La Declaración Schuman propuso la creación de una comunidad europea del carbón
10 may 2020 . Actualizado a las 10:06 h.Este sábado se cumplieron 70 años del origen de la Unión Europea. Fue el 9 de mayo de 1950, en un continente devastado económica y políticamente por los efectos de la Segunda Guerra Mundial, cuando el ministro de asuntos exteriores de Francia, Robert Schuman, estableció los pilares de lo que hoy es la Unión Europea. La ya conocida como Declaración Schuman proponía la creación de una Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), cuyos miembros pondrían en común la producción de carbón y de acero. Esta unión -formada por Francia, Alemania Occidental, Italia, los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo- fue la primera de una serie de instituciones supranacionales que se convertirían en lo que es la Unión Europea.
Hoy, 70 años después de alumbrar aquella semilla de unidad, las fracturas vuelven a ser visibles. Las duras negociaciones del brexit y la salida del Reino Unido de la UE han contribuido sin duda a dejar patente que los egoísmos nacionalistas pueden acabar por romper el sueño de Schuman. Tampoco han ayudado declaraciones desafortunadas como las que vertió el ministro holandés de Finanzas, Wopke Hoekstra, quien solicitó investigar a España por no disponer de margen presupuestario para luchar contra el coronavirus, a pesar de haber crecido por encima de la media de la zona euro en los últimos seis años. Unas declaraciones que el primer ministro de Portugal, Antonio Costa, calificó de «repugnantes» y mezquinas, propiciando la rectificación de Hoekstra días después.
No es la primera vez que los paternalistas países del norte imparten lecciones de cómo tienen que hacer las cosas sus vecinos del sur. En eso, Alemania, mucho más comedida en las formas, suele ir de la mano de Holanda. Sin ir más lejos, en la anterior crisis económica, convirtieron a Grecia, Italia, España y Portugal en las ovejas negras de la UE.
Una nueva grieta
La crisis del coronavirus también ha abierto una gran grieta. Los Veintisiete lograron aprobar por fin, y tras unas duras negociaciones, un paquete de emergencia de más de medio billón de euros para luchar contra la pandemia, después de que España e Italia lograran que el acceso a esos fondos no estuviera condicionado a ningún programa de ajustes o reformas, como querían los Países Bajos. Los titulares de Finanzas de la UE pactaron también crear un fondo para la recuperación económica ligado al presupuesto comunitario, pero discrepan a la hora de darle forma.
Sobre la respuesta que está dando la Unión Europea (UE) a esta crisis recogida por Efe, el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, ha dicho con motivo del Día de Europa que «quizá» se podía haber actuado con mayor rapidez al comienzo, pero también ha destacado que la «descoordinación» inicial entre países solo duró unos días y no conviene «autoflagelarnos» por ello.
Problemas de la insolidaridad
Por su parte, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, indicó: «Si no somos solidarios», entendiendo que esa solidaridad es «inversión en común» y no «caridad», la crisis económica «nos va a afectar a todos», dijo la donostiarra, tratando de hacer entender que Alemania y Holanda estarán en problemas «si no pueden usar el mercado común» porque la mitad de Europa estará en la ruinas. Una visión que no parece que compartan todos los países de la UE.