Isabel II estudia situar a Carlos como regente para sofocar la crisis desatada por el príncipe Andrés

juan francisco alonso LONDRES / E. LA VOZ

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Victoria Jones

La reina establecería así un cordón sanitario con respecto al duque de York; la policía británica ratifica que no investigará el caso Epstein

29 nov 2019 . Actualizado a las 18:48 h.

Pese nunca ha dado la mínima señal de querer jubilarse y a que sigue gozando de una salud de hierro, Isabel II estaría estudiando la posibilidad de dar un paso al lado y permitirle así a su hijo mayor, el príncipe Carlos, que la reemplace. Al menos así lo asegura la prensa británica, que publica que el heredero al trono se ha reunido esta semana con su padre, el príncipe Felipe de Edimburgo, para evaluar la posibilidad de que se produzca el relevo en el trono una vez que su madre cumpla los 95 años de edad, en abril del 2021. Esa sería una forma de marcar una línea divisoria entre Carlos y el príncipe Andrés, que sigue en el ojo del huracán. Precisamente policía británica informó quemantendrá su decisión de no investigar las acusaciones de «tráfico para la explotación sexual» contra el fallecido empresario estadounidense Jeffrey Epstein, un caso en el que está presuntamente involucrado el duque de York. La causa es que consideran el asunto «principalmente centrado en actividades y relaciones fuera del Reino Unido».

En plena tempestad, los medios británicos dejan en claro que la monarca no seguiría los pasos de Beatriz de Holanda o del emperador Akihito de Japón, que abdicaron, sino que en este caso se abriría un período de regencia, durante el que el heredero asumiría sus funciones, pero Isabel II continuaría como reina. De materializarse este escenario, sería la primera vez en más de 200 años que el Reino Unido se encontraría en una situación similar. La última fue en 1811, cuando el rey Jorge III fue considerado no apto para reinar y durante nueve años lo reemplazó su hijo, Jorge IV.

La maniobra llega después de la desastrosa entrevista que el príncipe Andrés concedió a la BBC para tratar de aclarar sus vínculos con Epstein, que se suicidó el verano pasado en la cárcel. Esa intervención habería sido el detonante, según periódicos como The Daily Mail y The Sun. Las inverosímiles explicaciones, las evasivas a la hora de responder acusaciones de violación que una de las víctimas ha lanzado contra él y, sobre todo, la falta de empatía con las afectadas destrozaron la imagen del duque de York e hicieron que la reina lo excluyese de las actividades de la familia real.

Sin embargo, la salida de la escena de Andrés no habría sido una iniciativa de la soberana, sino que habría sido impulsada por su hermano mayor, el príncipe de Gales, quien habría instado a su madre a sacrificar al que es considerado el vástago favorito de Isabel II. Así lo han publicado en los últimos días distintos diarios.

Aunque Carlos se encontraba de viaje oficial por Nueva Zelanda cuando estalló la crisis, la prensa sostiene que, pese a la distancia, fue él quien se dio cuenta de la magnitud del daño que había causado la intervención televisiva de su hermano y quien diseñó la estrategia que desembocó en el comunicado de Buckingham que anunciaba que el duque de York renunciaba a su vida pública y se mostraba solidario con las víctimas de Epstein.

«El escándalo de Andrés le dio a Carlos la oportunidad de dar un paso al frente y probar que puede dirigir la firma (como se le conoce popularmente en el Reino Unido a la familia real)», declaró un miembro de la Casa Real al diario The Sun. Esa misma fuente agregó que este embrollo también prueba que «nadie es más grande que la familia real, ni siquiera Andrés, el hijo favorito de la reina».

Ya en el 2014 The Telegraph publicó que en Buckingham estaban revisando las leyes sobre la regencia en previsión de que la salud de la monarca se deteriorara y hubiera que recurrir al príncipe de Gales. En los últimos años Isabel II ha delegado cada vez más y más responsabilidades en su hijo mayor. Así, en el 2018 le cedió a su heredero la jefatura de la Commonwealth, la asociación de Estados que formaron parte del antiguo Imperio británico.