«¿Por qué en las agresiones machistas el foco está puesto en las mujeres?», se preguntó la presentadora de «El Intermedio»
17 nov 2017 . Actualizado a las 13:05 h.En El Intermedio suele ser El Gran Wyoming quien se sitúa en el pico de la mesa para trasladar desde allí sus análisis. Por ello, anoche llamó mucho la atención que fuese Sandra Sabatés, copresentadora del programa de La Sexta, quien se levantase y se pusiese frente a la cámara para compartir públicamente sus reflexiones.
La periodista hizo un duro alegato en contra del tratamiento que varios medios ofrecen estos días sobre la víctima de la supuesta violación grupal durante los sanfermines del 2016. Sabatés se ha mostrado muy crítica con quienes ponen duda el trauma de la joven madrileña, describiendo la supuesta vida normal que llevaría tras los hechos.
«Recriminar a una víctima porque después de la agresión intente seguir llevando una vida normal es una manera de culpabilizarla y, al tiempo, parece un intento de rebajar la responsabilidad de los supuestos agresores», ha sostenido la presentadora.
La catalana se hizo eco así de toda la polémica generada después de la controvertida decisión del tribunal que juzga a los cinco acusados de «La Manada» (este es el nombre del grupo de WhatsApp que compartían con otros amigos y donde se vanagloriaban de sus correrías sexuales) de admitir un informe de detectives privados, contratados por la defensa de tres de ellos, sobre la conducta de la víctima tras la supuesta violación grupal.
En concreto, el juez admitió que se incorporase como prueba una publicación realizada por la madrileña en las redes sociales, un documento del que se desconocía su contenido hasta este viernes.
El Mundo revela hoy que se trataría de una fotografía subida recientemente a Instagram por la denunciante y en la que se vería a un personaje famoso con una camiseta cuyo lema sería este: «Hagas lo que hagas, quítate las bragas». El periódico madrileño aclara que esta frase pertenece a una de las participantes del reality show Super Shore.
Con este documento, la defensa de algunos de los acusados de «La Manada» buscaría proyectar la idea de una joven no presenta ningún trauma.
Sandra Sabatés, que también ha recogido la reflexión de que con este juicio lo que se demuestra es que una «chica además de haber sido violada tiene que aparentarlo», lanzó a los espectadores esta pregunta: «¿Por qué en las agresiones machistas el foco parece estar siempre en las mujeres?».
La presentadora recordó con tino que «sería impensable que alguien pudiera cuestionar a la víctima, por ejemplo, de un atraco por no resistirse lo suficiente al agresor o por intentar rehacer su vida después del ataque».
Además, la conductora de El Intermedio, en un intento de recordar que el tratamiento que se da a esta víctima no es un caso aislado, rescató el caso ocurrido en el 2016 cuando una jueza preguntó a un mujer que habia sido violada por su expareja «si había cerrado bien las piernas». Un episodio ocurrido en Vitoria y por el que el Consejo General del Poder Judicial ordenó abrir expediente a la titular del juzgado de violencia sobre la mujer.
Sandra Sabatés ha concluido su celebrado alegato con una reflexión compartida para todos los medios: «Cuando informemos de las mujeres que han sufrido violencia de género, tenemos que hacerlo con responsabilidad y, sobre todo, con respeto».
El periodista Antonio Pampliega también se posiciona
Esta semana un duro alegato de otro periodista sobre los peligros de hablar y cuestionar cualquier asunto también fue muy compartido y celebrado por los usuarios de Twitter. Se trata de la cadena de mensajes con la que Antonio Pampliega, uno de los tres periodistas que estuvieron diez meses secuestrados por Al Qaida en Siria, quiso denunciar el acoso social al que se está sometiendo a la joven víctima. Pampliega llama a empatizar, a ponerse en los pies de la víctima y pensar lo que puede sentir al leer comentarios que ponen en entredicho lo que ha vivido.
El periodista también ha compartido con sus seguidores que él mismo sufrió acoso en las redes sociales al regresar de su cautiverio. Muchos criticaban que «siguiera con su vida» y que recuperara la sonrisa.
