Los Mossos se suman al golpe secesionista

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ACTUALIDAD

Quique García | Efe

La policía autonómica desobedeció las órdenes de los jueces de impedir la consulta ilegal y la Policía Nacional y la Guardia Civil tuvieron que cargar contra los manifestantes para imponer la ley

02 oct 2017 . Actualizado a las 07:19 h.

La inacción de los Mossos d’Esquadra, y su abierta desobediencia a las órdenes del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña de que precintaran los colegios electorales, retiraran las urnas e impidieran que se celebrara el referendo ilegal de independencia, provocaron ayer que la Guardia Civil y la Policía Nacional tuvieran que intervenir para hacer que se cumplieran la ley y el mandato de los jueces, desalojando los centros y cargando contra manifestantes que trataban de impedir que impusieran el orden, lo que dio lugar a graves incidentes durante toda la jornada, que se saldaron con 844 heridos, uno de ellos con una pelota de goma, según la Generalitat, y 33 policías y guardias civiles lesionados. 

Votación sin ninguna garantía

Las medidas de desalojo y control tomadas por las fuerzas de seguridad en los centros de votación, el rápido bloqueo de la aplicación informática que daba acceso al censo, y la posterior decisión de los convocantes de la consulta ilegal de modificar sobre la marcha las reglas que ellos mismos habían aprobado para celebrarla, autorizando que los ciudadanos votaran en cualquier colegio de Cataluña y sin las más elementales medidas de control, lo que permitía que una persona votara varias veces en distintos puntos, sin sobre e incluso con las papeletas impresas en casa, anularon cualquier apariencia de legalidad y validez a la consulta, así como su posible homologación internacional.

Durante toda la jornada se formaron a las puertas de los colegios electorales largas colas de ciudadanos que esperaban a depositar su papeleta. Pero muchos de ellos introdujeron también su voto en urnas depositadas en la calle sin ningún control y sin que nadie les solicitara acreditación alguna. 

Declaración de independencia

Pese a ello, Puigdemont, dio por válido el referendo y, antes incluso de que se hiciera el recuento, lo dio por ganado y anunció que trasladará sus resultados al Parlamento catalán para poner en marcha lo que dicta la ley de transitoriedad jurídica. Es decir, para declarar la independencia unilateral o, según la literalidad del texto, el «Estado Catalán en forma de república». «Los catalanes hemos ganado hoy muchos referendos», dijo el presidente de la Generalitat, que pidió a la Unión Europea que «acepte» que Cataluña no es un asunto interno de España. «El Estado español ha escrito hoy una página vergonzosa en su relación con Cataluña», dijo Puigdemont. 

Rajoy convoca a los partidos

El Gobierno, sin embargo, no reconoce la consulta y tampoco reconocerá sus resultados. Mariano Rajoy compareció en la Moncloa para defender la fortaleza del Estado de derecho frente a la estrategia «irresponsable» de quienes «han vulnerado los derechos más fundamentales». «Hoy no se ha celebrado un referendo de autodeterminación en Cataluña», señaló, dando así por cumplida su reiterada promesa de que tal cosa no iba a suceder. Tras dar las gracias a las fuerzas de seguridad (entre las que no nombró a los Mossos), a los jueces y a los fiscales por su firmeza frente al «acoso antidemocrático», el jefe del Ejecutivo agradeció también el apoyo de las fuerzas políticas que han mostrado su respaldo al Estado y anunció que convocará a todos los partidos con representación en el Parlamento para «reflexionar juntos sobre un futuro que tenemos que afrontar juntos», y también su comparecencia en el Congreso.

El caos generado durante la jornada dio lugar a escenas insólitas, como la de los Mossos d’Esquadra permaneciendo impasibles y sin tomar medida alguna mientras se ocupaban los colegios, e incluso la de algunos agentes de la policía autonómica enfrentándose a la Guardia Civil para impedir que cumplieran con las órdenes de desalojar los centros e incautar las papeletas. En algunos casos, la resistencia de los manifestantes que se negaron a desalojar los colegios y trataron de bloquear a los agentes en diferentes puntos dio lugar a cargas policiales que provocaron escenas de máxima tensión. 

Investigan a los Mossos

La Fiscalía anunció su intención de emprender acciones judiciales contra los Mossos por comportarse como una «policía política» y ocho juzgados catalanes abrieron ayer mismo investigaciones contra los responsables de la policía autonómica por su inacción ante la violación de las leyes y las órdenes judiciales. Frente a la instrucción de que se precintaran los centros elegidos para la votación desde primera hora de la mañana, los agentes de la policía autonómica se limitaron a acudir a los colegios y levantar actas reflejando que estaban ocupados, pero sin desalojar a los concentrados ni retirar las urnas, como se les había ordenado. Además de contra los Mossos, también se presentaron denuncias contra la Generalitat por el uso de datos sin autorización en el censo universal empleado para la consulta. Y hubo también denuncias contra la Guardia Civil y la Policía Nacional por lesiones producidas durante las cargas y los desalojos.

La jornada propició la ruptura del apoyo que el PSOE venía mostrando a las medidas tomadas por el Gobierno para impedir el referendo ilegal. El secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, que estuvo en contracto con la Moncloa durante toda la jornada, transmitió personalmente a Rajoy su «malestar» por la actuación de las fuerzas de seguridad y anunció luego que exigirá responsabilidades a los dirigentes políticos que ordenaron las cargas policiales. Por el contrario, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, mostró su apoyo al Gobierno frente a lo que calificó de «golpe». El líder de Podemos, Pablo Iglesias, exigió la dimisión de Rajoy y pidió al socialista Pedro Sánchez que «rectifique» y forme con él una alternativa al Gobierno del PP.