Exteriores. En su opinión, los políticos occidentales «recibieron con alegría» la detención de Navalni porque así «pueden distraer la atención de la profundísima crisis en que se encuentra el modelo liberal de desarrollo».
Guaidó pide la libertad de Navalni y pide al mundo actuar en su defensa
El líder opositor venezolano Juan Guaidó pidió la liberación del político ruso Alexéi Navalni, detenido al llegar a su país, cinco meses después del envenenamiento que sufrió. «La detención arbitraria de Navalni evidencia una clara violación a los derechos humanos por parte de uno de los principales aliados del régimen de (Nicolás) Maduro», dijo Guaidó en su cuenta de Twitter.
El dirigente pidió así su liberación y solicitó al mundo «actuar en conjunto en su defensa, y contra la persecución a la disidencia».