La defensa de tres de los acusados de La Manada: «Fue una relación consentida y placentera»
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Sostiene que los acusados «pueden ser verdaderos imbéciles» pero que son «buenos hijos». El abogado del guardia civil defiende que la víctima puede tener «un malestar psicológico» tras arrepentirse «de una relación sexual primeriza y no satisfactoria»
28 nov 2017 . Actualizado a las 21:10 h.El abogado de tres de los cinco acusados por la supuesta violación grupal de los sanfermines, Agustín Martínez Becerra, ha afirmado en la presentación de su informe de conclusiones que los hechos «fueron consentidos, no hubo agresión sexual, sino una relación consentida y placentera», y ha defendido que los acusados de La Manada «no deben pasar ni un día más privados de libertad».
La intervención de Martínez Becerra de la última sesión del juicio, dedicada a las conclusiones de las defensas, y en ella ha repetido las declaraciones de la propia denunciante en las que admitió que por su comportamiento los acusados pudieron entender «que sí o que no» había consentido las relaciones sexuales. El abogado ha negado los cargos sustentados en unas pruebas «viciadas de origen».
Durante una exposición de casi dos horas en la vista oral del juicio, el abogado ha afirmado que «probablemente» sus clientes «no son modelo de nada», incluso «patanes», «imbéciles» en algunos aspectos, «simples» y «primarios» con el fútbol o la relaciones sexuales -«cuantas más mejor»-, pero son «trabajadores» y «buenos hijos» y se «está destruyendo» su imagen y su nombre «sin que hayan cometido el delito», ha asegurado instantes antes de pedir al tribunal su absolución.
El letrado ha comenzado por criticar la instrucción del sumario, «una de la más kafkianas que hemos tenido la desgracia de padecer», y el juicio paralelo que propició tras una «breve, escueta denuncia». «Se trataba de dar un escarmiento, poco importaba si los hechos eran ciertos o no», ha afirmado, y ha cuestionado también el trabajo de la primera abogada de oficio que tuvieron sus clientes, ya que «se limitó a no hacer absolutamente nada».
A partir de ahí, Martínez Becerra se ha centrado en intentar desmontar las pruebas aportadas porque «se parte de la culpabilidad para llegar a la conclusión, también de culpabilidad» en una agresión sexual.
Para él policías forales y municipales «renunciaron a actuar» en defensa de la legalidad y la verdad y entraron en contradicciones con «marcas» que unos agentes situaban en una parte de la cara de la chica, otros en otra y otros no vieron; o su actitud «abatida» o «en 10 minutos tranquila» a juicio de otros.
En el caso de los peritos ha indicado que «partieron del error evidente» de tratar de determinar «la existencia» en la chica de un estrés postraumático y no «el origen» de este.
Ha acusado además a la joven madrileña de haber protagonizado una declaración «que no pasa ninguno de los filtros».
Agustín Martínez Becerra ha afirmado que sus clientes «no agredieron sexualmente, no vulneraron la intimidad, y no robaron el teléfono móvil» de la joven denunciante.
Según ha defendido, «el día 7 de julio de 2016 no hubo ninguna agresión sexual» y para sostener esta tesis ha retomado frases que pronunció la denunciante el día que compareció ante el tribunal y que difieren de lo aportados en la denuncia y en instrucción.
Entre ellas ha subrayado «no le taparon la boca», se «estaba besando» y «cogida de la mano» con uno de los acusados cuando comenzaron el resto a entrar en el portal donde tuvo lugar la presunta violación, pensó que «iban a fumar un porro», «no sintió intimidación», «no gritó» y «no se despertó desnuda y sola».
De hecho Martínez Becerra ha asegurado que de camino al portal ella era «la líder del pelotón» y ha puesto en duda que si su intención era irse al coche a dormir esperara en la puerta de un hotel mientras los procesados accedían al interior en busca de habitación.
«¿Alguien piensa que iban a salir tan tranquilos del portal, sin salir tampoco de la zona de los hechos, si hubieran cometido una agresión sexual? No habían agredido sexualmente a nadie y no tenían nada que ocultar», ha sostenido.
Además, ha afirmado que de los vídeos que grabaron los acusados «no se puede extraer la existencia de una agresión sexual, es una película porno y en ningún caso es una película de ciencia ficción», y ha considerado que «se trata de una relación sexual consentida y placentera».
Ha destacado también que ninguna de las acusaciones citara a testificar a la policía municipal que tomó declaración a la joven, y al respecto ha manifestado que «se le aportó de manera deliberada y consciente» como se vio cuando declaró en la sala convocada por él que la chica sabía que le habían grabado y no lo hizo constar en su denuncia.
De igual forma se ha referido a la ausencia de algún informe médico de psicólogos o terapeutas después de año y medio, algo que «no es un error o un olvido, es que no existe tratamiento». El letrado ha afirmado que en el juicio «no se ha acreditado» que la joven denunciante sufra estrés postraumático.
El abogado ha cuestionado además la fotografía que las redes sociales tomaron unos detectives privados con la frase «hagas lo que hagas, quítate las bragas» ya que, ha puntualizado, no se trata de que la joven no pueda llevar una vida normal es que «sorprende para alguien que ha sido agredida sexualmente».
Por último ha retomado la declaración del médico de urgencias que vio leves erosiones «compatibles» con una agresión sexual, «pero se le olvidó que con unas relaciones consentidas podían haber sido igual».
Por ello, ha solicitado la absolución de sus clientes, frente a la petición de más de 22 años de cárcel que defendieron este lunes la Fiscalía, la acusación particular y las acusaciones populares.
El abogado del guardia civil defiende que la denunciante «tuvo libertad de movimiento y no pidió ayuda»
Jesús Pérez, abogado del guardia civil de La Manada, ha afirmado en la exposición de sus conclusiones en el juicio que la joven denunciante tuvo «total y absoluta libertad de movimientos en todo el recorrido» que hizo con los cinco acusados desde que los conoció en el centro de Pamplona y «nunca pidió ayuda».
Jesús Pérez, el segundo abogado de la defensa en intervenir en la vista oral del juicio este martes, ha afirmado que la sustracción del móvil a la joven, un hecho reconocido por su cliente, «no justifica que haya violación y es inverosímil pensar que era para dejarla incomunicada, porque había cantidad de gente en la calle a la que recurrir». «Reconocemos una sustracción, pero sin violencia ni intimidación», ha manifestado.
El abogado, que ha defendido la inocencia del acusado, ha señalado, remitiéndose a la declaración de la propia denunciante, que ella no habló y no gritó mientras ocurrían los hechos, y ha apelado ante el tribunal al principio de in dubio pro reo, es decir, en caso de duda, a favor del acusado.
Durante su intervención, Jesús Pérez ha sostenido que los «sanfermines son una referencia mundial del turismo festivo y sexual» y ha considerado que la joven puede tener «un malestar psicológico que pudo producirse por arrepentimiento de una relación sexual primeriza y no satisfactoria».
El abogado ha considerado que la joven «no intentó huir y entró por voluntad propia» al portal en el que ocurrieron los hechos, y ha afirmado que el testimonio de la denunciante «se ve manipulado y con injerencias por parte de terceros», en referencia a policías, trabajadores sociales o médicos que la atendieron.
Jesús Pérez ha afirmado también que la declaración de la víctima estuvo «influenciada por terceros» y también «instrumentalizada». Por tanto, ha puesto en duda la objetividad del informe de las policías forales sobre los vídeos grabados por los acusados y también el realizado por las psicólogas del juzgado sobre la existencia de estrés postraumático en la joven.
El abogado ha solicitado al tribunal sentenciador la absolución para su cliente.
Por último, el abogado Manuel Canales, defensor del militar procesado, ha proclamado la inocencia de su cliente y ha asegurado que la joven madrileña presentó denuncia por el «pánico» que sintió al pensar que se habían grabado las relaciones sexuales con su móvil.
Canales ha subrayado que la chica «no quería denunciar, se vio forzada por las circunstancias» y necesitaba «buscar una solución, una salida» si las grabaciones estaban en su móvil, que subió las imágenes a Internet automáticamente.
El abogado, que ha considerado que antes de llegar al portal donde sucedieron los hechos «acordaron todos ellos mantener relaciones sexuales», ha opinado que quizás a la chica le sentara mal que la dejaran diciéndole, «con malas formas, muy mala educación y fuera de las reglas de la caballerosidad», que iban a «seguir la fiesta solos», pero los acusados «no huyeron».
Tras la presentación de las conclusiones finales de la defensa, los cinco acusados han hecho uso de su derecho a la última palabra para declararse inocentes y mostrar su «confianza» en la justicia.
«Inocente» se han declarado uno a uno, para añadir que confían en la justicia, incluso «plenamente», y uno de ellos, el guardia civil que robó el móvil de la joven, mostrarse «arrepentido» por ello y pedir «perdón».
Tras su intervención, el juicio, en el que los cinco jóvenes son acusados de presuntos delitos de agresión sexual, contra la intimidad y robo con violencia, ha quedado visto para sentencia.