Lo que ocurra este jueves, el viernes y el lunes pueden despejar la salida británica de la Unión Europea
28 mar 2019 . Actualizado a las 15:40 h.La dimisión de Theresa May condicionada a que el Parlamento apruebe el Acuerdo de Salida pactado con el Consejo Europeo no ha alterado el rechazo de los unionistas norirlandeses y de suficientes diputados conservadores como para garantizar un voto favorable, y ninguna de las ocho opciones alternativas debatidas el miércoles logró mayoría. La política británica parece bloqueada en torno al brexit.
La resolución del bloqueo dependerá del orden del día en la agenda de la Cámara de los Comunes, gran protagonista en la saga del brexit en las últimas semanas. El Gobierno tiene que presentar este jueves una moción para que la Cámara vote el viernes el acuerdo de salida. El Parlamento no suele reunirse ese día, cuando los diputados abren las puertas de sus oficinas en las circunscripciones a sus electores.
Veintisiete diputados laboristas votaron anoche contra la opción de convocar un referendo con la opción acuerdo de salida o permanencia, a pesar de que la dirección del partido ordenó un voto favorable. Diez diputados unionistas y en torno a quince brexiters conservadores se han comprometido ya a votar contra el acuerdo. May necesita el apoyo de los 27 laboristas y que no haya más disidentes en su grupo parlamentario para obtener una improbable victoria.
Si el acuerdo obtuviese una mayoría el viernes -con el profeta del brexit, Nigel Farage, y sus seguidores manifestándose en el exterior del Parlamento en el final de una marcha desde Sunderland a Londres para exigir que se cumpla con el resultado del referendo del 2016-, la única cuestión pendiente y quizás anecdótica sería conocer si ha alterado la voluntad de los Comunes sobre la segunda consulta.
En la votación de opciones, en la noche del miércoles, la convocatoria de un referendo de confirmación fue la más apoyada, 268, pero fue rechazada por 295 diputados. Ocho conservadores se sumaron a la oposición para respaldar la consulta. La aprobación de estas opciones no obliga al Gobierno a aceptarlas. Es más que probable que May desoyera el resultado si el nuevo referendo obtuviese mayoría el lunes. Su objetivo: un brexit ordenado y con transición, antes del 22 de mayo.
May sin futuro
Si el acuerdo de salida fuera rechazado por tercera vez, el promotor de la rebelión parlamentaria que desembocó en la votación de opciones, Oliver Letwin, cree, según ha manifestado a la BBC, que lo más probable es una salida de la UE sin acuerdo el 12 de abril, como consecuencia del rechazo también de todas las alternativas. Es una opinión sorprendente, porque la marcha sin acuerdo fue rechazada el miércoles por 400 votos contra 160.
La opción con menor diferencia de votos -272 en contra, 264 a favor- fue la propuesta por el veterano tory Kenneth Clarke: permanecer en la unión aduanera. Los partidarios de esta opción y de la convocatoria de un segundo referéndum las defienden hoy con el argumento de que han sido rechazadas con diferencias menores que el acuerdo de salida, 230 y 149 en las dos votaciones.
Los comentarios de políticos y medios sobre el anuncio de dimisión condicional de May asumen que, también si el acuerdo de salida es rechazado, tendrá que abandonar Downing Street. Sería extraño que, tras una tercera derrota del pacto, asumiera la negociación con la UE de una unión aduanera o la convocatoria de una segunda consulta, que ha negado con firmeza hasta hoy en nombre del programa electoral del 2017.
Es el caos, dicen algunos medios. Pero no hay tal desorden. El estancamiento del Parlamento como consecuencia de la división del país en el referendo, de las estrategias del Gobierno y la fractura del Partido Conservador, en una Cámara de los Comunes muy igualada, es un hecho. Las próximas horas pueden despejarlo. Las elecciones generales que pide el laborista Jeremy Corbyn son la alternativa.
