Un testigo contó a la policía que oyó una pelea y varios tiros a los lejos en la zona
29 sep 2017 . Actualizado a las 09:56 h.Un testigo oyó gritos y disparos en la zona del pantano de Susqueda en la fecha en la que desaparecieron los jóvenes Marc, de 23 años, y Paula, de 21, cuyos cadáveres aparecieron este martes en el agua. Hace unos días, este testigo contó a los investigadores de la Unidad de Personas Desaparecidas de la policía catalana que escuchó a los lejos una pelea, según informa hoy ElPeriódico. Escuchó primero tres o cuatro disparos, después un grito de desesperación y finalmente otro disparo. El último. Después todo quedó en silencio.
Los dos cuerpos hallados en Susqueda estaban sin ropa, desnudos, y presentaban evidentes signos de violencia. La policía cree que se usó más de un tipo de arma para atacar a la pareja y que, al menos, serían dos los criminales que acabaron con sus vidas y que intentaron que los cadáveres desaparecieran bajo el agua del pantano, con mochilas llenas de piedras.
El inspector Jordi Domènech, al frente del área de desaparecidos de los Mossos d'Esquadra, ya confirmó que todo apunta a que los cuerpos corresponden al de Marc H.L., de 23 años y vecino de Arenys de Munt (Barcelona), y Paula M.P., de 21 años y vecina de Cabrils (Barcelona).
Sin embargo, ha resultado imposible tomar las huellas dactilares después de que los cadáveres hayan permanecido más de un mes bajo el agua, por lo que es posible que se opte por otras opciones como análisis de las dentaduras o una prueba de ADN.
El cadáver de Paula tenía un disparo en la cabeza
El cadáver de la mujer hallado el martes en el pantano de Susqueda, que apareció junto al de un hombre y que supuestamente se corresponden al de la pareja de jóvenes desaparecida el pasado 24 de agosto, presenta un disparo de bala en la cabeza, según informan fuentes de la investigación. Los forenses han practicado este jueves las autopsias y han confirmado que el cadáver que se presume como el de Paula M.P. muestra un agujero de entrada y uno de salida que correspondería a un proyectil de arma de fuego. De todos modos, los expertos no han conseguido identificar todavía los cuerpos a causa del mal estado que presentan después de más de un mes bajo el agua, aunque se espera hacerlo en breve.
El cadáver del hombre, supuestamente Marc H.L., presenta heridas en el tórax, que podrían corresponder a un ataque con un objeto contundente, arma blanca o de fuego, lo que daría validez a un testimonio de una persona que vive cerca del pantano y que asegura que el día de la desaparición oyó cuatro disparos y un grito. Los investigadores rastrearán el pantano en los próximos días en busca de nuevas pruebas relacionadas con el caso después de la realización de las autopsias.
La policía cree que se trata de un doble crimen y que al menos serían dos los asesinos que acabaron con la vida de la pareja y que intentaron que los cadáveres desaparecieran bajo el agua con mochilas llenas de piedras. Los dos cuerpos aparecieron desnudos, uno flotando en el agua y el otro sobre una pared del pantano, posiblemente a causa de un descenso del nivel del embalse al término del verano.
Los dos jóvenes se encontraban de vacaciones en el momento de la desaparición y tenían previsto visitar Tamariu, en Palafrugell (Girona), y el Montseny, así como hacer una excursión en un kayak, propiedad de Marc H.L., por el pantano de Susqueda. Esa embarcación también se encontró en el agua medio desinflada, al igual que el coche en que viajaban, después de que se les hubiese visto por última vez en un restaurante próximo después de una extracción de un cajero automático de La Cellera de Ter.
Por esta zona del pantano de Susqueda merodean en muchas ocasiones pescadores furtivos de la Europa del Este y algunas personas que frecuentan la zona dice que han recibido amenazas, según recoge ElPeriódico.